Si el consumo de alimentos se concentra en un corto período del día, la saliva puede defender mejor la boca tanto del pH ácido (si se ingiere una dieta ácida) como del riesgo de caries causado por bacterias que se alimentan de azúcar
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La permanente ingesta de alimentos durante el día no favorece a la estética dental, pero ¿qué ocurre con los dientes si se realiza ayuno intermitente?
La metodología de acortar los tiempos en un lapso de la dieta mejora realmente el impacto en la salud y en la estética bucal.
¿Por qué? Se sabe que las caries se forman por bacterias que se nutren del azúcar acumulado en los dientes a lo largo de la jornada diaria. Entonces, si se ingieren hidratos de carbono durante más de cinco momentos en el día, todos los días, y esto se suma a una escasa higiene, a la larga, a los seis meses, se van a formar caries. Y, a su vez, el proceso de caries también va a arruinar la pieza dentaria, la va a erosionar y la va a pigmentar. Lo mismo ocurrirá si la dieta es ácida (gaseosas, vino, otros).
En cambio, si el consumo de alimentos se hace en un lapso corto del día, la saliva va a poder defenderla tanto de un pH ácido (si se ingiere una dieta ácida) como del proceso de caries ante bacterias que se sustentan con azúcar.
Por lo tanto, la restricción horaria, que es la base del ayuno intermitente, va a colaborar con la prevención de estos procesos, porque la saliva en cantidad prevendrá los mecanismos descriptos, ya sea neutralizar la acidez como la formación de caries.
Y esto no solo impacta en la salud de la boca, sino también en la estética bucal. ¿Por qué? Porque las manchas que se van acumulando por la comida a lo largo del tiempo, también son un factor que está dado por la dieta. Prácticamente, el 80% de las patologías dentales es producto de la alimentación y si la saliva puede contrarrestar esto, se verán los resultados porque será la responsable de regenerar la superficie mineral y de la limpieza de las manchas.
Es decir, a menor cantidad de veces que se ingieran alimentos en un lapso de 8 horas, la saliva podrá hacer tranquila su trabajo. Por el contrario, si se come a cada rato (desayuno, media mañana, almuerzo, picoteo, merienda, aperitivo, cena y bajativo, y siempre con una galletita, un alfajor o algo dulce), la saliva no tendrá oportunidad de cumplir con una de sus funciones. Así, el ayuno intermitente interrumpiría todo el proceso de envejecimiento de la pieza dentaria.
Por lo tanto, se trata de un método que se podría clasificar como más cuantitativo que cualitativo, razón por la cual es muy importante tratar de reducir el horario de la dieta y de comer la menor cantidad de veces en el día.
Sobre el ayuno intermitente aún hay mucha tela por cortar, pero, ahora, además de consultar con el médico de cabecera, también habrá que darse una vuelta por el odontólogo, para que el impacto no se vea solo en el cuerpo, sino en la boca y en la belleza de los dientes.
*Por Dr. Ariel Merino, odontólogo, MN. 34.869.