El crítico gastronómico Tom Parker Bowles publica “Cooking & the Crown”, un libro donde comparte los sabores que deleitan a la familia real
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Thomas Henry Charles Parker Bowles es un reconocido crítico gastronómico de 49 años, nacido en Londres. En 2010 fue galardonado con el Guild of Food Writers por sus libros de recetas e historias culinarias; participó oficiando de jurado en concursos televisivos de cocina y escribe reseñas de restaurantes. Pero esas no son las únicas credenciales que hoy lo ponen en el mapa mediático: el escritor es el hijo mayor de la hoy reina Camilla, la mujer del rey Carlos III. Y en las últimas semanas, a raíz de la publicación de su octavo libro, Cooking & the Crown (La Cocina y la Corona), se convirtió en una suerte de vocero de la familia, revelando, respetuosamente, las recetas favoritas de sus miembros.
El origen de su trabajo
Camilla Shand tuvo dos hijos junto a su primer marido, el oficial de la Marina Real británica Andrew Parker Bowles. El mayor, Thomas, fue apadrinado nada menos que por el entonces príncipe Carlos de Inglaterra quien, con el tiempo, se convertiría en su padrastro.
A pesar de haber atravesado una juventud signada por la persecución de la prensa a su madre, Tom pudo desarrollar su carrera de forma constante y exitosa. Su vocación nació gracias al talento culinario de Camilla (según él, “una cocinera excepcional”), y se afianzó en el colegio y la universidad. En esas instituciones se topó con comidas sin gracia ni dedicación, lo que lo llevó a apreciar aún más la cocina casera y a querer reivindicar las tradiciones gastronómicas británicas.
De hecho, el nuevo libro de Tom Parker Bowles recopila las mejores recetas preparadas en el palacio real desde la época de Victoria (fanática de las sopas) hasta el día de hoy, con el reinado de Carlos III (amante de los postres).
En el Palacio de Buckingham
En Cooking & the Crown, el crítico comparte las recetas favoritas de la Corte, detallando el paso a paso de las preparaciones. “Como experto en historia de la comida, no puedo expresar lo emocionante que ha sido leer recetas originales en el archivo real de Windsor y bucear en las vidas, los reinados y los hábitos alimentarios de los soberanos desde la reina Victoria en adelante”, dijo.
El primer plato que destaca es el potage parmentier, una sopa de papa y puerro que le encantaba a la reina Victoria. Este platillo formó parte del menú de la cena en su Jubileo de Diamante, celebrado el 22 de junio de 1897. El toque especial es la doble porción de nata añadida y los croûtons bien tostados.
Otra de las menciones es la del costillar de cordero asado, elegido por la reina Isabel II. Según el crítico británico, el truco para lograr una corteza perfecta es derretir toda la grasa durante la cocción.
Una joya culinaria de la familia real es la becada escocesa, un plato muy apreciado en el Palacio y también en los exclusivos clubes de caballeros. Este manjar era uno de los preferidos de la fallecida reina Isabel, y consiste en una tostada a la plancha untada con Gentleman’s Relish, una pasta de anchoas, cubierta con huevos revueltos sazonados con sal y pimienta, acompañada de dos anchoas.
También resalta el pollo a la danesa, que suele servirse con fideos o tallarines, y que fue el plato predilecto de la reina María de Escocia.
Un imprescindible en el menú real son las galletas de queso, aperitivos hechos con queso y romero fresco finamente picado, que se pueden conservar en un recipiente hermético durante cuatro días.
La pasión por los dulces ha sido común en la realeza a lo largo de los siglos, y el rey Carlos III no es la excepción. Al monarca le encanta el Bara brith, un pan dulce galés infundido con té, que suele servirse con un poco de manteca o mermelada, perfecto para acompañar el té de la tarde. Otro postre infaltable en los grandes banquetes de la corte es la tarta de limón con merengue.
El libro incluye también un porridge que le gusta a la reina Camilla, el curry del rey Jorge V, y el Martini de Carlos III, a quien el autor agradeció en su discurso de presentación por la ayuda que le ha procurado junto a su madre para escribirlo. Un dato de color: Carlos III puede ser considerado un foodie, siempre atento a su alimentación y a la procedencia de los productos con los que se cocina. Tiene un chef especialista en platos veganos, ya que consume muy poca carne y casi nada de lácteos.
El crítico y la familia real
Para Tom Parker Bowles es inevitable recibir preguntas y comentarios sobre los reyes o el resto de la familia real británica. Si bien tanto él como su hermana Laura se mostraron siempre al margen, entendiendo que ellos no pertenecen a los Windsor y que fue su madre quien se incorporó a la familia de monarcas, hoy elige responder esas consultas, aún durante las ruedas de promoción de su nuevo libro. Lo evitó durante 25 años y de esa manera construyó una carrera sin necesidad de ser reconocido como “el hijo de”. Actualmente considera que tiene un nombre propio y que abordó la investigación para el libro de igual forma que lo hizo con los demás. Y más allá de revelar los gustos de los paladares reales, comenzó a hablar, por ejemplo, de cómo lleva su madre el cáncer de su marido.
“El cáncer es realmente una abominación. El rey está recibiendo el mejor tratamiento. Es un gran hombre y hay que seguir adelante. Por supuesto, es normal que cualquiera que tenga un ser querido con cáncer vaya a preocuparse” declaró a Vogue. También profirió todo tipo de halagos hacia su madre, admitiendo que es una mujer fuerte que afronta la situación con mucha valentía. No hay que olvidar que Tom y Carlos III, que es su padrino de bautismo, siempre tuvieron buena relación y que, para Tom, el rey es uno de sus mejores consejeros.
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