El astigmatismo es una disfunción visual que impide un enfoque claro de los objetos, tanto a corta como a larga distancia. Lo que produce esta disfunción, es un defecto en la curvatura de la córnea.
En un ojo astigmático la córnea se encuentra "achatada" en sus extremos, y la dirección de su "aplastamiento" es lo que determina el eje del astigmatismo.
Cuando la luz incide en la córnea, el efecto resultante es una conjunción de imágenes distorsionadas que afectan a la visión de cerca y de lejos.
La miopía, el astigmatismo, y la hipermetropía, constituyen los llamados "vicios de refracción", los cuales son muy comunes en la población. El 80% de los casos de astigmatismo se pueden combinar con otros de estos defectos visuales.
Causas del astigmatismo
Hasta el momento, las causas del astigmatismo fueron calificadas como puramente hereditarias. Se trata de una anomalía genética que, como tal, no tiene prácticas de prevención.
Sin embargo, los pacientes que se hayan realizado un trasplante de córnea o una cirugía de cataratas podrían padecer astigmatismo como una consecuencia directa.
Principales síntomas del astigmatismo:
- Percepción de imágenes distorsionadas: es el primer punto que debe tomarse como alerta para el chequeo. Se trata del efecto típico que produce el astigmatismo y, por eso mismo, constituye la señal más clara de su existencia.
- Jaquecas y dolores de cabeza: son normales si hay astigmatismo, sobre todo cuando se fuerza la vista para lograr el enfoque sobre los objetos.
- Molestias oculares: no llegan a ser consideradas como dolorosas pero, si su presencia persiste, los pacientes agudizan la incomodidad.
Lo fundamental para llegar a un diagnóstico preciso que indique el tipo y el grado de astigmatismo existente, es realizar un examen oftalmológico llamado "prueba de refracción", o una oftalmoscopia, que es otro tipo de evaluación basada en la medición de la refracción a través de la luz reflejada.
Cómo detectar el astigmatismo en niños
Es normal que los padres se preocupen por el óptimo crecimiento de sus hijos y, uno de los temores más habituales, es que en ese camino desarrollen alguna patología que les impida madurar con normalidad.
Observar a los niños, sobre todo cuando están haciendo su tarea o viendo videos en una tablet, es una forma de detectar si los síntomas existen y tomar la decisión de realizar las pruebas que sean necesarias.
Si alguien de la familia padece astigmatismo, teniendo en cuenta que se trata de una anomalía hereditaria, es ideal desarrollar los exámenes cuanto antes.
Si no se registran antecedentes, a partir de los 4 años de edad se considera un período normal para realizar chequeos de rutina.
Las cirugías no son recomendadas en niños ya que su visión continuará cambiando hasta un promedio de 18 y 22 años de edad.
Durante esta etapa de la vida, el uso de anteojos o lentes y la asistencia periódica a los chequeos médicos, será la única medida posible hasta tomar la decisión de una corrección definitiva.
Soluciones para el astigmatismo con y sin cirugía
Según la Academia Americana de Oftalmología, el uso de anteojos o lentes de contacto puede moderar y corregir el astigmatismo compensando el efecto que producen las curvas de la córnea.
En los casos en que la problemática sea muy aguda, las operaciones refractivas son muy simples y efectivas, gracias a los avances tecnológicos que permiten métodos eficientes.
La cirugía refractiva se puede realizar generalmente luego de los 22 años de edad, porque es cuando los médicos aseguran que el defecto se estabiliza por completo.
Sin embargo, los pacientes con astigmatismo pueden llevarla a cabo antes de esa edad, si se encuentran en condiciones luego del chequeo correspondiente.
Una de las cirugías más conocidas es Lasik, un método en el que el oftalmólogo modifica la forma de la córnea a través de un láser, mejorando la dirección en que los rayos se posicionan en la retina. Esta operación se utiliza también para curar la miopía y la hipermetropía.
Los pacientes ideales para llevarla a cabo son aquellos cuya visión dejó de cambiar y se mantiene estabilizada (generalmente, más de 18 años de edad), y aquellos en los que el astigmatismo no supera una agudeza severa o presenta la característica de "ojos secos".
Los avances tecnológicos permiten que una cirugía Lasik no produzca ningún tipo de dolor, dure un promedio de 15 minutos para ambos ojos, y demuestre los resultados luego de las 24 horas.
Todo dependerá del paciente: En algunos casos, el oftalmólogo puede sugerir días de descanso, mientras que en otros, las personas operadas van a trabajar al día siguiente.
En la actualidad, la cirugía Lasik es muy común, y la calidad de vida de las personas que se animan a dar ese paso mejora notoriamente con resultados claros, efectivos, y sostenidos a largo plazo.