
Voto electrónico. Quiénes están detrás de la máquina que marcó las últimas elecciones
Victoria Riqué y Carlos Genoud cuentan cómo diseñaron el formato del dispositivo
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En el biombo, la boleta de papel. En el dispositivo, la Boleta Única Electrónica (BUE). Las elecciones del domingo pasado abrieron el debate sobre los tiempos de votación, la capacidad organizativa de las autoridades de mesa y el desconocimiento de los votantes sobre el uso de la máquina. Pero más allá de las filas y el retraso en algunas escuelas, la máquina Vot.ar tiene su propia historia. Porque está desarrollada por una pareja de diseñadores argentinos que obtuvo varios premios internacionales. El último, el prestigioso Red Dot Design Award, equivalente al Oscar, que este año se alzó en la categoría Diseño de Producto.
Sus nombres son Victoria Riqué (44) y Carlos Genoud (45), son diseñadores industriales de la Universidad de Buenos Aires al frente del estudio xCruza, y contemplaron varios aspectos a la hora de plantear el diseño de la máquina (que también cuenta con software local fabricado por la empresa MSA, con base en el Distrito Tecnológico porteño). “La logística fue clave, ya que se traslada por todo el país, muchas veces atraviesa caminos desfavorables, e incluso viaja a lomo de mula”.

“Pensamos un cierre hermético, fácil de transportar, seguro y resistente”, explican los diseñadores sobre las unidades que también se implementaron en las últimas elecciones de Paraguay y Ecuador.

Así, con la apariencia de una valija de herramientas, su exterior está pensado para quien la traslada, y la interfaz interna contempla la dinámica para el usuario.

El sistema no es nuevo, va por la segunda versión que admitió cambios puntuales con respecto al que se estrenó en 2015 para el ballotage Horacio Rodríguez Larreta – Martín Lousteau: “La pantalla extra grande facilita la opción al votante cuando se trata de múltiples categorías, y las fotos de los candidatos aparecen más visibles. Además, en este modelo la batería cuenta con una autonomía de 12 horas por posibles cortes de luz en las escuelas. Y finalmente, la boleta pasa por detrás de la pantalla”, señalan los diseñadores que también obtuvieron la distinción del Sello Buen Diseño por este equipo que se usó en las elecciones de La Pampa, Neuquén, Córdoba y Salta.
En cuanto a las comentadas dificultades del sistema, argumentan: “El hecho de votar primero detrás de un biombo y luego con la máquina duplicó el tiempo, porque no todas las autoridades permitieron el ingreso de dos personas en forma paralela. El sistema resultó desconocido para muchos. Sin embargo, en mayo, cuando viajamos a registrar la experiencia en las votaciones de Salta, la mayoría ya conocía la dinámica. Allá el tiempo no fue tema”.

El domingo pasado, los diseñadores industriales recorrieron varias escuelas de la ciudad. “Nos interesamos por la performance en distintos barrios y cómo funcionó la transición del papel al sistema electrónico. A pesar de las demoras, a las 21 horas ya estaba el 95% de las mesas escrutadas. Por pedido de la Junta Electoral se escrutaron primero las boletas de papel y luego la BUE”, detallan. El Centro de Cómputos y Monitoreo señaló que, del total de 15.214 urnas electrónicas para 8770 mesas habilitadas, solo 285 presentaron fallas.

Vot.ar es el primer sistema de Boleta Única Electrónica desarrollado íntegramente en la región que compite con los estándares de calidad de los sistemas de Europa y Estados Unidos. “El objetivo fue desarrollar un dispositivo que garantice eficiencia técnica y accesibilidad para los usuarios, ideado para tener dos estadios claros de uso: en situación de traslado como unidad hermética modular y cuando el equipo se prepara para votar, en una interfaz intuitiva para las autoridades electorales y los votantes”, explican Victoria y Carlos, que compitieron con empresas de software como Indra (España) y Smartmatic (Estados Unidos). “Que el sistema se reconozca internacionalmente valida el estándar de normas globales y el desarrollo nacional, que muchas veces queda opacado”, apunta Victoria. Y detalla que además, la máquina de votar cuenta con la distinción de Marca País, Innovar y la Bienal Iberoamericana de Diseño. “Es un producto observado con estándares elevadísimos, aprobado por la Junta Electoral y los partidos. A todos se les entregaron con tiempo para capacitar y capacitarse”, aclara.

Diseño e identidad
Cuando Victoria y Carlos empezaron a bocetar el sistema electrónico pensaron en afianzar una de las características de los argentinos durante las elecciones: el ritual de la urna. Por eso desarrollaron la boleta impresa que sí o sí se deposita en la icónica urna de cartón. “A diferencia de Brasil o Estados Unidos, donde el voto es 100% electrónico, los argentinos tenemos muy arraigada esta ceremonia de depositar la boleta en la urna. Y la máquina permite verificar qué se imprimió en la boleta”, dicen.
Además del Red Dot Design Award que obtuvieron por esta máquina, Riqué y Genoud también fueron premiados por el e-Termo. El innovador producto fue desarrollado por el estudio xCruza para la firma Peabody. El termo –que acaba de alzarse con el Paris Design Award– nació como resultado del primer concurso de diseño argentino realizado por la marca en 2017, que ya va por la segunda edición. Resignificar la experiencia de tomar mate, integrar tecnología y sumar diseño fueron los atributos del diseño que conjuga las funciones de una jarra eléctrica y un termo tradicional.

De los acalorados debates que sostenían Victoria y Carlos junto a otros estudiantes de Diseño Industrial al propio estudio que bautizaron xCruza pasaron muchos años. A finales de 2001 el diseño atravesaba una profunda crisis. “Todo era caótico, mucho desconcierto”, recuerda la pareja que pasaba horas hablando sobre el tema en el bar La Giralda. “Nos interesaba mucho encontrar el camino para definir la identidad del diseño argentino”, destacan Victoria y Carlos, que lanzaron xCruza Estudio en 2004. No tardaron en conseguir clientes. Diseñaron juguetes de consumo masivo para la empresa brasileña Mercotoys, gafas de seguridad para la firma 3M, el logo del Sello Buen Diseño y sus aplicaciones, una cocina solar portátil y la identidad visual de varias compañías, entre otros.
“El nombre del estudio surgió por nuestra idea de construir el futuro del diseño desde una perspectiva que articule la cultura, la industria y la sociedad. El diseño fusiona y cruza estos ejes, es una herramienta para la industria que otorga identidad y valor a los productos”, concluyen los diseñadores.
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