GINEBRA (AFP)- La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró ayer que el origen del nuevo coronavirus es natural y además pidió participar en las investigaciones sobre el origen del virus en Pekín, China. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insiste en que fue creado en un laboratorio del gigante asiático.
"En lo que respecta al origen del virus en Wuhan, hemos escuchado a numerosos científicos que estudiaron el virus, y nos aseguraron que el virus es de origen natural", indicó el director de programas de emergencia de la OMS, Michael Ryan, en una conferencia de prensa virtual. La organización, que hasta ahora había elogiado la gestión de crisis por parte del gobierno chino, instó a las autoridades asiáticas a que la invitara a participar en las investigaciones en curso o previstas sobre los orígenes animales del virus.
Desde la sede de la OMS en Ginebra, Ryan añadió que era importante averiguar el "huésped natural del virus". El directivo explicó que el principal objetivo es entender "bien el virus" y comprender la "transmisión de animal a humano" y "cómo se cruza la barrera entre las especies animal y humana". De acuerdo a Ryan, el estudio permitirá implementar medidas de salud pública y de prevención para impedir que pueda volver a ocurrir una pandemia como la actual.
Mientras Estados Unidos acusa a la OMS de haberse demorado demasiado en alertar sobre la epidemia para no irritar a Pekín, el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, defendió de nuevo su actuación el viernes. El directivo destacó que el 28 de enero pasado viajó a China para entrevistarse con el presidente Xi Jinping, y preparar la visita de un equipo internacional de científicos a Wuhan. "Recuerdo que la gente nos aconsejaba que no viajáramos a China porque no se sabía cómo actuaba el virus", relató y señaló que tuvo "miedo" de ir.
El 30 de enero, la OMS declaró la emergencia sanitaria mundial, algo que había rechazado hacer una semana antes. El 11 de marzo, catalogó al Covid-19 como pandemia.
Según un balance de la agencia AFP, la epidemia, que apareció en Wuhan, China en diciembre pasado lleva contagiadas a más de 3,2 millones de personas en el mundo y causó casi 235.000 muertes.