La diabetes es una complicación que agrava la infección por el virus SARS-CoV-2. "Todos los diabéticos tienen la inmunidad alterada. A más años de enfermedad y mayor edad, el riesgo aumenta", explica Silvio Schraier, médico especialista en Nutrición, Vicerector de la Especialización en Nutrición de la Fundación Barceló.
Schraier añade que la glucosa alta (el azúcar alto en sangre) lastima todas las células del cuerpo y por eso se altera la respuesta frente a las infecciones y los procesos inflamatorios. "Nuestras células están hechas para un ambiente que oscila entre 80 y 110 mg/dl de glucemia. Cuando en forma crónica la glucemia está elevada, las células se cargan más de glucosa, la glucosa se junta con proteínas y ya no funcionan como deberían", puntualiza.
"El riesgo de las personas con diabetes es mayor si no tienen bien controlada la enfermedad –agrega Gabriel Lijteroff, director de Situación de Desastres de la Federación Internacional de Diabetes para América Latina y el Caribe-. Es un círculo vicioso: el mal control metabólico predispone más a las infecciones y las infecciones generan más variaciones de glucemia en sangre, lo que a su vez aumenta el riesgo de infectarse".
El combo diabético
En términos generales, existen dos tipos de diabetes: en la tipo 1, que puede aparecer en la niñez, el páncreas no elabora insulina y hay que administrarla en forma externa; en la diabetes tipo 2 -que es más frecuente en personas grandes, asociada a obesidad- hay una deficiente producción de insulina por el páncreas o bien una resistencia de las células a la capacidad de utilizarla o ambas alteraciones a la vez. En la diabetes tipo 1 los pacientes se inyectan insulina; en la tipo 2, toman medicación oral. Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, tiene diabetes el 12,7% de la población.
"La mayoría, poco más del 90%, son diabéticos tipo 2 y suelen tener la glucemia más estable –dice Lijteroff-. Muchos son personas mayores y es difícil hacerles entender que no tienen que salir. Van a hacer las compras, van al cajero cuando podrían evitarlo. Hay que tratar de que comprendan que la mejor receta es quedarse en casa. Que a nadie se le ocurra aparecerse en el hospital para hacerse un chequeo general o cumplir con el turno que les dieron hace 3 meses".
El problema, apunta Schraier, que es médico de la Sección Nutrición del Hospital Italiano, es que muy frecuentemente la diabetes tipo 2 está asociada a hipertensión y alto colesterol. "Y este ‘trío’ incrementa el riesgo cardiovascular, que también complica la situación frente al COVID-19. Un buen control metabólico implica glucemia en rango la mayor parte del tiempo, no tener alto colesterol ni alta presión. Pero una minoría llega a esas metas".
Medicación y vacunas
Ximena Peralta, médica de la Sección Cardiovascular de Centro de Diagnóstico DIM, especialista en gerontología y diabetes, enfatiza la necesidad de que las personas con diabetes "no compartan cubiertos, ni herramientas ni elementos de higiene como toallas. También aconsejamos no tomar mate con otros y ventilar bien todos los ambientes de la casa adonde vive".
Peralta indica que bajo ningún concepto se debe suspender la medicación indicada por el médico, incluidos los antihipertensivos. "No exagerar con la porciones y una buena opción para que no falte variedad de alimentos es pedir delivery a las verdulerías", recomienda Schraier, "y moverse, aun en la casa, mirando videos de baile, gimnasia o yoga por internet, o subiendo y bajando escaleras, para mantenerse activos", agrega.
Los pacientes con diabetes tipo 1 disponen del aparato que les permite controlar la glucemia varias veces por día; en muchos casos también los tienen los pacientes con diabetes tipo 2, pero éstos últimos generalmente necesitan hacer un control glucémico una vez por semana o cada 10 días.
"El único motivo que debería justificar que un paciente diabético llame al servicio de emergencia es tener algún síntoma respiratorio sospechoso de infección por Covid-19 (fiebre, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar) o valores de glucemia sostenidamente elevados respecto de lo que recomienda el médico", advierte Lijteroff.
Silvio Schraier enfatiza la necesidad de que se vacunen contra la gripe y el neumococo. "Lo ideal es no romper la cuarentena –comenta-. Hay prepagas y obras sociales que van a vacunar a domicilio a pacientes de riesgo".
Mariana Andreetti, médica clínica, comenta que también existen obras sociales que ofrecen la posibilidad de que algún adulto responsable retire la vacuna para que, cumpliendo la cadena de frío, sea aplicada después en la casa (por ejemplo, por un enfermero) para evitar salir del domicilio.
Pero Omar Sued, Presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), asegura que si el sistema de vacunación está bien organizado, la persona tiene un turno previo, en el lugar se mantiene la distancia aconsejada y no hay demoras, "es más importante vacunarse que romper la cuarentena".
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