Algunos alimentos y bebidas provocan la liberación de ácidos que desgastan el esmalte dentario, lo que favorece la aparición de caries
Aunque sus señales no son desde un principio visibles, la erosión ácida provoca un desgate paulatino en el esmalte dental, como el mar que va puliendo las rocas. Este deterioro de las piezas dentarias se produce por acción de los ácidos de ciertos alimentos o del propio organismo.
"La mayoría de las personas sufren de erosión ácida en algún momento de su vida", afirma la doctora Marta Kohan, especialista en periodoncia y docente de implantología de la Asociación Odontológica Argentina.
Pero como los signos de este desgaste no se presentan sino hasta muy avanzado el problema, "la mejor forma de detectarlo a tiempo es concurrir al odontólogo con frecuencia", recomienda la profesional.
Ante todo, "hay que diferenciar entre dos tipos de desgaste –señala por su parte la odontóloga infantil Déborah Vilá–: uno de tipo mecánico y otro por acidez". El primero se produce por un fuerte cepillado, o por bruxismo (apretar los dientes). El segundo se debe a los ácidos propios de algunos alimentos y bebidas (generalmente dulces), o los liberados por el organismo para metabolizar los hidratos de carbono.
La erosión ácida provoca un deterioro de la capa más externa del diente, que es el esmalte. Pero en casos graves puede llegar hasta la dentina (la capa intermedia), e incluso hasta el nervio. Esta erosión favorece la aparición de caries, y un debilitamiento y demineralización de los dientes.
También genera una mayor sensibilidad, y molestias al tomar bebidas y alimentos demasiado calientes o demasiado fríos. Como resultado, se altera la textura, forma y apariencia del diente, por lo que para restaurar su aspecto y función muchas veces hace falta realizar rellenos o reemplazos con material estético.
Las causas
Algunos alimentos provocan mayor acidez que otros: frutas, verduras, gaseosas, dulces, vinos. Sin embargo, no es necesario desterrarlos de la dieta. "Lo importante es cuidar la forma de consumirlos –señala Vilá–. Hay que evitar exponer al organismo a reiterados consumos de azúcar, por ejemplo cuando se comen caramelos o se toman gaseosas entre las comidas."
Kohan coincide y recomienda: "no cepillarse los dientes inmediatamente después de las comidas, sino dar un tiempo (entre media hora y una hora) a que la saliva, una natural neutralizadora de los ácidos, pueda actuar".
Por otra parte, y para evitar la erosión dental por causas mecánicas, hay que utilizar cepillos de dientes de cerdas suaves. Y en caso de padecer bruxismo, utilizar placas de descanso nocturnas que indicará el odontólogo.
En muchos casos, la erosión ácida está relacionada con la acidez estomacal. Y en otros casos puede ser una señal de bulimia. "A veces los dentistas nos damos cuenta de que las pacientes son bulímicas, dado que al vomitar devuelven los ácidos gástricos a la boca, y provocan el desgaste dental", admite Vilá.
Mejor prevenir...
Además de las pautas alimentarias y de higiene, para evitar el desgaste de los dientes es importante no abusar de los sistemas blanqueadores químicos, y realizar topicaciones con flúor cada seis meses. Una vez que el esmalte del diente se ha desgastado, "el daño es irreversible", advierte Kohan.
A veces es necesario hacer tratamientos de conducto y restaurar las piezas erosionadas con lámparas de luz alógena y materiales estéticos. Estos tratamientos suelen ser algo costosos, por lo que siempre es mejor prevenir.
Peligro de erosión
Señales de alerta, que pueden delatar el desgaste de las piezas dentarias:
- Dientes amarillentos, lisos y pulidos, más transparentes cerca del borde.
- Dolor agudo al consumir bebidas frías o calientes.
- Gran consumo de gaseosas y dulces.
- Sensación de acidez.
- Bruxismo (rechinar los dientes).
- Cepillado violento de dientes.
Dónde consultar
Asociación Odontológica Argentina (AOA): www.aoa.org.ar.