Desde su casa en Oakland en California, Logan Ury desarrolló un negocio exitoso con su enfoque del romance moderno basado en datos
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OAKLAND, Calif. — Recostada sobre unas piedras en el patio de un barrio cerrado de lujo, Logan Ury se sacaba las migas del vestido mientras la mujer sentada enfrente suyo le relataba su manera de vincularse emocionalmente. Guirnaldas de luces colgaban de los árboles y se escuchaba de fondo el burbujeo de un jacuzzi.
“Soy evasiva”, asumió la mujer. Razón por la cual seguía soltera y buscó la ayuda de la Sra. Ury. “Tal vez la mujer no estaba necesariamente ansiosa pero se estaba interponiendo en su propio camino, pensando demasiado las cosas. En otras palabras, era su propia “bloqueadora”, explica Ury.
La Sra. Ury sugirió que, dado que la mujer había conocido en persona a sus anteriores parejas, pasara parte de su tiempo libre escalando muros, charlando con otros escaladores para buscar potenciales nuevos romances, en lugar de explorar las aplicaciones de citas.
La Sra. Ury, tiene 34 años y forma parte de un largo linaje de expertos en el amor, que colectivamente han construido toda una industria de especialistas en citas. Con el tiempo se les sumaron al proyecto TikTokers, podcasters e instagramers con el objetivo de producir contenido relacionado a la temática y brindar consejos a la hora de tener una cita: esperá tres horas antes de responder un mensaje, decile a los hombres que te hacen sentir segura, controlá los impulsos de pelear con tu pareja.
Esta especialista cuenta con una exitosa formación profesional: tiene un título en psicología de Harvard y escribió un libro que va por su octava edición y que fue traducido a 14 idiomas. Para destacarse en el mercado la Sra. Ury posiciona su servicio como preciso y prestigioso y utiliza con sus clientes el mismo lenguaje que los directores ejecutivos de Silicon Valley.
Una hora más tarde y desde su escritorio, la experta en citas, dirigió una sesión de Zoom para 67 personas que pagaron casi US$2,000 cada uno por un curso de seis semanas en el que los participantes pueden despejar sus dudas más apremiantes acerca del proceso de citas. Mientras enrollaba y desenrollaba un pañuelo entre sus dedos, la anfitriona hablaba acerca del rol de las rodillas durante una cita.
En el curso, un hombre quería saber por qué la mujer con la que acababa de salir había rechazado la segunda cita a pesar de haberle dado un largo abrazo al despedirse y de que sus rodillas lo habían estado apuntando durante toda la velada.
La Sra. Ury le respondió de manera lenta: “Sí. Puedo validar que eso es confuso”.
En eso consiste su trabajo: validar y arrojar sus teorías basadas en investigaciones acerca de cómo encarar los rituales románticos en estos tiempos. “¡Hay que encarar las citas como un científico!” dijo cuando una mujer le preguntó qué tan joven era demasiado joven para considerar a alguien como una pareja romántica viable. Y explicó: “Salí con algunos chicos más jóvenes, mirá cómo te sentís, volvé a calibrar’.
Otra mujer contó que se negó a relacionarse con hombres en aplicaciones de citas que se etiquetaban a sí mismos como “sapiosexuales”, manifestando que se sentían atraídos sexualmente por la inteligencia. En respuesta, la Sra. Ury le explicó que aquella palabra era “una preferencia, no un factor decisivo”.
Desde su ventana ,observó brevemente el tren que pasaba del otro lado de la calle. Luego volvió a mirar la cámara y sonrió. “Recuerden”, dijo, “nunca dejen de coquetear”.
Usar números para encontrar el amor
La Sra. Ury habla siempre como si estuviera en un podio y en una entrevista, suele explayarse y brindar respuestas profundas y largas, explayándose a veces hasta 25 minutos. Suele sustentarse con datos y por lo general cita a Adam Grant, un referente de los experimentos en economía del comportamiento.
A través de su lenguaje genera seguridad en sus clientes, especialmente en los hombres de Silicon Valley. “Si se trata de un tipo centrado en la ingeniería, diré ‘aversión a la pérdida’, ‘falacia del costo irrecuperable’. Sé que, con ciertas personas, eso hace que quieran trabajar conmigo”, contó.
Los datos también definen la forma en que encara su vida: desde su rutina de ayuno intermitente hasta su vida en Radish, el barrio de lujo, que ella considera una utopía diseñada científicamente. En términos simples, es un complejo de cuatro edificios que ella y su esposo comparten con 12 ingenieros, científicos del comportamiento, capitalistas de riesgo y otros, donde el baño está equipado con jabón de leche de cabra y los residentes se comunican mediante un canal de Slack llamado “not_a_cult”.
‘Las investigaciones muestran que las personas son más felices cuando viven en grupos”, dijo la Sra. Ury. En Radish, los miembros cenan juntos casi todas las noches y los invitados son bienvenidos. El día que fui de visita, un chef privado estaba “audicionando” para un trabajo regular de catering sirviendo salmón ahumado vegano que había preparado con zanahorias.
Los fondos que elige para sus llamados de Zoom, están cuidadosamente pensados. Por lo general incluye suculentas que sobresalen de unas macetas de terracota y que están apoyadas sobre una colorida estantería. Incluso, tiene una colección tan grande de libros sobre citas y relaciones que podría llenar el pasillo de autoayuda de una librería. Entre los títulos más destacados se encuentran: “Adjunta”, “Ven tal como eres”, “Cásate con él”, que se encuentran junto a 18 copias de su libro “Cómo no morir solos”, una síntesis de la literatura psicológica llena de simpáticos consejos sobre las citas modernas.
Desde su lanzamiento en febrero de 2021, la Sra. Ury fue convocada para participar en podcasts, consultada para distintos artículos e invitada a programas de televisión. En la mayoría de los casos, se la interrogaba acerca de las citas demoradas por la pandemia.
También trabaja en la aplicación de citas Hinge como directora de ciencias de relacionamiento, un puesto en el que se dedica a realizar encuestas. Un estudio reciente mostró que el 88% de los usuarios de la aplicación prefieren salir con personas que asisten a terapia.
“Lo que distingue a la Sra. Ury ha destilado una gran variedad de investigaciones sobre las relaciones”, dijo Eli Finkel, profesor de psicología en la Universidad Northwestern y autor de “El matrimonio de todo o nada”, uno de los libros en el estante de la Sra. Ury. “Ella no tiene la experiencia clínica que tiene Esther Perel, tiene menos experiencia en investigación que John Gottman. Pero no hay nadie que haya indagado tanto y tenga el mismo nivel de experiencia que ella”, agregó el Dr. Finkel.
Los clientes que la consultan llegan con capturas de pantalla, diferentes discursos y lenguajes de amor y traumas infantiles y ella les habla usando términos simples. Además, les pide que completen un cuestionario: “posterior a la cita ocho”, que pregunta qué tan rígidos estaban sus cuerpos en una cita y si se sintieron “escuchados”.
Si un cliente decide entablar una relación, la Sra. Ury suele alentarlo a completar un “contrato de relación” con una pareja. En total son diecisiete páginas que cubren, entre otras cosas, la cantidad mínima de veces que la pareja se comprometerá a tener relaciones sexuales en un periodo dado. Si la relación termina, la Sra. Ury puede sacar su contrato de ruptura, que establece límites, como si los ex quieren mantenerse conectados en LinkedIn y cómo planean describir la ruptura más allá de su círculo íntimo de familiares y amigos.
Hay un principio matemático centrado en datos que a la la experta le gusta usar especialmente para calmar a sus clientes. Se trata de un acertijo de ciencias del comportamiento que se llama “el problema de la secretaria”: si estás contratando a una secretaria (el principio se hizo popular en los años 50) y hay 100 candidatos, entonces, ¿cuándo elegís a la persona adecuada? La respuesta matemáticamente óptima es que se debe entrevistar al 37% de los candidatos y después descubrir a la persona que más le gustó hasta el momento. Esa persona se convierte en su “punto de referencia significativo”, y se debe contratar al próximo candidato que parezca mejor que ese destacado.
En este sentido, la experta dice: si vas a tener citas activas entre los 18 y los 40 años, cuando tengas 26.1, habrás salido con alrededor del 37% de las personas con las que saldrás alguna vez. Y explica que a esa edad, tu mejor ex es tu punto de referencia. La próxima vez que conozcas a alguien que te guste más que ellos, comprométete.
Esto no siempre es lo que los clientes quieren escuchar, y algunos lectores de su libro se enojaron por lo que ven como una descripción sombría acerca del romance moderno.
“Si querés tener un libro que te diga que renuncies, no exactamente a todos los estándares, pero ciertamente a la idea de enamorarte orgánicamente, sumá este libro a la biblioteca de títulos que te reitera cuán patética y desesperada es o debería ser tu propia soltería”, escribió Shani Silver, escritora de citas y relaciones, en su reseña.
Ese tipo de comentarios no desconcierta a la Sra. Ury, que dice que la gente tiene un gran miedo a lo que ella llama: conformarse.
“Tuve conversaciones en las que hablé con alguien y le dije: ‘Entiendo que tus padres estuvieron casados durante 40 años y tienen este cuento de hadas de romance en la escuela secundaria y eso es con lo que creciste y lo que querés, pero tenés 37 años. Si tenés una cita cada dos meses y no le gustás a los chicos que te gustan, y no te gustan los que gustan de vos, a este ritmo, no llegás a conocer a nadie”.
La creación de un experto en el amor
La Sra. Ury creció en Boca Ratón, Florida. Después del colegio solía ir a la playa y asistía a dos actividades extracurriculares: formaba parte del equipo de debate y de la creación del diario del colegio.
Sus padres se divorciaron cuando estaba en la escuela secundaria, motivo por el que empezó a desconfiar de las relaciones a su alrededor. Ante estas situaciones, “un chico suele pensar qué fue lo que salió mal y de qué manera lo puede solucionar?”, dijo Ury.
Durante su segundo año en Harvard, escribió un artículo sobre los hábitos de consumo de pornografía de los estudiantes. Después de graduarse, trabajó en Google como parte de lo que llamó “Porn Pod”, administrando cuentas de publicidad para fabricantes de juguetes sexuales y sitios pornográficos. Después trabajó en un laboratorio de ciencias del comportamiento dentro de Google, donde pudo realizar experimentos sobre la toma de decisiones de los usuarios y organizó charlas sobre citas y romance en el campus de Google.
Durante ese tiempo, contó que le gustaba un chico al que se refirió en su libro como Brian. Con él, se había dado un beso en uno de sus seis viajes a Burning Man y terminó por obsesionarse con él, quien la rechazó. Además contó que le mandaba mensajes de texto ocasionales, una situación que según cuenta la afectó. Este tipo de dinámica es la que ve en sus clientes repetir una y otra vez, aferrándose a la ilusión de una conexión.
Ella sabe que las personas la contactan para replicar su historia de amor ya que, saben que ella logró salir de “las trincheras” y casarse. “Tuve citas en línea. Ignoré mensajes y me ignoraron. Llegué a tener 8.5 citas en una semana”, dijo. “Siento que tengo el nivel perfecto de atractivo, no es que sea tan hermosa sino que es como, ‘Oh, la cita fue tan fácil’. Tenés que ser alguien con quien la gente pueda identificarse”, agregó.
Desanimada por “Burning Man Brian”, la Sra. Ury contrató a su propio entrenador de citas, años antes de considerar convertirse en uno. El entrenador le insistió a hacer una lista de las características que le importaban y a considerar cómo quería sentirse durante una relación, y se dio cuenta de que un amigo en el trabajo, un chico que se llamaba Scott, tenía muchas de esas cualidades.
Habían ido juntos a Harvard y se acordaba de un almuerzo con él en la universidad. En el pasado, se lo había cruzado en una aplicación de citas, pero ella nunca mostró interés. “Yo no habría dicho, ‘ingeniero vegano de 5 pies 8 pulgadas”, o cosas así’”, dijo, hablando de su imagen para su pareja ideal.
Scott y la Sra. Ury se casaron hace dos años, pero están juntos hace siete.
En el otoño de 2019, Scott sintió un dolor en el tobillo y pensó que era una lesión por escalar rocas. Para mayo de 2020, le diagnosticaron una forma rara de cáncer de huesos y necesitaba una amputación debajo de la rodilla. Él y la Sra. Ury ya estaban comprometidos y habían planeado casarse más tarde ese verano. Pero a raíz del diagnóstico, decidieron casarse antes de que arrancara el tratamiento.
Un sábado de junio, los amigos de Scott le organizaron una despedida de su pierna; al día siguiente, la pareja se casó en el Golden Gate Park. Ese lunes, Scott tuvo la cirugía.
“En un día de primavera en Radish, le pregunté a Scott cómo se sentía que la gente pagara por los consejos de su esposa, que su matrimonio se presentara como un faro para las personas decepcionadas con el proceso de citas”, dijo Ury.
“Logan es una experta en citas, no una experta en relaciones de siete años”, dijo lentamente. Estábamos jugando al ping-pong en el patio trasero. “¡Puedo aceptar eso!”, exclamó la Sra. Ury desde la otra punta de la mesa.
Cómo llegar al “felices para siempre”
Lo que comenzó para la Sra. Ury con un cliente, se convirtió en un negocio para el que no está segura de tener la capacidad.
Ofrece asesoramiento personalizado en paquetes de seis sesiones y, por lo general, le entrega al cliente una plataforma de Presentaciones de Google, completa con fotos que la persona debe agregar a los perfiles de citas. También envía un documento lleno de ediciones sugeridas a sus diversas indicaciones de la aplicación de citas.
En mayo, dirigió Propel, un “campamento de entrenamiento” de una semana de duración solo para 128 personas que cuesta US$480. Además, se está preparando para lanzar otra clase de citas más grande y más larga en el otoño. En 2021, ofreció “conversaciones para la toma de decisiones” de 90 minutos uno a uno. La gente la llamaba para preguntarle si deberían proponerle matrimonio, si el deseo sexual de su novio regresaría alguna vez, si había una forma aceptable de terminar una relación por problemas de salud mental de su pareja. Ella también hace algo de entrenamiento pro bono, generalmente de manera semanal.
Kimberly Baudhuin, de 26 años, quien dejó un trabajo de consultoría en Bain para convertirse en la asistente de tiempo completo de la Sra. Ury, dijo en una entrevista telefónica que antes de conocerla, se sentía frustrada por la cantidad de podcasters, personas influyentes y TikTokers que decían tener “El secreto de las citas modernas”. Con la Sra. Ury, dijo: “Es táctico. Es paso a paso”.
La Sra. Ury me contó sobre un cliente que tuvo una avalancha de primeras citas sin llegar a una segunda. Su sentido del humor no se transmitía a las mujeres con las que salía, así que ella lo ayudó a practicar una historia sobre el verano que pasó en la universidad trabajando en un foodtruck. “No es como si le estuviera diciendo que mienta sobre su altura, sino sobre su edad”, dijo.
Por otro lado, suele decir que tiene un don para reconocer patrones, es decir, la capacidad de ver la manera en que alguien encara las citas. Con ese propósito, les pide a sus clientes que completen “auditorías de relaciones”, detallando con quién salieron, cómo conocieron a cada persona y por qué terminaron sus relaciones. De esta manera, la Sra. Ury las puede avaluar.
Una mujer de 35 años que tomó la clase con la Sra. Ury el año pasado dijo que el ejercicio le tomó seis horas y como resultado, le dijo que tendía a salir con personas con “grandes personalidades”.
“No me estoy presentando como una gurú. Le digo a la gente: crearé un sistema que los ayude a abordar sus puntos ciegos y cambiar sus decisiones”, dijo la Sra. Ury.
Habíamos estado conversando en el Blueberry, un edificio de color morado donde está la cocina de Radish y la Sra. Ury ya se estaba poniendo inquieta. Fuimos a dar un paseo; me llevó a dar una vuelta por las calles de Oakland. En sus manos sostenía una taza de café con las siglas: “INTENCIONALMENTE PARA SIEMPRE”. Sus crocs resonaban al andar.
Le pregunté si estaba sorprendida por el esfuerzo que dedicaban sus clientes a darle forma a sus historias y chistes, sus trabajos, su infancia y sus ex, para que sonaran más apetecibles. Ella se rió.
“Las citas son un problema acuciante”, dijo. “Si estás soltero y querés encontrar a alguien, vas a hacer un gran esfuerzo para solucionarlo”, agregó.
Por Dani Blum
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