Programa de ocio. Shiva Baby: una comedia asfixiante
Con su ópera prima, Shiva Baby, la directora canadiense Emma Seligman consigue vincular dos polos que no suelen tocarse muy a menudo: el público y la crítica. Este logro quimérico se vuelve posible por la combinación de una historia muy entretenida –a mitad de camino entre la comedia y el drama– y una cuidada propuesta estética que, por cierto, le permitió realizar un largo recorrido por festivales, desde Toronto hasta Mar del Plata. Las acciones se desarrollan principalmente en un velorio de la comunidad judía, donde una joven universitaria debe lidiar con las expectativas y ambiciones de un círculo familiar que la acosa sin descanso. En este asedio, justamente, será donde Seligman saque a relucir sus mejores recursos para transformar una propuesta típicamente teatral en un dispositivo de alta intensidad cinematográfica. Planos cerrados que producen una sensación de ahogo, montaje acelerado con estímulos que no paran de llegar, música incidental que lastima como pinchazos en la espalda y, sobre todo, una actuación excepcional de la debutante Rachel Sennott, que logra condensar toda esa tensión en un cuerpo que parece demasiado pequeño para soportarla.
El elenco se completa con un grupo de actores impecables entre los cuales sobresalen Fred Melamed (Un hombre serio) y Polly Draper (Thirtysomething), dos padres cariñosos y asfixiantes a la vez, capaces de transmitir con su sobreprotección una sensación tan ambiguamente acogedora como el abrazo de un oso. Disponible en MUBI.