La hormona del estrés tiene mala reputación, pero no está claro el fundamento de su fama: ayuda a movilizar la energía que se necesita para enfrentar o huir del peligro
- 8 minutos de lectura'
A lo mejor no puedas dormir. O duermes demasiado. Tal vez tu piel se sigue brotando o siguen apareciendo resfríos. Capaz el estómago se hincha o se siente el cuerpo tembloroso. Quizás no puedas concentrarte, comer o deshacerte de la tensión en tu columna.
Si uno ha estado usando TikTok últimamente, es posible que se sienta inclinado a culpar a sus niveles de cortisol por una o todas estas dolencias mencionadas. Durante el último año más o menos, los usuarios han inundado la red social con historias sobre cómo sus supuestos desequilibrios de cortisol los han llevado a una serie de problemas de salud y han recomendado a los espectadores que analicen sus propios niveles de cortisol.
El cortisol, a veces conocido como la hormona del estrés, es una sustancia química que ayuda a regular la forma en que el cuerpo reacciona al estrés. “Es una hormona que conecta la mente y el cuerpo”, dijo Martin Picard, profesor asociado de medicina del comportamiento en la Universidad de Columbia. Casi todos los órganos tienen un receptor que responde al cortisol. Es crucial para funcionar a lo largo del día, ya sea regulando la presión arterial o combatiendo la inflamación.
Eso no significa necesariamente que los desequilibrios de cortisol sean responsables de las diversas dolencias que las personas comparten en TikTok, dijo Nia Fogelman, científica investigadora asociada del Yale Stress Center. “Creo que es completamente natural y comprensible porqué la gente quiere: A), descubrir qué está pasando con su cuerpo y B) querer arreglarlo”, dijo. Pero no es tan simple.
¿Qué hace el cortisol?
Cuando se experimenta estrés, la glándula pituitaria -del tamaño de un poroto en el cerebro-, a veces llamada glándula maestra, envía señales a las glándulas suprarrenales ubicadas sobre los riñones, incitándolas a secretar y administrar cortisol en el torrente sanguíneo.
“Los cuerpos liberan la sustancia química cuando se enfrentan a un desafío, ya sea psicológico o físico, real o imaginario”, dijo Jeanette M. Bennett, psicóloga que estudia los efectos del estrés en la salud en la Universidad de Carolina del Norte. Se libera cortisol cuando uno se encuentra con una amenaza tangible, como encontrarse con un oso en una caminata, pero también cuando uno recibe un importante correo electrónico en el trabajo. Cuanto más amenazante se percibe que es un evento, más cortisol se produce. Los investigadores usan con frecuencia el hablar en público como una herramienta para estudiar los niveles de cortisol ya que cualquier situación en la que a las personas se las evalúe socialmente tiende a producir un pico rápido de cortisol.
“La mente y el cuerpo responderán como si se estuviese en peligro o por morir, cuando en realidad lo que sucede es que nuestro sentido del yo está siendo amenazado”, dijo el Dr. Picard.
Este es un regalo de la evolución: el cortisol ayuda al hombre a movilizar la energía que se necesita para enfrentar o huir del peligro, en parte al aumentar la cantidad de glucosa en sangre. También regula el metabolismo. “Nuestros niveles fluctúan a lo largo del día, subiendo cuando nos despertamos por primera vez y cayendo cuando nos quedamos dormidos”, dijo el Dr. Gregory Fricchione, jefe asociado de psiquiatría en el Hospital General de Massachusetts y profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard.
“El cortisol es tu amigo”, dijo el Dr. Fricchione, “hasta que hay demasiado”.
¿Qué sucede cuando tienes cortisol alto?
Se funciona mejor cuando uno tiene el nivel adecuado de cortisol. “Nuestros cuerpos son esta unidad armónica”, dijo la Dra. Fogelman. Pero el estrés crónico puede elevar los niveles básicos de cortisol con el tiempo, lo que lleva a una cascada de consecuencias. Los niveles persistentemente altos de cortisol pueden debilitar el sistema inmunológico, dijo el Dr. Fricchione, así como elevar los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial. También existe un vínculo integral entre el cortisol y el sueño: se necesita que el nivel hormonal disminuya para poder descansar por completo. “Las personas con niveles altos de cortisol a menudo luchan por conciliar el sueño y permanecer dormidos”, dijo el Dr. Fricchione.
Los desequilibrios también pueden causar fatiga e irritabilidad, señaló Bennett. “Esto es lo que es difícil con el cortisol. Debido a que es una hormona inherentemente importante para la función diaria, quitando el estrés, cada vez que se altera el ritmo diario, habrá problemas en el comportamiento”, dijo.
Algunas afecciones de salud mental, como la depresión y el trastorno de estrés postraumático, están asociadas con desequilibrios de cortisol, destacó el Dr. Raza Sagarwala, médico residente en el departamento de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, quien estudió los efectos de los tratamientos no farmacológicos en niveles de cortisol.
En casos raros, las personas que desarrollan cantidades excesivas de cortisol pueden presentar un conjunto de síntomas conocidos como síndrome de Cushing. Las personas con síndrome de Cushing pueden desarrollar una joroba de grasa en la parte posterior del cuello; algunas personas aumentan de peso, sienten fatiga y tienen problemas para dormir. A algunos les salen moretones con facilidad, y sus niveles de azúcar en la sangre y de presión arterial también pueden aumentar. Las personas con la afección pueden requerir medicamentos o cirugía, pero primero deben ser diagnosticadas por un médico, explicó la Dra. Pratibha PR Rao, directora médica del Centro suprarrenal de la Clínica Cleveland.
Sin evaluar los niveles de cortisol y consultar a un médico, es casi imposible determinar si algo como el acné o la falta de sueño están definitivamente relacionados con los desequilibrios hormonales, y el cortisol es un culpable conveniente al que las personas pueden señalar cuando no tienen otra explicación para sus problemas de salud. “Cuando las personas dicen que tienen niveles elevados de cortisol, les diría que no pueden sentir eso”, dijo Bennett. Pero si las personas están realmente preocupadas por sus niveles de cortisol, dijeron los expertos, pueden hablar con sus médicos de atención primaria para hacerse una prueba.
¿Puedes medir tu cortisol?
“Se puede usar sangre o saliva para evaluar los niveles de cortisol en un momento determinado, pero es probable que una toma única no sea del todo útil”, dijo el Dr. Picard, porque los niveles de cortisol cambian a lo largo del día. Las muestras de orina o cabello pueden revelar los niveles de cortisol durante un período de tiempo más largo, aunque las muestras de cabello se usan principalmente en entornos de investigación.
Algunas compañías ofrecen pruebas de cortisol en el hogar, que generalmente implican pinchazos en los dedos o hisopos de saliva. Pero los expertos recomiendan hablar con un médico de atención primaria que pueda derivarlo a uno con un endocrinólogo. “No soy entusiasta de estas pruebas caseras”, dijo Rao. “Mi consejo es que no se pruebe con ese método”.
Una razón para la precaución es que los médicos tratan de obtener una imagen completa de cómo los niveles de cortisol bajan y fluyen antes de determinar si puede haber algún problema, dijo el Dr. Mihail Zilbermint, profesor asociado de medicina clínica especializado en endocrinología en Johns Hopkins Medicine. .
“No es difícil evaluar los niveles de cortisol, pero tampoco son fáciles de interpretar”, agregó.
¿Puedes bajar tus niveles de cortisol?
Algunos estudios pequeños han sugerido que las intervenciones de yoga y atención plena como la meditación pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol, dijo el Dr. Sagarwala y agregó que incluso reservar cinco minutos al día para relajarse y restablecer la mente podría ser beneficioso. Recomendó el ejercicio de los “cinco sentidos”, que puede bajarlo a uno a tierra en un momento de estrés: se debe hacer una lista de cinco cosas que se puedan ver, cuatro cosas que se puedan tocar, tres cosas que se oigan, dos cosas que se huelan y una cosa que se pueda saborear.
“El ejercicio físico también puede ser útil para regular el cortisol”, dijo Bennett, especialmente la actividad física moderada como trotar o andar en bicicleta. Esos movimientos hacen que el cuerpo de una respuesta al estrés, aumentando el ritmo cardíaco y luego bajándolo una vez que se deja de hacer ejercicio. Ese ciclo entrena efectivamente al cuerpo para activar y apagar la respuesta al estrés de manera correcta.
Las personas deben identificar los métodos de reducción del estrés que funcionan mejor para ellos, dijo la Dra. Fogelman. Unos minutos haciendo ejercicios de respiración, por ejemplo, pueden calmar a una persona, pero a otra no. “Una vez que se encuentre una estrategia para aliviar el estrés, los niveles de cortisol pueden volverse más estables”, agregó; esto es cierto incluso para las personas que han estado expuestas a un estrés intenso y prolongado.
“El estrés no es una mala palabra”, dijo el Dr. Fricchione. “Tan solo porque somos un organismo vivo implica que habrá estrés”.
Por Dani Blum.