Creado a principios del siglo XX por el premio Nobel de Medicina Willem Einthoven, el electrocardiógrafo, equipo fundamental para evaluar el funcionamiento del corazón, no sufrió grandes cambios a lo largo de los últimos cien años.
Una de las innovaciones más recientes en el campo de la electrocardiografía es el desarrollo del investigador argentino Mario Mc Loughlin, especialista en diagnóstico por imágenes y medicina interna, que diseñó un nuevo sistema con mayor sensibilidad y precisión en los resultados de este estudio.
El trabajo se presentó en el Congreso Internacional de Arritmia y fue publicado en el último número de la revista Journal of Electrocardiology. En él se destaca que el nuevo método permite ver con mayor precisión lo que pasa en diferentes regiones del tórax.
"Habitualmente, cuando se hace un apto físico del gimnasio en una persona sana, con los datos de un electrocardiograma convencional es suficiente. Pero si la persona presenta un mayor riesgo porque tiene antecedentes coronarios, viene con dolor en el pecho o ha tenido ya un infarto, se requiere un mayor detalle", explica el especialista.
"Este es un sistema que aporta información adicional al electrocardiograma -comenta Mc Loughlin-. Y lo interesante es que se incorpora a un electrocardiógrafo convencional y no hace falta cambiar los equipos ni hacer un reentrenamiento de los médicos", aclara.
El proyecto fue desarrollado junto con estudiantes y docentes del Instituto de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ingeniería de la UBA, y se desprende de un desarrollo anterior: el "estetoscopio Doppler", que Mc Loughlin presentó al concurso nacional de innovaciones Innovar en 2012.
"Con el estetoscopio clásico, el médico escucha los sonidos producidos por las vibraciones de una membrana que se mueve por el latido del corazón. El nuevo dispositivo, en cambio, apunta a escuchar el corazón basándose en la velocidad con que se mueven la sangre y las estructuras cardíacas para ampliar el radar de detección de patologías", explicó Mc Loughlin al presentar el prototipo.
El aparato "se apoya sobre el corazón, igual que el estetoscopio común, para percibir la circulación de la sangre y el funcionamiento de las válvulas. Es la misma tecnología que se emplea en obstetricia para escuchar el corazón del feto, salvo que perfeccionada con filtros que anulan los ruidos graves y fuertes que generan las paredes del órgano cuando se mueven para enfocarse en las válvulas y en la sangre", describe.
En su momento, Mc Loughlin recibió una propuesta de una firma internacional (3M) para encarar el desarrollo industrial de su prototipo. Pero actualmente "el proyecto se encuentra frenado porque falleció la persona que lo estaba promoviendo", comenta el médico emprendedor.
En el caso del nuevo sistema para electrocardiógrafos, una universidad de Dinamarca está interesada en desarrollar el proyecto y realizar pruebas con pacientes para validarlo.
Acerca de este dispositivo, el doctor Marcelo Elizari, médico cardiólogo y presidente de la Academia Nacional de Medicina, subraya que "el desarrollo de una innovación en el registro de la actividad eléctrica del corazón es auspicioso y debe ser demostrado luego de estudios de correlación de las imágenes eléctricas. De todos modos, más allá de la precisión de los electrocardiogramas, son importantes el conocimiento y el entrenamiento de los médicos para hacer un buen diagnóstico".
Chequeos predeportivos
El electrocardiograma no solo se les realiza a personas que están cursando un cuadro de infarto. Por ejemplo, a esta altura del año, cuando se acerca el inicio de clases y muchas personas deciden inscribirse en un gimnasio tras las vacaciones, es preciso obtener el "apto físico". Lejos de ser un trámite, este examen de salud comprende varios estudios (entre ellos, el electrocardiograma) que ofrecen información valiosa para la prevención y detección de enfermedades. Más aún cuando representa, en muchos casos, el único chequeo médico que se le realizará durante el año.
Este chequeo "consta de dos etapas -explica la cardióloga Alejandra Angrisani, miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA)-. La primera consiste en una serie de preguntas para conocer el historial de salud y controlar el calendario de vacunas".
"También se debería preguntar si la persona (sea niño, adolescente o adulto) presenta síntomas cuando realiza actividad física como palpitaciones, falta de aire y dolor en el pecho, o si presenta desmayos al realizar la práctica. Además, se debería indagar sobre los antecedentes familiares de eventos coronarios, muerte súbita o enfermedad genética cardiovascular", detalla la cardióloga.
Entre los estudios complementarios que suelen pedirse, se encuentra el ECG (electrocardiograma). "Debe realizarse en reposo y permite la detección de alteraciones eléctricas, arritmias, modificaciones que sugieran la presencia de enfermedades del músculo cardíaco y trastornos de la conducción eléctrica. En los adolescentes sanos, se aconseja realizar por lo menos uno al año", destaca Angrisani.
Latidos
Música cardíaca: la salud, en primer plano
Inventado hace casi un siglo, el electrocardiógrafo no solo le valió el Premio Nobel a su creador, sino que también pasó a ser un equipo indispensable en los servicios de urgencias, medicina interna, cardiología y terapia intensiva de todos los hospitales del mundo. Habitualmente, el método tradicional es suficiente para auscultar la salud cardíaca de los pacientes, pero el nuevo sistema, desarrollado por Mario Mc Loughlin y estudiantes de la Facultad de Ingeniería, aportaría más precisión en casos de alto riesgo o antecedentes coronarios.