Los avances tecnológicos permiten diagnósticos y tratamientos más precisos que ayudan a prevenir enfermedades
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En oftalmología, la inteligencia artificial (IA) está desempeñando un papel cada vez más crucial, revolucionando tanto el diagnóstico como el tratamiento de enfermedades oculares. Algo muy relevante es la posibilidad de realizar predicciones sobre el futuro, analizando los riesgos y beneficios sobre diferentes situaciones. Dicho de otra forma, hoy, la IA en oftalmología permite anticiparse.
La visión de una persona está influenciada por diversos factores, tanto aspectos genéticos, heredofamiliares, como por su estilo de vida, su nutrición y el entorno ambiental. Todo esto genera respuestas internas en el organismo y mediante avanzados biosensores se puede conocer cómo responde el cuerpo. La IA permite utilizar toda esta información y realizar instantáneamente simulaciones del futuro. Es la gestión de datos, que la IA filtra y jerarquiza de manera efectiva, ayudando a evaluar los riesgos de forma precisa y personalizada. Esto mejora la capacidad de establecer pronósticos certeros, como la probabilidad de desarrollar una enfermedad ocular. La IA permite visualizar el futuro de la visión de una persona y qué cosas se deben hacer para evitar o mitigar su afección.
Por otra parte, se emplean diversas tecnologías para capturar imágenes detalladas del ojo, con información objetiva cuya interpretación puede variar según la experiencia y habilidades del médico si introduce subjetividad en el proceso. Hoy en día, los sistemas de IA pueden analizar las imágenes con una precisión creciente, con la posibilidad de identificar cambios y parámetros críticos. Estos sistemas comparan datos de ojos de todo el mundo, ofrecen una segunda ‘opinión’ que complementa la del profesional y que permite tomar decisiones más informadas y personalizadas para cada caso.
Una pregunta que suele surgir es si es preferible ser operado por un ser humano o por un robot. La inteligencia artificial, al aprender continuamente y analizar datos en tiempo real, puede integrarse con robots para realizar procedimientos con una precisión que podría superar la habilidad manual de los humanos. Se puede imaginar un robot que no solo supervisa el estado emocional del paciente, sino que también controla sus variables biológicas y factores de riesgo, evaluando todas las posibilidades para llevar a cabo la mejor acción posible. Aunque esta visión puede resultar inquietante para algunos cirujanos, también es prometedor considerar que, en un futuro cercano, podría ser posible contar con sistemas y máquinas capaces de interactuar con los pacientes, mejorando así la precisión y eficacia de los tratamientos.
Actualmente, la inteligencia artificial es una herramienta poderosa que está transformando la práctica médica. Es esencial que los profesionales de la salud mantengan una formación continua en este campo para maximizar sus beneficios, identificar sus limitaciones y mitigar los riesgos potenciales. La IA no reemplaza al médico, sino que amplía su capacidad.
La oftalmología, como muchas otras especialidades médicas, está experimentando cambios vertiginosos gracias a la IA. En el futuro, habrá avances aún más sorprendentes, como la integración de sistemas de IA en el hogar del paciente para monitorear la salud ocular en tiempo real o su utilización para desarrollar tratamientos personalizados basados en el perfil genético de cada individuo.
La revolución de la inteligencia artificial en oftalmología no solo está mejorando la capacidad para diagnosticar y tratar enfermedades oculares, sino también está redefiniendo el papel del médico en el proceso de atención al paciente. Estos avances permiten ofrecer una atención más precisa, eficiente y personalizada, lo que se traduce en mejores resultados.
Dr. Germán Bianchi, oftalmólogo especializado en cirugía ocular.