A veces pueden ser contraproducentes
NUEVA YORK.- Cada año, cientos de miles de parejas acuden a terapia en un intento por salvar sus problemáticas relaciones. ¿Pero es efectiva la terapia de pareja?
No tanto como debería, afirman los investigadores. A dos años de finalizada la terapia de aconsejamiento, halló un estudio, el 25% de las parejas está peor que cuando acudieron al consultorio del psicoterapeuta, y a los cuatro años hasta el 38% se ha divorciado.
Muchas de las estrategias que se emplean en la actualidad, como enseñar a las personas a escuchar, a comunicarse mejor o a comportarse de forma más positiva, pueden ayudar a las parejas por alrededor de un año, afirman los científicos sociales que han analizado la efectividad de diferentes tratamientos. Pero son insuficientes para lograr que salgan airosas de conflictos que inevitablemente se presentan a más largo plazo.
Al mismo tiempo, dicen los expertos, muchos terapeutas carecen de la habilidad para trabajar con parejas que están con serios problemas.
Incapaces de ayudar a parejas enojadas hasta llegar a la raíz de sus conflictos y encontrar una solución, estos terapeutas suelen hacer una de estas cosas: dejar que sus pacientes se turnen para decirse las cosas semana tras semana, sin un final a la vista, o se dan por vencidos con la pareja y la alientan a divorciarse.
"Las terapias de pareja pueden hacer daño en vez de ofrecer ayuda cuando el terapeuta no está capacitado para ayudar a los cónyuges", dijo la doctora Susan M. Johnson, profesora de psicología de la Universidad de Ottawa, Canadá, y directora del Instituto de Pareja y Familia de esa ciudad.
Consultas tardías
Por su parte, los terapeutas de pareja afirman que muchos matrimonios podrían salvarse si recurrieran a las terapias antes de que la situación fuera crítica.
"Las parejas pasan en promedio seis años de infelicidad en sus relaciones antes de pedir ayuda", dijo el doctor John Gottman, profesor emérito de Psicología de la Universidad de Washington y director ejecutivo del Instituto de Investigación de Vínculos de Seattle, Estados Unidos. "Ayudamos menos a las parejas muy estresadas que a las que experimentan un estrés más moderado."
En los últimos años, los esfuerzos por hallar la forma de salvar más matrimonios se han incrementado. Con un enfoque experimental llamado terapia de pareja integrativa comportamental, por ejemplo, el 67% de ellas dice haber mejorado significativamente el vínculo por un período de dos años, según un estudio presentado en un encuentro de la Asociación para el Avance de la Terapia Comportamental.
En vez de tratar de enseñarles cómo evitar o resolver los enfrentamientos, como suelen hacer las técnicas de aconsejamiento tradicional, la terapia integrativa trata de lograr que las discusiones resulten menos dañinas, al ayudar a los cónyuges a aceptar sus diferencias. Esta se basa en el reciente hallazgo de que lo que realmente puede destruir la relación no son las discusiones en sí, sino la forma en que se discute.
Un dato alentador es que la mayoría de las parejas que participaron del estudio estaban al borde del divorcio. "Muchas provenían de fracasar con terapias de pareja convencionales", dijo el doctor Andrew Christensen, profesor de Psicología Clínica de la Universidad de California, principal autor del estudio.
Desilusión
Aun así, muchos expertos en terapias de pareja se encuentran tan desilusionados que incluso cuestionan el valor de cualquier forma de enfoque psicoterapéutico para matrimonios en crisis. Dicen que a estas parejas les va mejor si participan de cursos educativos matrimoniales: talleres grupales en los que se enseña a los cónyuges cómo convivir y se aconseja no ventilar sus problemas con terceros.
Desarrollados décadas atrás, estos programas están atrayendo actualmente a muchas parejas que no han obtenido ayuda en los consultorios de psicoterapia. Sin embargo, la efectividad de estos programas no es clara.
Aunque algunos estudios indican que las parejas que acuden a estas clases tienen una tasa de divorcio menor, expertos como el doctor Gottman consideran que muchos problemas conyugales, como historias de infidelidad o depresión, sólo pueden ser resueltos con psicoterapia.