Fue precursor del roller hockey y ahora trajo el pickleball, una mezcla de pádel, paleta paleta y ping pong
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Una noche de 1985 marcó su destino para siempre. Dicky Haiek salía de comer con sus padres en un restaurante de Recoleta, y mientras caminaba por Ayacucho y Vicente López algo llamó su atención. Desde afuera se quedó parado viendo como un grupo de jóvenes jugaba un partido de hockey sobre hielo en Icy Hall, una de las tantas pistas que por ese momento había en Buenos Aires, cuando deslizarse sobre una superficie helada y resbaladiza era tendencia. Sin pensarlo un segundo, entró y preguntó cuando podía empezar a entrenar con ellos. Al día siguiente ya se había calzado unos patines y empuñaba en la mano un palo.
“Mi papá viajaba mucho a Nueva York y de chico lo acompañaba bastante seguido. Siempre que estábamos en la ciudad íbamos a ver partidos de los Rangers, el equipo de hockey sobre hielo de ahí. Era nuestra salida favorita. Además, yo patinaba en pleno invierno en la pista del Central Park, así que no me costó mucho arrancar con el deporte”, cuenta Jorge Fortunato, Dicky, precursor del hockey sobre hielo y el roller hockey (con patines en línea) en nuestro país.
Pero pronto su pasión encontró un escollo inesperado: con los constantes cortes de luz y la crisis económica desatada por la hiperinflación, cerraron todas las pistas de hielo que había en la ciudad y puso en el freezer su pasión. Después de recibirse de licenciado en Sistemas, en 1991 viajó a Canadá -potencia del hockey sobre hielo a nivel mundial- a perfeccionar su inglés. Ahí volvió a jugar en un equipo, hasta que regresó a Argentina y tuvo que abandonar el deporte que tanto amaba otra vez. Pero el azar le hizo un guiño y nuevamente.
“Un día veo a un chico con un palo de hockey sobre hielo andando en rollers por la calle. Recién llegaban esos patines a Argentina y como estaba en un taxi le pedí al taxista que lo siguiera -recuerda-. Llegamos hasta la Facultad de Derecho. El chico entró en el estacionamiento y me bajé. De pronto, vi a todos mis amigos de hockey sobre hielo ahí, jugando al roller hockey. Fue una sorpresa y una alegría enormes. Al otro día me compré unos patines y me uní a ellos”, cuenta Dicky, que participó en 1995 del primer Mundial de la historia de Roller Hockey organizado en Chicago, en el que salieron en octavo lugar de un total de 16 equipos.
“Era y sigue siendo imposible competir con potencias como Canadá, Estados Unidos, Rusia o los países nórdicos pero sí le ganamos a Australia, Brasil e Inglaterra. Quedamos justo en mitad de tabla en nuestra primera experiencia internacional, así que no estuvo nada mal -sostiene-. Cuando volvimos de ese Mundial nos propusimos empezar a promocionar el deporte. Todos los miércoles íbamos a un colegio y les enseñábamos a jugar a los chicos. Y los sábados también íbamos a los countries y armábamos clínicas para generar interés en este deporte”, cuenta Haiek.
Sin dudas la historia de Dicky es la de romper bloques de hielo. De esos grandes porque hay que luchar contra muchas adversidades y prejuicios. Pero su pasión fue más grande y lo llevó a construir en Perú Beach la primera cancha de roller hockey en Argentina en 1996. “Quise hacer una de hockey sobre hielo olímpica (de 60 por 30 metros) pero era muy cara de construir y mantener. La única que hay de esas características está en Ushuaia pero como no es techada no se pueden organizar competencias internacionales”.
En 1997 Haiek además armó la Asociación Argentina de Hockey sobre Hielo y en Línea (de la que es presidente), en lo que significó un paso más para afianzar el deporte en el país. Hoy hay 30 equipos que compiten en la Liga Argentina de Roller Hockey que se juega en Perú Beach. Con los años, también surgió otra federación: la Confederación Argentina de Patín (CAP, que no incluye el hockey sobre hielo) .
Apostar a lo nuevo
Pero Dicky no se conforma con lo hecho. También le gusta incursionar en nuevos desafíos. Por ejemplo, fue el primero en traer, recientemente, uno de los deportes de moda y que más creció en los últimos 5 años en Estados Unidos: el pickleball, una mezcla de pádel, ping-pong y pelota paleta que es furor en distintas ciudades norteamericanas debido a la promoción que el gobierno está haciendo. Como es un deporte “apto para todas las edades” (incluso para gente mayor) se promociona para evitar el sedentarismo en personas que superan los 60 años.
“Es impresionante la manija que le están dando allá. Todos los días se abren canchas nuevas en parques y plazas públicas de Estados Unidos para que la gente lo practique. Mi hermana vive en Canadá y siempre me hablaba de este deporte. Me dijo ‘poné canchas, la va a romper’. Pero la verdad que mucha bola no le di -reconoce-. Hasta que en pandemia me acordé y lo jugué en una canchita improvisada. Y me gustó tanto que hice las canchas también en Perú Beach. Arrancamos en marzo 2021. La gente se fascina porque es muy fácil y divertido. Las paletas y las pelotitas son muy livianas, lo que hace que el movimiento no sea tan exigente y lo pueda jugar gente de todas las edades. Es muy divertido, realmente la gente la pasa bien. Y en lo personal, me ilusiona promocionar un deporte nuevo. Es lo que hice toda la vida”, se entusiasma.
Dicky jugó en el seleccionado de roller hockey durante 10 años y también fue entrenador del equipo argentino. En Perú Beach se arman partidos todas las semanas, que siempre acaparan la atención de los varios curiosos que van a pasar el día en el río. Como era de esperar, sus dos hijos -Iara y Owen- heredaron su pasión, al punto que fueron a terminar el secundario a Canadá para seguir perfeccionándose. Hoy compiten a nivel internacional y, como su papá, representan a Argentina en mundiales y diversas competencias como los Juegos Olímpicos de la Juventud. Este año el Mundial de hockey en línea se realizará en el país y Dicky será uno de los que aliente a Owen, su hijo, que integra el seleccionado. Y probablemente Iara también forme parte también. “Cuando estudiaba en Canadá, les jugaban de igual a igual a sus compañeros. Es como si un canadiense jugara de igual a igual al fútbol acá –dice orgulloso–. La transferencia de roller al hielo es muy fácil. Lo único que hay que modificar es el frenado. El hielo vas más rápido, es adrenalina pura. Por eso creo que como espectador es uno de los deportes más lindos para ver. Pero la técnica de tiro y pase es muy similar. Si querés jugar en hielo conviene practicar primero con los roller. En mi caso fue al revés: empecé con el hielo y seguí con el patín en línea y no me costó nada”.
Respecto a los prejuicios en torno a este deporte en relación a la violencia, Haiek asegura que no es así. “Es un show de los yanquis. La verdad es no te agarrás a piñas. La sanciones son muy duras para el que lo hace”, sostiene. El sueño de Dicky, ahora, es lograr que el roller hockey sea deporte olímpico. “Es difícil porque ningún deporte sobre ruedas, salvo el skate, es olímpico. Y lo hicieron así porque es un deporte urbano, no se necesita de grandes canchas para practicarlo, es individual... Lo más probable, como viene la mano, es que el pickleball sea olímpico antes que el roller hockey”, cuenta el hombre que se dedicó toda la vida a difundir deportes poco convencionales en Argentina. Un desafío gigante en un país donde el fútbol acapara, prácticamente, toda la atención.
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