Solos, pero acompañados: estudiar en grupo de forma virtual
Las plataformas online ofrecen “salas de enfoque” para quienes necesitan del espacio compartido y la presencia de otros a la hora de sumergirse en un texto
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La presencia del otro para concentrarse. El sonido de una vuelta de página, una tos o una silla que cruje. Para muchos estudiantes el espacio compartido es clave para focalizarse en un texto. Ya casi sin bibliotecas abiertas y con más restricciones para armar grupos de estudio, las plataformas online ofrecen alternativas.
El fenómeno de StudyStream crece al ritmo de los nuevos usos pandémicos. Ya no se trata solo de juntarse entre compañeros para resolver tareas. Ahora también se pueden compartir jornadas de lectura individual pero colectiva a la vez. Las salas de “enfoque” que funcionan 24/7 intentan mejorar la productividad de secundarios, universitarios y preuniversitarios. Como tantas otras iniciativas gratuitas incluye versiones premium y sugiere una contribución, un “fondo cafetero” (de 2 a 10 dólares). Entre los servicios disponibles pican en punta las tutorías, las clases de mindfulness para focalizar la atención, sesiones guiadas de la técnica Pomodoro (bloques de 25 minutos de concentración y 5 de descanso), pausas musicales y un ranking de usuarios que obtienen merchandising. Con 8920 minutos Ediana, de Brooklyn lidera la lista. Además, en las redes sociales organizan desafíos del tipo “Escritorios ordenados” y reparten premios (membresías) a los más organizados.
Efectos de la nueva normalidad: muteados, conectados en la multitud, tejiendo redes silenciosas a través de las ventanas de Zooms multitudinarios que recrean la sensación de estar acompañados.
Los creadores del soporte que nuclea a 100 mil estudiantes diarios de 30 países distintos son alumnos ingleses del Knowledge Collective, un programa de la Universidad de Oxford que impulsa metodologías innovadoras para democratizar el acceso a la educación. Harry Forsyth (20), integrante del equipo, precisó detalles sobre los alcances de esta biblioteca de Babel que desde que se viralizó en TikTok no para de crecer.
“El aislamiento normalizó esta forma de estudiar y se creó la necesidad. De acuerdo a los relevamientos la respuesta es abrumadora: nuestros usuarios están a favor del uso continuo aún después de la pandemia. Ya no quieren estudiar solos nunca más”, dice Forsyth, vía Zoom, a cargo de la comunicación estratégica de StudyStream.
“Si no saco mi avance de la investigación en 8 horas con esto, lloro”. Fernanda Ríos Masyorga (22), de la Universidad Autónoma de Querétaro, México, tuiteó hace unos días mientras participaba de una de las salas. La futura licenciada en Comunicación le dijo a la nacion: “El silencio y el actuar de los demás te hace concentrarte mejor, sin distracciones ya que te están “vigilando”. La uso regularmente y me ha funcionado para contrarrestar la procrastinación y los malos hábitos de estudio. El sentido de responsabilidad te come”.
“Está bueno ver gente haciendo lo mismo que vos. Te motiva a seguir adelante y avanzar con tu propia tarea. Siempre hay algo nuevo, un bingo internacional, plantillas para planificar el día o tips para mejorar la atención”, apunta Magalí (21) estudiante de Abogacía en UADE.
¿Hay aprendizaje si cada uno está en lo suyo? ¿Van a estudiar a la plataforma o estar con otros les permite vincularse con lo propio? Paula Schurmann, psicopedagoga, reflexiona sobre el impacto de StudyStream. Shurmann integra el equipo de conducción de la escuela primaria Puerta Abierta. Desde su especialidad considera que “el afuera te conecta con el adentro y a veces impacta en la subjetividad del que aprende. La tele o el murmullo del bar les sirven a muchos estudiantes. Es interesante analizar por qué se llega a estos espacios”, propone.
“Notamos que la motivación por el estudio estaba en baja”, dispara Forsyth desde Londres. Junto a sus socios financiaron la plataforma con fondos propios y actualmente la sostienen con el flujo de otras iniciativas, como StudyPal (una app de tutorías online a demanda) y PWR (Productivity Wellness Rest, Productividad, Bienestar y Descanso), un programa de meditación y mindfulness.
“La responsabilidad no es de la herramienta sino del uso que le demos”. La afirmación es de Gastón Sánchez, psicopedagogo integrante de APQP (Asociación del Quehacer Psicopedagógico de la Provincia de Buenos Aires). “Veo que en la plataforma siguen estando solos, cada uno en su ventana. Levantan la mano para pedir ayuda pero, como son tantos y hay tanta demanda, la respuesta tarda en llegar. El vínculo es el canal para el aprendizaje”, cuestiona Sánchez, docente formador del Instituto Superior Modelo Lomas y referente de la Asociación Argentina de Psicopedagogos. Para el especialista este fenómeno pone en cuestión el tema de la brecha digital, la accesibilidad y la conectividad. Y al mismo tiempo, impulsa a los estudiantes a diversificar las fuentes de información: “la herramienta se potencia si hay intercambio”, puntualiza.