Un nuevo estudio brinda una imagen aún más clara acerca de las fallas celulares que tornan el pelo plateado
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Muchos de los signos del envejecimiento son invisibles, lentos y sutiles. Por ejemplo, los cambios en la capacidad de división celular, el bombeo cardíaco y la función renal, no se ven exactamente en el espejo. Sin embargo, las canas son uno de los indicios más evidentes de que el cuerpo ya no funciona como antes.
El cabello se vuelve gris cuando las células madre productoras de melanina dejan de funcionar correctamente. Un nuevo estudio publicado durante el mes de abril en la revista Nature, que analizó ratones, brinda una imagen aún más clara acerca de las fallas celulares que nos convierten el pelo en plateado.
“Este es un gran paso hacia la comprensión de por qué tenemos canas”, dijo Mayumi Ito, autora del estudio y profesora de dermatología en la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.
A diferencia de las células madre embrionarias que se desarrollan en todo tipo de órganos, las células madre adultas tienen un camino más definido. Los melanocitos de las células madre que se encuentran en los folículos del cabello, son responsables de producir y mantener el pigmento, es decir, su color.
Cada folículo del pelo mantiene almacenadas las células madre de melanocitos inmaduros. Cuando se necesitan, estas células viajan de una parte del folículo a otra, donde las proteínas las estimulan para que maduren y se conviertan en células productoras de pigmento, lo que le da al cabello su tonalidad.
Por esta razón, los científicos asumieron que las canas eran el resultado de que ese conjunto de melanocitos de las células madre se secaran. Sin embargo, estudios previos con ratones hicieron que la Dra. Ito y su coautor, Qi Sun, se preguntaran si el cabello podría perder su pigmento incluso cuando las células madre todavía estuvieran presentes.
Para obtener más información sobre el comportamiento de las células madre a lo largo de las diferentes fases del crecimiento del cabello, los investigadores pasaron dos años rastreando y tomando imágenes de células individuales en el pelaje del ratón. Para su sorpresa, las células madre viajaron de un lado a otro dentro del folículo de pelo. En este proceso, maduraron, produjeron el pigmento y volvieron a salir.
“Nos sorprendió”, dijo el Dr. Sun, quien señaló que ver un grupo de células madre alternando entre estados maduros y jóvenes, no coincidía con las explicaciones existentes.
Pero a medida que pasaba el tiempo, las células de melanocitos no podían seguir el doble acto. Un cabello que se cae y vuelve a crecer afecta el folículo y, finalmente, las células madre dejaron de hacer su viaje y, por lo tanto, no recibieron señales de proteínas para producir pigmento. A partir de entonces, el nuevo crecimiento del cabello no recibió su dosis de melanina.
Los investigadores exploraron aun más este efecto arrancando pelos de ratones, simulando un ciclo de crecimiento de pelo más rápido. Este “envejecimiento forzado” condujo a una acumulación de células madre de melanocitos atrapadas en su lugar de almacenamiento, que ya no producían melanina. El pelaje de los ratones pasó de marrón oscuro a uno color sal y pimienta.
Si bien el estudio se realizó con roedores, los investigadores dicen que sus hallazgos deberían ser relevantes para la forma en que el cabello humano adquiere y pierde su color. Además, esperan que sus hallazgos puedan ser un paso para prevenir o revertir el proceso de envejecimiento.
Melissa Harris, bióloga de la Universidad de Alabama en Birmingham que no participó en el estudio, comentó que los hallazgos ayudan a “afianzar” la evidencia previa que sugiere que “no todas las células madre de melanocitos son iguales, incluso si te quedan algunas, puede que no sean del todo útiles”.
Al respecto, la Dra. Harris añadió que toma los hallazgos del estudio sobre el “envejecimiento forzado” del pelo de los ratones “tal vez con un poco de sal”, ya que un pelo arrancado podría no comportarse igual que un pelo envejecido naturalmente. Pero encontró valioso el estudio, no solo porque una cura para el cabello canoso podría ser un éxito entre el público; los conocimientos sobre la conducta de las células madre podrían ayudar a los investigadores a comprender cosas como el cáncer y la regeneración celular.
“Creo que a veces las personas dan por sentado el cabello, pero en cierto sentido, nos facilita mucho ver las formas potenciales en que el envejecimiento u otras perturbaciones afectan nuestros cuerpos”, concluyó la Dra. Harris.
Por Kate Golembiewski
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