Durante años se pensó que era bueno para el corazón, pero los médicos ya no lo sostienen
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NUEVA YORK (The New York Times).– En un segmento de 1991 de 60 Minutes, el corresponsal de CBS Morley Safer preguntaba cómo podía ser que los franceses disfrutaran de alimentos ricos en grasas como el paté, la mantequilla y el queso Brie y, sin embargo, tuvieran tasas más bajas de enfermedades cardíacas que la gente en Estados Unidos.
“La respuesta al enigma podría estar en esta copa tentadora”, dijo Safer, levantando una copa de vino tinto a los espectadores.
En aquel momento, varios estudios habían apoyado esta idea, contó Tim Stockwell, epidemiólogo del Canadian Institute for Substance Use Research.
La posibilidad de que una copa o dos de vino tinto pudieran beneficiar al corazón era “una idea encantadora” que los investigadores “acogieron”, dijo Stockwell. Encajaba con el cuerpo más grande de evidencia que en 1990 vinculaba el alcohol con la buena salud. Sin embargo, en los años siguientes, varios estudios, incluyendo uno que Stockwell y sus colegas publicaron en 2023, fueron confirmando que el alcohol no es la bebida saludable que una vez se creyó.
En 2022, otro grupo de investigadores informó que no solo no había beneficio cardiovascular al beber alcohol, sino que incluso podría aumentar el riesgo de problemas cardíacos, dijo Leslie Cho, cardióloga de la Cleveland Clinic. Se trata de un mensaje muy diferente al que los pacientes podrían haber escuchado de sus médicos durante años, reconoció Cho. Pero el consenso ha cambiado.
Hoy, la OMS y otras agencias aseguran que no hay cantidad de alcohol que sea segura, independientemente de si se está bebiendo vino, cerveza o licor.
Cuando asesora a sus pacientes, la doctora Jennifer L. Hay, científica conductual y psicóloga de la salud en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, dice que muchos están “absolutamente sorprendidos” al saber que el alcohol, de cualquier tipo, es un carcinógeno. Los pacientes de cardiología de Cho se asombran cuando ella sugiere que reduzcan el consumo de alcohol, incluido el vino. “Se quedan como, ‘¿Qué? Pensé que protegía contra las enfermedades cardíacas’”, comentó.
Es cierto que el vino tinto contiene compuestos llamados polifenoles, algunos de los cuales pueden tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Pero ningún estudio, incluyendo décadas de investigación sobre un polifenol llamado resveratrol, ha vinculado las cantidades que se obtienen del vino tinto con la buena salud, dijo Cho. Para la mayoría está bien disfrutar de una copa de vino de vez en cuando, pero no ayuda a su corazón.
“Es hora de abandonar esa creencia”, concluyó Cho.
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