Es uno de los trastornos neurológicos más comunes que puede garantizarse una buena calidad de vida con un diagnóstico a tiempo, según la OMS; ¿cuál son sus causas?
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El Día Mundial para la Concientización de la Epilepsia se celebra cada 26 de marzo, con el fin de educar sobre esta enfermedad cerebral que afecta a millones de personas de todas las edades alrededor del mundo. Se caracteriza por la manifestación repentina de movimientos bruscos e involuntarios y la pérdida de conocimiento.
La efeméride se complementa cada 12 de febrero, cuando se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia, con el objetivo de conseguir que haya más inversiones para la investigación sobre este trastorno.
¿Qué es la epilepsia?
Se trata de una enfermedad cerebral crónica no transmisible que presenta convulsiones recurrentes. Es el producto de una descarga excesiva en las neuronas del cerebro, las cuales afectan a este órgano de manera parcial o generalizada. Según su complejidad se expresa durante unos minutos a través de movimientos involuntarios bruscos ―específicamente en las extremidades―, períodos de ausencia o pérdida del conocimiento, rigidez muscular y secreciones bucales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que al menos 50 millones de personas padecen esta enfermedad. Este trastorno conlleva también un riesgo de muerte prematura de hasta tres veces mayor que en otros pacientes. Es por ello que durante esta jornada se busca concientizar sobre su sintomatología e incentivar campañas médicas que logren diagnosticar esta enfermedad a temprana edad.
Las causas de la epilepsia
Resulta impreciso determinar una causa o desencadenante único para la epilepsia, ya que en muchos casos se desconoce el factor principal que lleva a los pacientes a padecer sus crisis. Sin embargo, es posible mencionar algunas de las más frecuentes:
- Daño cerebral por causas prenatales o perinatales, como hipoxia, traumatismos durante el parto o bajo peso al nacer.
- Tumores cerebrales.
- Traumatismos craneoencefálicos graves.
- Síndromes genéticos.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Malformaciones congénitas o trastornos genéticos.
- Meningitis, encefalitis, neurocisticercosis u otras infecciones cerebrales.
Cuántos tipos de epilepsia hay
Al hablar de esta enfermedad, la OMS emplea la Clasificación Internacional de las Epilepsias y Síndromes Epilépticos (ILAE) para clasificarla en diferentes tipos. En primer lugar, se encuentran las Crisis Epilépticas Focales, que suelen ser las más comunes. Se caracterizan en la activación de una parte del cerebro y se dividen en:
- Conscientes o simples: el paciente se mantiene consciente durante el episodio.
- Inconscientes o complejas: existe una alteración o pérdida del conocimiento.
En tanto, las Crisis Epilépticas Generalizadas son menos frecuentes y afectan a los dos hemisferios del cerebro. Por lo tanto, provoca diferentes tipos de síntomas en la persona:
- Crisis tónica: se da una pérdida del conocimiento, junto a contracciones musculares rígidas e hiperextensión brusca. En algunos casos, también presenta la repetición de movimientos involuntarios.
- Crisis de ausencia: ocurre cuando la persona pierde la conciencia. Uno de sus signos es que el paciente se encuentra mirando hacia un punto fijo por un tiempo prolongado.
- Crisis mioclónicas: se caracteriza por la manifestación de movimientos bruscos y sacudidas, que duran unos segundos.
- Crisis atónica: los músculos se relajan, se da una pérdida del conocimiento y la persona puede perder el equilibrio y caer.
Cómo reconocer la epilepsia
El paciente puede padecer algunos de los siguientes síntomas:
- Convulsión
- Contracción muscular masiva
- Pérdida del conocimiento
- Contractura aguda en mandíbula
- Secreción de espuma por la boca
- Pérdida del control de esfínteres
Ante alguno de estos signos, la persona deberá acudir inmediatamente a un médico, el cual realizará una serie de estudios para determinar si se trata de una crisis aislada o de una patología cerebral. De ser necesario se administrarán medicamentos anticonvulsivantes, los cuales ayudan a un 70 por ciento de los pacientes a vivir libres de convulsiones.