La diabesidad es un síndrome que agrupa la obesidad y la diabetes.
En la actualidad se considera a la obesidad como el factor desencadenante de mayor importancia de la diabetes.
La epidemia de la obesidad deriva en que un 7% de la población occidental padezca de diabetes tipo 2. Por consiguiente la obesidad se transforma en el factor de riesgo modificable de mayor relevancia de la mencionada enfermedad.
Las proyecciones futuras son realmente alarmantes. Se calcula que en al año 2030 habrá en todo el mundo 366 millones de diabéticos, duplicando de este modo los registrado en el año 2000.
Nuestro país no es ajeno a la tendencia, la obesidad representa un 26%, la diabetes un 7% y se estima que la incidencia de esta última patología crecerá un 72% hasta el año 2030.
La magnitud de los guarismos son tan significativos que las Naciones Unidas a fines del año anterior emitió una resolución en la que reconoció la amenaza global de la epidemia de diabetes y admitió que puede ser un peligro para la salud mundial equiparándola al sida, la malaria y otras enfermedades infecciosas. Por ello instó a todos los países a desarrollar políticas para la prevención y tratamiento de la diabetes.
De las múltiples causas que originan la aparición de obesidad y de diabetes tipo 2, prevalecen entre otras las siguientes el sedentarismo, la ingesta de comida chatarra rica en grasa, harinas refinadas y azúcar blanco, los fritos, el exceso de alcohol y el stress.
Teniendo en cuenta que la diabetes tipo 2 (la del adulto) es una patología hereditaria, se concluye que si el paciente esta obeso la enfermedad se presenta mas temprano.
Esto ultimo explica la existencia cada vez mas notoria de pacientes adolescentes con diabetes tipo 2.
Asimismo, el incremento del sobrepeso y la obesidad en la infancia se ha tornado desde hace unos años en un tema de estudio y preocupación: 37% de los jóvenes argentinos tienen obesidad y sobrepeso. Duplica el número de los años noventa.
Anteriormente solamente se temía por su persistencia y se la asociaba con patologías en la edad adulta. Sin embargo en la actualidad los tiempos se aceleran, y la insulinorresistencia (resistencia de los tejidos a la acción de la insulina) y la diabetes tipo 2 aparecen a edades mas tempranas, por lo cual se transforman en enfermedades pediátricas frecuentes.
Además de los factores hereditarios y ambientales que favorecen el desarrollo de la obesidad en la infancia, existen otros desencadenantes provenientes del bajo peso al nacer y/o aumento de peso acelerado tanto en la infancia como en la adolescencia.
Un pilar fundamental en el tratamiento de la obesidad y la diabetes es la educación.
En la actualidad no se concibe, y las evidencias así lo demuestran el tratamiento sin la participación activa del paciente y en la medida de lo posible de una red de sostén que puede estar integrada por: profesionales, grupos terapéuticos, familiares y amigos.
Otro componente básico del tratamiento lo constituyen los cambios en el estilo de vida, sobre todo patrones de alimentación y actividad física, ya que las evidencias disponibles muestran que son eficaces para controlar muchos de los factores de riesgo que acompañan dichas enfermedades.
En estudios recientes se demostró, que la dieta es eficaz para reducir el peso y la glucemia y aún en un grupo de pacientes permitió el control de la Diabetes solamente con los cambios nutricionales por períodos prolongados.
Además se ha comprobado la eficacia de la actividad física en la reducción del peso y la glucemia en diabéticos 2, probablemente mediante su efecto a través de la sensibilidad a la insulina.
En conclusión:
1.- La obesidad es la pandemia más desarrollada y de más rápido avancedada la historia de las enfermedades hereditarias y adquiridas.
2.- La diabetes avanza con las mismas características, en paralelo a la obesidad con un crecimiento proporcional y sumando daños hasta hace pocos años, no imaginados.
3.- Diabetes tipo II y obesidad están tan hermanadas que se genera, hace pocos años, el término ¨Diabesidad¨
4.- La diabetes tipo II en pacientes delgados es muy rara.
5.- Los tratamientos de la obesidad en su mayoría inoperantes hacen que la medicación antidiabética se incremente cada día.
6.- Con el objetivo de frenar el aumento de la glucemia, se incrementa día a día el uso de medicamentos incluyendo la insulina que por su acción, de no mediar una intervención inteligente sobre la dieta, generan hambre, comer más y por supuesto más gordura, lo que hace necesario dar más medicación.
7.- Recientes estudios demuestran, incluyendo experiencias nuestras y de otros equipos, que el efecto de dietas hipocalóricas 800 a 1000 calorías, paradógicamente generan estabilización del azúcar en sangre permitiendo así ir bajando la medicación, a veces a cero y de por vida.
8.- Tanto la obesidad como la diabetes tipo II, si se tratan adecuadamente pueden ser patologías potenciales, que quienes las padecen, si saben cuidar el peso en niveles adecuados, hasta logran eliminar la carga que significa un ¨enfermo-crónico¨.