Sospechan que podría tratarse del segundo contagio detectado en la Argentina de esta afección
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La confirmación de un caso de hepatitis de un niño de 4 años en Neuquén disparó las alarmas para el Ministerio de Salud de esa provincia, ya que después de realizar varios estudios, aún no se pueden determinar las causas que provocaron la afección.
A partir de los casos de hepatitis aguda grave infantil registrados en Europa, y el que se confirmó en la provincia de Santa Fe, el gobierno neuquino busca sembrar conciencia sobre la necesidad de detectar los síntomas a tiempo.
A través de un comunicado, el Ministerio de Salud de Neuquén confirmó que un niño de cuatro años se había contagiado de hepatitis y que evoluciona de manera favorable, aunque aún resta terminar una serie de estudios para descartar las causas más comunes que causan la enfermedad.
Lucy Pérez, infectóloga e integrante del Departamento de Bioseguridad del Ministerio de Salud de Neuquén, explicó que el niño fue internado en una clínica privada de la capital el pasado 29 de abril, luego de que su madre notó que padecía fiebre y que tenía una leve coloración amarilla en la piel.
Ya internado, el niño sufrió una insuficiencia hepática, pero logró recuperarse y ya evoluciona de manera favorable, por lo que el personal de la clínica estima que podría recibir el alta en los próximos días. Sin embargo, los estudios realizados no pudieron identificar cuál fue la causa de su enfermedad.
“Es una hepatitis que no se conoce la causa”, dijo Pérez durante una entrevista con LU5, y agregó: “Para definir que es de causa desconocida hay que definir que todos los marcadores virales de otras causas de hepatitis sean negativos”. De este modo, aún es prematuro confirmar un segundo caso de esta hepatitis de origen desconocido, pero las autoridades consideraron que sí es momento para estar alertas ante posibles nuevos contagios.
“En la historia de la hepatitis siempre ha quedado alguna sin conocer”, dijo y agregó que preocupa la frecuencia de los casos, con “una gran cantidad de afectados en poquito tiempo”. La dificultad para determinar si se trató de una causa viral o por un tóxico terminó por encender las alarmas en ese Ministerio.
“Como no sabemos cuál es la causa no podemos aventurar mucho acerca de la prevención”, señaló la médica. Agregó que una hipótesis que se baraja es que esté asociada a un tipo de adenovirus, que se contagia a través del contacto o por secreciones respiratorias. Por eso, aclaró que las dos formas más efectivas de prevenir son el lavado frecuente de las manos y el aislamiento respiratorio.
Pérez recordó que los niños de hasta 10 años pueden contagiarse de esta enfermedad, aunque se han dado casos también entre menores de 16. Los síntomas más frecuentes son fiebre, vómitos, gastroenteritis y decaimiento, aunque también puede verse la coloración amarilla en algunos casos, como ocurrió con el niño neuquino.
Tal como ocurrió con este niño de 4 años, muchos pacientes desarrollan una insuficiencia hepática que, en la mayoría de los casos, termina por evolucionar de manera favorable. Sin embargo, Pérez sostuvo que se dieron casos donde fue necesario un trasplante.
El informe neuquino llegó pocas horas después de que el Ministerio de Salud de la Nación confirmara el primer caso de esta enfermedad en la Argentina, tras detectar la afección en un niño rosarino de ocho años. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguraron que ya se confirmaron casi 250 casos en más de 200 países y hay otros todavía sujetos a investigación, como es el caso de Neuquén.