Adoptar hábitos saludables para proteger este órgano vital y evitar lesiones a tiempo
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El corazón es el motor de nuestro cuerpo, un órgano fundamental e imprescindible, ya que trabaja 24/7 para nosotros sin parar. Es el encargado de bombear la sangre que lleva oxígeno y nutrientes a todos los tejidos y órganos del cuerpo para que funcionen correctamente, entre muchas otras cosas. Merece ser cuidado, valorado y controlado. Sin embargo, lo cierto es que no se suele tener en cuenta hasta que manda un “llamado de atención o susto”. ¿Por qué esperar a que pase algo malo si se puede prevenir?
Cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón y es una buena oportunidad para tomar conciencia de la importancia de ocuparnos de este órgano vital. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial del Corazón (World Heart Federation - WHF) trabajan para promover la salud cardiovascular, de manera tal de reducir un 25% la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares para el año 2025.
“Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo siendo responsable en nuestro país de 100.000 muertes anuales por Infarto de Miocardio, ACV o Insuficiencia cardiaca, esto equivale a 280 muertes por día. Sin duda este número es aún muy elevado a pesar de los avances logrados en el área del tratamiento de estas patologías.” comenta el reconocido cardiólogo Dr. Mario Boskis, Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC) y Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires.
Hábitos cardiosaludables
Muchos granitos de arena son los que forman una playa. Por eso es importante cambiar de forma gradual y constante nuestras costumbres no saludables. Estos tips son fundamentales:
- Mantener un peso corporal saludable, reduciendo las calorías consumidas a fin de evitar el sobrepeso y la obesidad.
- Alimentarse con una dieta balanceada, que incluya frutas, verduras, pescados, cereales integrales, nueces y grasas saludables.
- Realizar al menos 30 minutos de actividad física de moderada intensidad 5 veces por semana.
- No fumar.
- Dormir de 7 a 9 horas por día.
- Conocer nuestra presión arterial
- Conocer el valor de glucemia
- Conocer el valor del colesterol
Ley para la prevención de la muerte súbita
Si hablamos de las complicaciones cardiovasculares una de las patologías más graves es la muerte súbita. Esta afección no avisa, ocurre de forma inesperada y repentina. Esta situación estresante nos paraliza y la única alternativa para resolverla es estar preparados y entrenados para detectarla y actuar de forma inmediata. Aquí es cuando las maniobras de RCP y la utilización de un Desfibrilador Externo Automático (DEA) son vitales.
El pasado mes de julio, se reglamentó la Ley 27.159 para la prevención de la Muerte súbita. “Lamentablemente pasaron 7 años entre que se sancionó la ley y su reglamentación” explica el Dr. Boskis. “Finalmente, desde Julio de este año, ya tenemos pautas claras y precisas que nos van a ayudar seguramente a disminuir las posibles secuelas y también la mortalidad de las personas que han sufrido un paro cardio-respiratorio”.
Esta ley enfatiza la importancia de generar espacios Cardio asistidos, o sea lugares que tengan todos los elementos necesarios para tratar a una víctima desde el inicio de los síntomas.
Según la ley 27.159, en todo lugar donde haya una alta circulación diaria de personas tales como escuelas, estadios, clubes de fútbol, centros comerciales, cines, aeropuertos, estaciones de tren o autobús, entre otros -es decir en lugares donde se reúnen más de 1000 personas por día- debe contarse con uno de estos espacios. El doctor Boskis aclara: “También en lugares de mayor riesgo de eventos, como un centro médico, un centro de convenciones, un bingo o hasta un cuartel de bomberos debería haber un DEA, ya que estos episodios pueden darse en cualquier ámbito, y la mayoría de las veces ocurren fuera de un hospital o sin la presencia de personal médico”:
No puede faltar en estos lugares personal entrenado en las maniobras de Resucitación cardio-pulmonar (RCP), un Desfibrilador Externo Automático (DEA) capaz de reconocer una arritmia cardiaca maligna y tratarla y una logística que permita que el paciente sea trasladado rápidamente a un centro de alta complejidad médica para su posterior tratamiento.
En este sentido Fundación Desfibrilar -entidad sin fines de lucro integrada por profesionales de la medicina especializados en medicina interna y emergentología- hacen un gran trabajo. Su objetivo es fortalecer la Cadena de Supervivencia en cada comunidad, a través de la implementación de Espacios Cardio Asistidos mediante capacitación en RCP, instalación de DEA y certificación de Programas Desfibrilar. “Desde que se reglamentó la Ley recibimos más consultas. Hay lugares que no tienen la obligatoriedad de contar con un Espacio Cardio Asistido pero de todos modos quieren avanzar con su implementación porque toman conciencia de la importancia de poder salvar vidas”, comenta Mariano Puglia, Gerente de Fundación Desfibrilar.
La Fundación tiene su sede en la ciudad de Mar del Plata –ciudad pionera en prevención de Muerte Súbita ya que reglamentó la Ley en 2018- pero los profesionales viajan por todo el país dando cursos de RCP y DEA y Primeros Auxilios. Fernanda Ferro es una de las instructoras de la Fundación. “Hay que aclarar que no es lo mismo ser un espacio Cardio Protegido – que es lo que pide la ley- a contar solamente con el DEA. Además del Desfibrilador ubicado en un lugar especial y de fácil acceso para todo el mundo, hay que contar con personal capacitado para maniobrarlo –algo crucial-; tener la señalética correspondiente que avise en todo el lugar donde está colocado el aparato y también tener un check list y un plan de respuesta y acción”.
Es muy importante saber que tenemos muy poco tiempo para actuar, ya que cada minuto perdido en comenzar las maniobras de RCP o desfibrilar, disminuye significativamente las posibilidades de una reanimación exitosa.
Cuidar desde la alimentación
“Si bien es cierto que existen factores de riesgo para la enfermedad cardíaca que no se pueden modificar -como los antecedentes familiares, el sexo o la edad-, hay una gran mayoría que sí se pueden prevenir llevando adelante un estilo de vida saludable. Entre ellos están: la hipertensión arterial, las dislipemias, la diabetes o resistencia a la insulina, la adicción al cigarrillo y el sedentarismo”, explica Victoria Bravo, Licenciada en Nutrición (MN 10845) miembro del Departamento de Nutrición de New Garden.
Por eso hay pautas desde la alimentación que nos ayudan a tener una buena salud.
- Comer amplia variedad de frutas y verduras. La OMS recomienda el consumo de 5 porciones al día entre frutas y verduras.
- Aumentar el consumo de fibra. Incorporar como mínimo 30 gramos de fibra al día reduce significativamente los niveles de colesterol LDL (“malo”) y controla los de glucosa en sangre, por lo que disminuye el riesgo cardiovascular. Se encuentra presente en frutas, verduras, semillas, frutos secos, legumbres y cereales integrales
- Limitar el consumo de sal ya que existe una relación directa y positiva entre la ingesta de sal y la presión arterial. La sal de mesa se puede reemplazar por un mundo de condimentos frescos o secos, con aromas y sabores muy diversos. Pueden ser variedades de pimientas, pimentones, ajíes, currys, hierbas como el tomillo, orégano, romero, salvia, entre muchos otros. Párrafo aparte para el ajo, la cebolla y la cúrcuma que poseen sustancias y compuestos naturales con acción antioxidante y antiinflamatoria. El ajo principalmente tiene componentes azufrados que mejoran la elasticidad de los vasos, la circulación sanguínea y reducen la presión arterial.
- Sumar grasas cardioprotectoras: los Omega 9 y los famosos omegas 3 y 6 son ácidos grasos esenciales porque el cuerpo no los produce y hay que incorporarlos con la alimentación. Reducen los triglicéridos y colesterol LDL, protegen nuestras arterias y articulaciones por su acción antiinflamatoria, contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso central y la visión. Los encontramos en frutos secos como las nueces, almendras, pistachos, en semillas (sobre todo chía y lino molidas o sus aceites líquidos), palta, germen de trigo, avena, aceitunas y aceite de oliva, pescados grasos azules como atún, salmón, trucha, anchoa, caballa, sardinas, etcétera. En el caso de los aceites vegetales, lo mejor es consumirlos en crudo para no oxidarlos ya que son muy sensibles al calor.
- Disminuir el consumo de grasas saturadas que se encuentran principalmente en las carnes rojas, en los productos lácteos enteros, comidas rápidas, en los productos de panadería y copetín. Evitar carnes procesadas como embutidos o fiambres que elevan el colesterol y la presión arterial.
- Elegir fuentes saludables de proteínas más que nada de origen vegetal como legumbres, frutas secas o semillas que poseen fibra y grasas saludables antiinflamatorias con acción cardioprotectora. Si se eligen carnes rojas que sean cortes magros, limitando su consumo a 2 o 3 veces por semana-
- Minimizar el consumo de bebidas azucaradas, golosinas, productos de pastelería, productos ultraprocesados. El exceso en el consumo de hidratos de carbono simples, predispone al aumento de peso, diabetes tipo 2 y para sorpresa de muchos, terminan depositando en el cuerpo en forma de triglicéridos aumentando el riesgo cardiovascular.
- Sumar alimentos antioxidantes: como arándanos, té verde, cúrcuma, jengibre, bayas de goji, semillas de zapallo, chocolate amargo de buena calidad. Cuentan con compuestos bioactivos con actividad cardioprotectora.
- No consumir alcohol
Está a la vista que llevar un estilo de vida saludable es esencial para vivir mejor hoy e invertir en nuestra salud a futuro. Por eso es importante comenzar con buenos hábitos desde pequeños. Sólo hay que animarse a poner en prácticas las medidas claves que mencionamos. Si no resultan fáciles….¡No hay que desanimarse! Hay que recordar que los pequeños cambios logrados van sumando y nos acercan a un mejor resultado. ¡Constancia, dedicación y todo llega!