Salomon Langer emigró en 1976. Realizó descubrimientos revolucionarios. Fue nominado varias veces al premio Nobel. Acaba de ser incorporado a la Academia Nacional de Medicina
Pese a haber vivido los últimos 22 años en Francia, el doctor Salomon Z. Langer aún conserva intacto el acento de su Buenos Aires natal, como demostró hace algunas semanas en el Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina, cuando fue nombrado académico.
Con tan sólo un vistazo a su extenso y fructífero currículum, es fácil comprender el porqué de esta distinción, que es un reconocimiento a su trayectoria. Langer, un experto en farmacología experimental, reúne todos los requisitos: publicó 329 trabajos científicos, participó activamente en el desarrollo de 5 medicamentos innovadores, e incluso fue nominado 3 veces al premio Nobel, hecho del que, con notable modestia, prefiere no hablar.
Idas y vueltas
Egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires, Langer se graduó en la Facultad de Medicina de la UBA con medalla de oro en 1960. Convulsiones audiógenas , su tesis doctoral, fue elaborada en la cátedra de Fisiología que por aquel entonces dirigía el doctor Bernardo Houssay.
En 1962, partió a los Estados Unidos, becado por la Fundación Rockefeller. "Allí pasé 4 años, la mayor parte del tiempo en Harvard, y luego en 1966 me fui a Cambridge (Inglaterra) -recuerda-. En 1968 recibí la visita de Houssay, que me indicó claramente que su expectativa era que regresara al país, y me dijo que se comprometía a hacer todo lo posible para que mi regreso fuera fructífero."
Efectivamente, en marzo de 1969 Langer regresó al país para asumir la dirección del recién creado Instituto de Investigaciones Farmacológicas, del Conicet. "Durante esos años sufrimos todas las dificultades que se sufren en nuestro país, pero aún así pudimos concretar descubrimientos importantes", recuerda.
Receptores herejes
En 1971 y 1972 se produjo un descubrimiento de gran impacto en la farmacología y en la neurobiología: los receptores presinápticos que modulan la liberación de neurotransmisores. "Cuando una neurona se comunica con otra, libera un transmisor químico ( neurotransmisor ) que actúa como una llave en una cerradura ( receptor ) que se encuentra en la otra neurona -explica Langer-. Lo que en aquellos años no se conocía era que también existe una cerradura en el terminal del nervio de la primera neurona, y que su función es regular la cantidad de neurotransmisor liberado o, en otras palabras, el tamaño de la señal."
Este mecanismo, descubierto por Langer, representaba por aquel entonces mucho más que un concepto nuevo en neurobiología, era toda una herejía . "No nos animábamos a hacer público nuestro trabajo -confiesa-. Estuvimos 6 meses para verificar que nuestra hipótesis era correcta y sólo entonces decidimos hacerla pública."
En 1986, el Current Contents, una revista que registra el número de veces que un trabajo científico es citado por otros trabajos, lo premió por haber sido uno de los 250 más citados entre 1955 y 1985; años más tarde, en 1997, fue designado por la British Pharmacological Society como uno de los 35 artículos más importantes publicados en los últimos 50 años.
Los años franceses
Los tristes sucesos de 1976 llevaron a Langer a dejar el país. Primero viajó a Inglaterra y luego a Francia, para dirigir un laboratorio de investigación de nuevos medicamentos.
En los 22 años que lleva en Synthélabo, Langer, su actual presidente, participó de la A a la Z en la investigación y el desarrollo de 5 innovadoras drogas, para la hipertensión y el glaucoma, la enfermedad coronaria, la hipertrofia benigna de próstata, un hipnótico superior a las benzodiazepinas y el primer antihistamínico que también es antiinflamatorio.
Los años 80 fueron testigos de otro importante descubrimiento científico que tuvo al doctor Langer como protagonista. El hallazgo del sitio de recaptura de la serotonina y de un transportador de ese mismo neurotransmisor que ha sido de relevancia para el tratamiento de la depresión.
"En la depresión existe un déficit en la transmisión de serotonina -explica Langer-. El sitio de recaptura de la serotonina es justamente el lugar en donde actúan los modernos medicamentos antidepresores como el Prozac, y además puede ser utilizado como marcador biológico de la depresión."
Con sus 63 años, el doctor Langer sabe que se encuentra muy cerca del límite legal para jubilarse que rige en Francia (65 años).
¿Cuáles son los planes que aún tiene para el futuro? "Al igual que en los últimos 5 años -medita-, el aspecto genético sigue predominando en mi interés, particularmente en el descubrimiento de nuevos receptores o de nuevas enzimas (aceleradores químicos) que están presentes en el genoma humano y que representan sitios de acción potencial para nuevos medicamentos." Y luego concluye: "Volvemos al ciclo del descubrimiento de nuevos medicamentos que es, en gran medida, como la ciencia médica avanza.
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