Además de visitar la exposición que recrea la vida del diez, se pueden recorrer los estadios donde juegan de local los Dolphins, los Heat y los Marlins para sentirse una estrella de las grandes ligas
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En murales gigantes y carteles hay una cara que no deja de aparecer en cada esquina de Miami. Con la camiseta de argentina o la del Inter de Miami, Lionel Messi está plasmado en toda la ciudad. Desde su llegada al equipo de David Beckham en 2023, la Messimanía no solo contagió la pasión por el fútbol, sino que también avivó la llama del deporte.
Más allá del shopping y la playa, Miami hoy reúne dos fenómenos mundiales: por un lado, al astro del fútbol y por el otro, las ganas de vivir experiencias, una tendencia que crece. El sur de Florida está lleno de propuestas deportivas atravesadas por el entretenimiento.
La zona donde este fenómeno es palpable es en Coconut Grove, donde tiene lugar la Messi Experience World Tour. Los fanáticos del mundo lo viven como un acercamiento a la vida del ídolo del fútbol, mientras que para los argentinos se siente como volver un rato a casa. Con el obelisco de fondo, un mar de banderas de la Argentina recibe a los espectadores con el festejo de ese 18 de diciembre de 2022, después de ganar por tercera vez el título de campeones del mundo. Al ritmo de la canción Muchachos que pone la piel de gallina, es inevitable revivir la sensación de éxtasis que atravesó el país hace más de un año y medio.
Con la misión de ir escaneando distintos códigos QR para coleccionar “balones de oro” a medida que se avanza en el recorrido, esta experiencia inmersiva e interactiva teletransporta a sus visitantes a los primeros pasos de Messi en el mundo del fútbol. Las paredes de las instalaciones no dejan de moverse con la proyección de imágenes de su juventud como, por ejemplo, en su habitación de pequeño en Rosario con pósters de sus ídolos y fotografías de él con sus primeros equipos, y con videos de su pase al Barcelona, hito que lo posicionó en la cresta de la ola.
El lazo entre Messi y la Argentina está más que latente en el tour, incluyendo el glorioso momento de cuando levantó las copas con la albiceleste y también la época menos brillante en la que se lo criticaba.
La hora y media dentro de la experiencia no solo se vive como espectador: hay actividades para sentirse un jugador más. Para grandes y chicos, propuestas con hologramas ponen a prueba la puntería y destreza con la pelota al mismo tiempo que en formato de quiz evalúa el conocimiento sobre la vida del 10. ¿El broche de oro para cerrar el recorrido? Una selfie virtual con Messi para llevarse de recuerdo.
Detrás de escena
El Bernabéu en Madrid o el Mâs Monumental y La Bombonera en Buenos Aires son paradas obligatorias para cualquier turista fanático del deporte. Conocer el detrás de escena y recorrer los mismos pasillos que caminan los jugadores antes de entrar a la cancha le da al hincha la oportunidad única de ponerse en la piel de sus ídolos y acercarse más todavía al deporte.
En Miami, el protagonista de esta temporada y el espacio más camaleónico es el Hard Rock Stadium. La cancha donde la Selección Argentina ganó la final de la Copa América contra Colombia tiene capacidad para 65.000 personas y es el hogar de los Miami Dolphins, el equipo de la NFL.
Pero no todo queda en la esfera del fútbol. Asombra la capacidad metamórfica de sus instalaciones, que en pocos días y con una coreografía cronometrada montan y desmontan hasta 18 estructuras para darle forma al próximo evento. El estadio fue sede de seis ediciones del Super Bowl, el evento de fútbol americano más esperado del año, y dentro de dos años su nombre volverá a resonar en la conversación internacional ya que albergará partidos de la Copa Mundial de la FIFA en 2026.
En el mismo predio también se juega el Abierto de Miami. Durante marzo se despliegan 30 canchas de tenis para que el Hard Rock Stadium reciba a los jugadores más prestigiosos de este deporte en uno de los torneos más importantes fuera de los cuatro Grand Slams.
En 2022, este estadio también fue el escenario de la primera carrera de Fórmula 1 de Miami, con una pista de 19 curvas y 11 tribunas en medio del estacionamiento. Los organizadores incluso crearon un “puerto deportivo” improvisado donde los yates de fiesta se posaban en el agua mientras los espectadores veían la carrera. En uno de sus salones exclusivos hay un guiño para los argentinos: un retrato del piloto Juan Manuel Fangio corriendo en su auto.
El nombre Hard Rock está íntimamente ligado a la música y esta industria también forma parte del itinerario del estadio. La célebre Taylor Swift tocará este octubre en sus instalaciones y se sumará a la larga lista de artistas que ya cantaron allí, como Bad Bunny, los Rolling Stones, U2, Beyoncé y Jay-Z, y Madonna.
El predio es tan grande que se tarda un buen rato en recorrerlo. La buena noticia es que quien busca conocerlo en poco tiempo puede subirse a uno de los carritos que circulan por el perímetro y recorren en 20 minutos el complejo.
En Miami hay varios tours que permiten escabullirse tras bambalinas. Uno de los más nuevos es el recorrido por el Kaseya Center, el hogar del equipo tres veces campeón de la NBA: Miami Heat. En julio estrenó sus visitas guiadas para que los fanáticos del basquetbol conozcan las historias detrás de cada rincón.
Con capacidad para 20.000 personas, el complejo es una de las principales instalaciones deportivas del país. Fue sede de las finales de los playoffs de 2006, 2012 y 2013, cuando el Miami Heat salió campeón y recibió cientos de conciertos desde su inauguración en 1999.
Una vez por semana, se realizan recorridos con acceso total al Kaseya Center hasta el 27 de septiembre. En grupos de hasta 30 personas, los asistentes pueden explorar desde los vestuarios de los jugadores y los gimnasios de alta complejidad hasta las suites del estadio, la sala de control de medios y mucho más.
El tour no es un simple recorrido, sino que es una experiencia en la que miembros del equipo explican la forma en la que está diseñado el lugar para que sus jugadores se sientan los reyes del básquetbol, desde que estacionan su auto hasta que se retiran del estadio.
Los datos de color son miles. Exceptuando la cancha, cada paso que los deportistas dan es en un alfombrado acolchonado para minimizar el impacto al caminar, casi como si flotasen. Así como cuidan su físico también los incentivan psicológicamente, según cuenta en el tour Julian Sanchez, manager de Programación Juvenil y Desarrollo de Fanáticos en Miami Heat. ¿Cómo lo hacen? Los vestuarios de los locales están empapelados con fotos de los momentos memorables del equipo, complementados con colores estimulantes y palabras de aliento. El juego psicológico también aplica para los rivales, quienes son recibidos en un vestuario de visitantes gris, incómodo y poco hogareño.
Más allá de estas atracciones, Miami constantemente recibe muestras itinerantes vinculadas al deporte. Por ejemplo, desde febrero hasta agosto de este año estuvo abierta al público la exhibición temporaria que rindió tributo al boxeador Mohammed Ali.
La réplica de la bicicleta que le robaron en su infancia y lo animó a aprender a defenderse hasta sus batas y guantes que usaba en combate son algunos de los elementos que se expusieron en el museo y que le dieron forma a su vida.
Tiempo para el show
El deporte y la experiencia también se fusionan en Miami. De fondo suena por los altoparlantes la voz del host en el estadio de béisbol LoanDepot Park, hogar de los Miami Marlins, que es un ejemplo perfecto de este concepto. Este juego popular en los Estados Unidos tiene un factor que favorece este escenario: el tempo del partido. El fútbol está en constante movimiento y los ojos no pueden despegarse de la cancha. El béisbol, en cambio, es un juego interrumpido cuyas pausas permiten conectar con la audiencia a través de la experiencia, explica Jon Erik Alvarez, director senior de Relaciones Públicas y Comunicaciones del estadio.
El show está presente en cada minuto del partido: los jugadores eligen la canción que quieren que suene cuando caminan a la base para batear, distintas melodías suenan a lo largo de la jornada invitando a que el público aplauda, la mascota del equipo local se pasea entre las gradas para sacarse fotos con los espectadores y en las pausas hay trivias y premios para divertirse e interactuar.
Recurrir a la experiencia en este tipo de ambientes va de la mano de otra realidad: la competitividad de la industria del entretenimiento. “Tenemos que encontrar algo diferente ya que tenemos mucho contra lo que competir y de ahí surgen las noches temáticas: algunos partidos se vinculan a un tema, como podría ser la saga de Star Wars, algún animé o una película famosa y esa noche se venden remeras de la película vinculado con el estadio como también, por ejemplo, aparecen mascotas vestidas de los personajes para que la gente se saque fotos con ellos y conteste las trivias”, comparte Alvarez. De esta manera, no solo convocan al fanático del béisbol, sino que en la misma noche también reciben al seguidor de estas películas.
Datos útiles
Messi Experience World Tour
Está disponible hasta el 31 de agosto, dura aproximadamente 90 minutos y cuesta entre US$30,90 y US$45.90 para adultos o entre US$24.90 y US$36.90 para menores, de entre 3 y 15 años. Además de su nueva sede en Los Ángeles, la experiencia también estará disponible hasta septiembre en el Estadio Luna Park, donde las entradas cuestan $25.000 por persona.
Estadios
Los tours por el Kaseya Center duran entre una hora y una hora y media, cuestan desde US$24.99 hasta US$39.99 por persona y se pueden comprar por internet. Cada recorrido se realiza en grupos de 30 personas, entre las 14 y las 18. La dirección es 601 Biscayne Blvd, en la Bahía de Biscayne.
El estadio de los Marlins está ubicado en 501 Marlins Way y se puede llegar a través de varias opciones de transporte público. Las entradas a un partido de béisbol cuestan desde US$10.
Arte y gastronomía
En caso de querer complementar el tour deportivo con otras actividades, hay opciones para todos los gustos. Para los aficionados del arte, un recorrido por el barrio de Wynwood es una gran opción para sacarse fotos y conocer el trabajo de muralistas de todo el mundo. En cuanto a gastronomía, una alternativa es recorrer Calle Ocho en el barrio de Little Havanna para conocer sobre la cultura cubana en Miami. En dos horas y media, se pueden degustar distintos platos, como el clásico sándwich cubano, sus empanadas, facturas y la tradicional agua de caña. En el recorrido de Miami Culinary Tours, también se podrá conocer el proceso de fabricación de los habanos y el parque de dominó donde juega la población mayor de la comunidad.
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