Volvé tu casa sustentable. Ideas eco friendly para la vida cotidiana

La cabaña en la montaña que alquilamos con mi mujer y mi hija no tenía ni conexión eléctrica, ni de gas, ni agua de la canilla, ni mucho menos wifi. Tampoco tenía baño, o al menos lo que en la ciudad se conoce como baño. Sin embargo, contaba con todas las comodidades necesarias para pasar unas vacaciones en familia en plena naturaleza. Era una casa “off the grid”, es decir que estaba desconectada de la red de servicios públicos, diseñada para funcionar de forma totalmente autónoma pero sin perder confort. La electricidad se generaba a través de un panel solar, el agua la recolectábamos de una vertiente, una salamandra a leña calentaba por las noches y hasta teníamos un discreto baño seco ecológico a pasos de la casa principal.

Si bien la tendencia sustentable de construir casas desconectadas expresamente de la red todavía es incipiente en Argentina, la experiencia de pasar unos días en una cabaña autónoma en medio de la naturaleza sirve para repensar cómo vivimos en las grandes ciudades y qué impacto tienen en el planeta nuestros hábitos domésticos.

Si entendemos que la sustentabilidad empieza por casa, todos deberíamos incorporar prácticas para transformar nuestras viviendas en lugares más amigables con el ambiente. Sobre todo si tenemos en cuenta que un 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global son hogareñas, según cálculos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. ¿Cómo poner manos a la obra? Algunas ideas:

CLIMATIZACIÓN PASIVA

Los especialistas en arquitectura sustentable coinciden en que una buena parte del partido se define en la calefacción y en la refrigeración. Claro que los irrisorios precios de las tarifas de luz y gas, especialmente en el área metropolitana de Buenos Aires, hacen que se arranque perdiendo por goleada. La inmensa mayoría de las construcciones en el AMBA derrochan energía. La estrategia para remontar este resultado adverso en términos ambientales, es lo que se conoce como climatización pasiva, es decir la gestión de la temperatura interior sin la necesidad de incrementar el consumo de la energía, ya sea para calentar o enfriar. La arquitecta Angie Dub, coordinadora de la Maestría Sustentabilidad en Arquitectura y Urbanismo de la UBA, comparte algunos consejos según la estación. “En verano es clave hacer foco en el control solar: mantener las cortinas cerradas durante el día para evitar el ingreso de calor excesivo, asegurarse de que haya ventilación cruzada siempre que se pueda y priorizar el ventilador sobre el aire acondicionado. En invierno, las persianas son el mejor amigo de la eficiencia en un clima como el porteño. Deberían volver a instalarse en todas las casas, al igual que las alfombras, que mantienen el calor”.

“Invertir en buenas carpinterías es importante pero Buenos Aires es una ciudad con clima templado que casi no necesita calefacción ni refrigeración”, dice Ezequiel Rivarola, titular de Era Arquitectos, un estudio especializado en construcción sustentable. Sobre la obsesión nacional por el aire acondicionado, agrega: “La tecnología de los equipos de aire acondicionado que se venden en Argentina está en desuso en el resto del mundo.”

DUCHAS CORTAS Y MENOS PRESIÓN DE AGUA

El uso –y abuso– del agua es otro de los desafíos que hay que abordar. Dos tercios de ese consumo tienen lugar en el baño. Según datos de la OMS, una ducha estándar dura unos 10 minutos, durante los cuales se utilizan 200 litros de agua. Es decir que con el simple gesto de reducir ese hábito a 5 minutos, ahorraríamos 100 litros de agua por día. En este sentido, los expertos recomiendan instalar griferías con aireadores, que reducen el caudal del agua sin perder presión.

ILUMINACIÓN LED

En cuanto a la iluminación, las ventajas de las lamparitas con tecnología LED frente a la clásica bombita que inventó sir Thomas Edison son tan contundentes que en Argentina desde el año pasado directamente no se puede elegir: se prohibió su comercialización. Para los late adopters, sepan que las LED duran hasta 500 veces más y consumen un 90% menos de electricidad.

Ahora bien: ¿es caro construir una casa más amigable con el ambiente? “Depende de cómo se mire: en algunos aspectos puede ser una inversión inicial mayor pero se ahorra mucho a futuro”, distingue Rivarola. Por su parte, Dub cree que si se planea desde el inicio, una casa sustentable “off the grid” no implica un costo mayor que la alternativa tradicional y promueve sistemas constructivos bajos en carbono que empiezan a valorizarse, como el wood-frame o la madera laminada cruzada, el hormigón del futuro. “Hay que pensar a los edificios como organismos vivos, que consumen recursos y generan deshechos”, concluye Rivarola sobre el impacto ambiental de nuestros hogares.

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