Este fruto se destaca por su alto nivel nutritivo y su contenido en fibras que ayuda al proceso digestivo y a la absorción de los nutrientes; ¿cuál es la mejor forma de consevarlo?
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La palta es un fruto cuyo uso gastronómico es popular en distintos países del mundo y que da origen a numerosas preparaciones. Además del sabor que ofrece, cuenta con ciertas propiedades que son beneficiosas para la salud, y por esto se la suele denominar como “superalimento”.
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Palta: todas las propiedades por las que es conocida como “superalimento”
Tal como suele ocurrir con las frutas y las verduras, no existe un único tipo de palta. Aunque puede variar de tamaño, forma y color, todas sus variantes mantienen en su esencia las mismas propiedades, ya sea a nivel alimenticio como nutritivo.
Se dice que la palta es un “superalimento” debido a la cantidad de nutrientes y grasas saludables que presenta. Los beneficios que aporta su consumo para el cuerpo humano son numerosos y aplican a la salud del aparato digestivo, del bienestar cardíaco y al cuidado de la piel.
Algunos de los beneficios de comer palta son:
- Es buena para el corazón porque regulan la presión cardíaca. También ayudan a mantener estables los valores del colesterol y los de azúcar en sangre.
- Su alto contenido en vitaminas y minerales explica sus propiedades antiinflamatorias. Entre ellos, las paltas cuentan con vitaminas A, C, D, K y B.
- Calorías, carbohidratos, proteínas, folatos, potasio, sodio, magnesio, hierro y calcio son algunos de los tantos nutrientes que tienen.
- El alto contenido en fibras que tiene este fruto permite que el organismo absorba con mayor facilidad los mismos, por lo que así ayuda al sistema digestivo.
Claves para conservar la palta y evitar su oxidación
Aunque su consumo provee numerosas propiedades beneficiosas para la salud y se caracterizan por su versatilidad en la gastronomía, hay algo por lo que las paltas representan un problema: se trata de la velocidad con la que se ponen en mal estado. Esto se debe a que su mecanismo de descomposición se acelera cuando la pulpa interna entra en contacto con el aire. Por suerte, existen algunos secretos para retrasar el proceso de oxidación:
- Uno de ellos consiste en cubrir la parte abierta del fruto con un papel film. Hecho esto, debe ser conservada en una heladera.
- Otro secreto consiste en sumergir la parte “abierta” de la palta en una capa de jugo de limón exprimido o darle una “pincelada” a la misma con este líquido. Luego se debe guardar en la heladera. La desventaja que tiene este último método es que el sabor original del alimento puede resultar alterado por el del limón.
Algo importante a tener en cuenta es que estas claves retrasan apenas el proceso de oxidación, pero no mucho. Aplicando estos secretos, las paltas pueden durar en buen estado aproximadamente unos tres días más de lo habitual.