El Ministerio de Salud de la Nación difundió hoy una lista de dudas frecuentes acerca de las vacunas contra el coronavirus
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El Ministerio de Salud de la Nación difundió hoy una lista de preguntas frecuentes acerca de las vacunas contra el Coronavirus. Desde qué grado de protección provee cada una de las tres marcas que se aplican hoy en el país a los posibles efectos adversos y la eficacia contra las nuevas variantes. Trece preguntas claves sobre la vacunación contra el Covid-19.
¿Las vacunas evitan la infección por coronavirus?
Todas las vacunas contra la Covid-19 demostraron eficacia para prevenir enfermedad grave y muerte cercana al 100%. También redujeron el riesgo de desarrollo de enfermedad sintomática en porcentajes significativos (70-90%). Se necesita más evidencia para conocer el impacto de las vacunas en la transmisión y contagio del COVID-19.
¿Qué grado o nivel de protección aporta la vacuna Sputnik V?
En el caso de la Sputnik V los estudios demostraron reducir la probabilidad de enfermedad sintomática en un 91% y cercana al 100% en formas graves, hospitalización y mortalidad.
¿Qué grado o nivel de protección aporta la vacuna Sinopharm?
La vacuna de Sinopharm reduce la probabilidad de enfermedad sintomática en 79,3% y cercana al 100% en formas graves, hospitalización y mortalidad.
¿Qué grado o nivel de protección aporta la vacuna Covishield?
La eficacia reportada para la vacuna de Covishield/AstraZeneca indica una reducción de entre el 70% y 80% de la probabilidad de enfermedad sintomática y cercana al 100% para formas graves, hospitalización y muerte.
¿Cuál es el nivel de efectividad de las vacunas contra el coronavirus?
La efectividad de las vacunas se estudia entre los vacunados en la población general (a diferencia de la eficacia que se mide en ensayos clínicos). Está siendo estudiada en diferentes lugares del mundo, y estudios preliminares indican niveles de efectividad similares a la eficacia medida en ensayos clínicos.
¿Puede haber un “falso positivo” por haberse aplicado la vacuna Sputnik V?
No. Todas las vacunas que se aplican en la Argentina carecen de capacidad replicativa por lo que no generan ningún riesgo de desarrollar la enfermedad. En el caso de presentar síntomas compatibles con COVID-19 con PCR positiva, existen múltiples posibilidades, en orden decreciente de probabilidad:
- Personas que fueron vacunadas inadvertidamente durante el período de incubación de la enfermedad.
- Personas que se infectaron pocos días post-vacunación, ya que la respuesta del sistema inmune demora hasta 28 días, y si bien se conoce su protección frente a la enfermedad, aún se desconoce su posible efecto protector sobre la infección.
- Personas que se enfermaron a pesar del efecto protector de la vacuna, ya que las mismas no ofrecen una protección del 100%.
¿Esto pone en duda la eficacia de la vacuna?
No. Toda vacuna que evite el desarrollo de enfermedad en alto porcentaje es adecuada; sobre todo si tiene porcentajes elevados de eficacia para disminuir la probabilidad de formas graves, hospitalizaciones y muertes.
¿Pierden eficacia las vacunas frente a las nuevas variantes de SARS-CoV-2?
Según los datos disponibles hasta el momento, todas las vacunas son eficaces frente a las hospitalizaciones y muertes causadas por el SARS-CoV-2, tanto frente a los linajes que han circulado desde los inicios de la pandemia como a las variantes, de más reciente aparición.
¿Puede la vacuna producir la muerte si se recibe en el período de incubación de la enfermedad?
La recomendación del Ministerio de Salud de la Nación es esperar el alta médica de Covid previo a la inmunización. No hay ninguna evidencia científica que indique que vacunarse estando en período de incubación pueda producir complicaciones de gravedad ni la muerte.
¿Qué eventos adversos pueden estar asociados con la vacuna?
El 99% de los eventos adversos de las vacunas contra Covid-19 son leves y esperados, se presentan con dolor en el sitio de aplicación, cefalea, fiebre baja, mialgias y la combinación de ellos. Menos del 1% de los casos pueden presentar síntomas gastrointestinales, reacción alérgica en distintos grados, y algunos otros eventos muy infrecuentes.
Desde el inicio del Plan Nacional de Vacunación contra Covid-19, las 24 jurisdicciones del país notificaron al 16 de marzo de 2021, 26.721 Eventos Supuestamente Atribuidos a Vacunas e Inmunizaciones (ESAVI) posteriores a la vacunación tras la aplicación de 2.541.362 dosis (Sputnik V 1.450.974; Covishield 519.384 y Sinopharm 571.004) registradas en el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (NoMiVac). El 99,2% de los eventos notificados fueron leves y moderados, 197 casos (0,73%) fueron hospitalizados para tratamiento.
¿Cuál es la relación entre coronavirus y trombosis?
El coronavirus SARS-CoV-2 es trombogénico y también hay otros factores que pueden causar trombosis, por lo que hay que investigar si estos casos se deben a la vacuna o a otras causas.
A principios de abril, la Agencia Europea de Medicamentos y el Comité Asesor Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS) de la OMS coincidieron en señalar que se considera plausible una relación causal entre la vacuna Vaxzevria (AstraZeneca) y la aparición de coágulos sanguíneos con plaquetas bajas, pero no está confirmada.
Se necesitan estudios especializados para comprender completamente la posible relación entre la vacunación y los posibles factores de riesgo. Las conclusiones se conocieron luego de la revisión de informes sobre casos raros de coágulos sanguíneos con plaquetas bajas después de la vacunación con la vacuna AstraZeneca COVID-19 (incluido Covishield) desde su inicio hace unas semanas.
Los eventos bajo evaluación son muy raros, con cifras bajas entre los casi 200 millones de personas que han recibido la vacuna AstraZeneca COVID-19 en todo el mundo, y los beneficios superan cualquier riesgo de efectos secundarios en relación con la vacuna.
Por el contrario, se sabe que la infección por la Covid-19 conlleva un riesgo significativo de desarrollar trombosis. Un estudio encontró que en personas con Covid-19, la prevalencia general de embolia pulmonar fue de 7,8 % y de trombosis venosa profunda del 11,2%. De los que requirieron cuidados intensivos, el 23% desarrolló tromboembolismo venoso. La Covid-19 también provocó accidentes cerebrovasculares en alrededor del 1,6% de las personas, y se estima que el 30% de las personas con Covid-19 desarrollan una disminución del recuento de plaquetas.
Para contextualizar el riesgo, 1/250.000 (0.0004%) personas vacunadas con Vaxzevria (Astrazeneca) desarrollará trombosis con plaquetopenia, mientras 1/2000 mujeres x año desarrollará trombosis al tomar anticonceptivos orales y 1/1000 personas x año desarrollará trombosis por viajar en avión.
¿Cuál es la eficacia de la vacuna Sinopharm con una sola dosis?
No hay suficiente información para determinarlo, pero la experiencia en Reino Unido y en estudios que empiezan a hacerse en la Argentina muestran que se alcanzan niveles suficientes de inmunidad con la primera dosis. En Argentina la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CONAIN) recomendó diferir la segunda dosis para lograr vacunar a la mayor cantidad de personas con una dosis en el más corto período de tiempo posible. Es importante resaltar que la eficiencia en población general reportada recientemente en Chile de 3% post-primera dosis es en otra vacuna (Sinovac), para prevenir enfermedad sintomática (no enfermedad grave/hospitalización/muerte), y que el período de análisis es de 14-27 días post dosis, por lo que no se cuentan con datos de la inmunidad adquirida después de los 27 días.
¿Por qué se decidió diferir la segunda dosis de vacunas?
Los intervalos recomendados en todas las vacunas son mínimos, no máximos. La mayor eficacia se logra con la primera dosis, y la segunda dosis aumenta un poco la eficacia pero, sobre todo, permite mantenerla por más tiempo. En todo el mundo se ha observado que la vacunación con una dosis, si bien ofrece menos protección que con dos dosis, brinda protección muy alta frente a enfermedad grave, hospitalización y muerte. Por este motivo, se decidió priorizar la aplicación de la mayor cantidad posible de primeras dosis entre la población de alto riesgo (mayores de 60), difiriendo la aplicación de la segunda dosis, ya que numerosos estudios indican que esta demora no afectaría significativamente la eficacia, ni supone riesgo alguno a la salud. Países como el Reino Unido y Canadá han adoptado la misma estrategia.