Un gran porcentaje de los dueños de mascotas las tratan como hijos; los especialistas advierten que no hay que olvidarse de sus necesidades, ya que puede ser perjudicial para su bienestar
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“Saimon es un perro para mucha gente, pero para mí es mi hijo. El amor hacia un perro es único, nosotros hacemos hasta lo imposible por él”, cuenta Carolina Rodríguez, que asegura ser precursora en los festejos de cumpleaños a mascotas. Su bichón frisé de nueve años, en las últimas celebraciones, tuvo temáticas de Harry Potter y del influencer y empresario italiano Gianluca Vacchi. “Se festejó a lo grande. Hubo catering de humanos y perros para los 35 invitados y sus 30 perritos”, relata la dueña del perro que posó para las cámaras sobre un auto lujoso de juguete en su evento.
La tendencia de los festejos para mascotas, comparables con los que tienen los niños, es uno de los tantos comportamientos vinculados con la humanización de los animales domésticos. Hay quienes les arman un guardarropas con cientos de prendas, los pasean en cochecitos, les compran pastelería canina, e incluso pasan la noche en hoteles de lujo con programas para ellos.
Tres de cada cuatro argentinos conviven con una mascota, según los resultados arrojados por un estudio, realizado en julio de 2022 por la empresa de consultoría Kantar, sobre una muestra de 1000 casos. Del total, el 81% se inclinó por los perros, mientras que el 52%, por los gatos. La pandemia fue una de las causas de este fenómeno, ya que el 29% de los argentinos sumó una mascota al hogar durante el aislamiento por Covid-19.
Perrhijos y gathijos
Cada vez hay más personas que eligen adoptar perros y, en paralelo a este fenómeno, también crecen los negocios dedicados a ellos. Sin embargo, los especialistas advierten que esto puede resultar riesgoso para los animales.
“Los ‘perrhijos’ o ‘gathijos’ son parte de la familia, pero las especies tienen determinados requerimientos, no son iguales a nosotros. Si uno los quiere como a un hijo y los trata como niños, puede afectarlos. Hay que pensar qué necesita un perro”, alerta Silvia Vai, médica veterinaria especialista en clínica médica y en etología clínica para perros y gatos.
Las consultas por comportamientos no deseados se vinculan, en su mayoría, a la humanización de las mascotas. Muchos duermen con los perros en la cama y estos deciden desde el horario para irse a dormir hasta quién puede acostarse. Otros buscan modificar los comportamientos de hiperapego, como las mascotas que no pueden estar solas y lloran desconsoladamente.
“Llevarlo a ver vidrieras a un shopping no es placentero para el perro, hay algunos que cuando están con mucha gente sienten temor, se pueden poner agresivos, y hasta tener ataques de ansiedad”, explica Vai.
Otra de las consecuencias no deseadas que pueden traer estos comportamientos, según Rubén Hugo Somoza, médico veterinario especialista en reproducción, neonatología y pediatría de caninos y felinos, es que no se reconozcan como la especie que son. “Puede ser que no acepten relacionarse con otros perros. Esto sucede porque el perro no tuvo la posibilidad de sociabilizar con sus congéneres, todo va en detrimento de su bienestar”, plantea.
Si bien los profesionales aseguran que la mayoría de las mascotas en buen estado de salud no suelen necesitar ropa para salir a la calle, la moda canina es furor entre los perros con cuentas de Instagram, aunque el consumo también se generalizó. Es un negocio que creció en los últimos años y, aunque el rango de precios es muy amplio, un abrigo en un pet shop porteño puede llegar a salir 40.000 pesos. Hoy se pueden conseguir prendas inspiradas en marcas de lujo como Versace y Gucci, disfraces, camperas, calzado, y hasta accesorios. Incluso las grandes firmas internacionales tienen colecciones destinadas para los animales, con ítems que superan los 6000 dólares.
Dogfluencers
Lis Bejarano tiene 20 años y vive con sus tres perros, su beba y su pareja. “Yo digo que Chloe, Theo y Chanel son mis hijos, son parte de la familia”, cuenta la joven amante de los perros, que tiene destinado el placard y algunas cómodas de una habitación a su indumentaria.
“Capaz que tengo 300 prendas de los perros, me volví una compradora compulsiva”, confiesa, y revela que en el último tiempo regaló bastante para hacer lugar. “A veces ni llegan a estrenarla”, agrega. Es muy activa en las redes sociales y comparte cómo elige cada atuendo para sus mascotas. Combina la ropa, el pretal y los accesorios para la cabeza.
Además de dedicarse a sus animales, Lis está al frente de Malibú Pets, una boutique para mascotas en Belgrano. “Ahora está muy normalizado vestir al perro. Antes la gente no se animaba a la moda canina, pero hoy hay prendas de diseño”, dice.
Gabriela, que se define como “la mamá de Meltem”, una cocker spaniel de siete años, fue más allá: no solo le armó un placard a su mascota, sino que también le destinó la habitación de huéspedes de su casa, que decoró con mucha dedicación. Pasa todo el día con su familia, duerme con ellos, sale de paseo, come en restaurantes, y se va de vacaciones. “A veces cuesta un poco aceptar que es un animalito. En una veterinaria me la ofrecieron, vino desnutrida a casa. Cuando llegó ella como mascota, se convirtió en nuestra hija”, recuerda Gabriela.
A veces, admite, se siente observada por llevar a Meltem a todos lados. “Me dicen que estoy re loca, pero cuando me junté con otros usuarios de la comunidad de Instagram, me sentí parte, sentí que la gente nos aceptaba la locura, ese es nuestro espacio”, señala Gabriela.
La comunidad de Instagram está conformada por dueños de perros que comparten las vidas de sus mascotas en esta red social. Algunos hasta llegan a ser “dogfluencers”, alcanzan miles de seguidores, hacen publicidades y reciben regalos. Entre humanos y animales se creó un grupo: primero intercambiaban mensajes virtuales, después el vínculo creció cuando empezaron a festejar los cumpleaños y a intercambiar invitaciones.
“Poder festejar este cumple fue un sueño cumplido”, dice Gabriela. Meltem fue homenajeada, en noviembre de 2022, con un gran festejo solidario, donde recaudaron fondos para un refugio. En el parque, tuvo ambientación con globos de colores, nubes, y hasta usó un vestido a tono con una corona dorada. Los invitados fueron humanos de la comunidad de Instagram con sus perros y algunos conocidos.
Este tipo de festejos suele tener una organizadora detrás. Vanesa Tevez se reconoce como la primera “dog planner” del país. “Fiesta de Patas nació para contagiar el amor de ellos y celebrar la vida. Yo lo veía mucho en Estados Unidos, Londres. En plena pandemia, le festejé el cumple a uno de mis perros. A la semana creé Fiesta de Patas, sin pensar que iba a ser un negocio”, detalla.
En 2020, enviaba un kit de festejo que incluía el cotillón temático que cada cliente elegía. Con el fin de las restricciones, nacieron los festejos en las plazas y, meses después, comenzaron los eventos más importantes.
Además de los cumpleaños sencillos, hoy Vanesa ofrece una categoría de “cumple deluxe” que puede costar alrededor de 100.000 pesos. Eso incluye catering para humanos, para mascotas y animación para los perros. En el caso de querer alquilar un salón, habría que agregar ese costo.
En los eventos, los animales tienen su propia comida elaborada para sus necesidades, diferente a la de todos los días. Las personas buscan ingredientes naturales y nutritivos para sus perros y gatos. De hecho, más del 62% de los dueños investigan antes de comprar el alimento, de acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por Golocan, la empresa de snacks saludables para mascotas.
Así, estas preparaciones están a cargo de pastelerías caninas, que deben contar con la supervisión nutricional de un veterinario. Barkery se dedica a esto, y trabaja con alimentos 100% naturales, sin aditivos ni conservantes. Comercializan tortas, cupcakes y galletas tanto para gatos como para perros. “Es una alternativa saludable para premiar y mimar a las mascotas”, sostiene Martina Solari, que está detrás de la marca.
Los ingredientes utilizados son frutas, verduras, cereales, queso, pollo y atún. Generalmente, los clientes la contactan para ocasiones especiales y hacerles un regalo a sus animales. La torta chica sale 8000 pesos, mientras que la grande, 11.000.
Subir la apuesta
En el último tiempo, algunas tendencias un poco cuestionadas por los profesionales tomaron más protagonismo. Por la ciudad de Buenos Aires se ven mascotas paseando en cochecitos, como si fueran bebés. Algunos se pueden conseguir por 60.000 pesos, aunque los más sofisticados superan los 400.000.
El pet shop Cocooning importó, hace cinco años, los primeros carritos. “Nos tomó por sorpresa, se agotaron al mes”, confiesa Franco Avaca, dueño del negocio especializado en moda para mascotas.
Este producto se vende no solo para aquellos que quieran pasear a sus mascotas como bebés, sino también para los animales con alguna discapacidad o que tengan dueños de edad avanzada.
“Se posicionó como una categoría que, en nuestro catálogo, es una de las más fuertes. Vimos que era un tema tabú. Pero si los mismos veterinarios o pet shops eligen el producto para comercializarlo realmente tiene una función”, cuenta Avaca.
Pese a la tendencia, los profesionales advierten que no son para cualquier mascota. “Muchas veces, al humanizarlos tanto, los sacan en carritos para que no pisen el suelo y se ensucien las patitas, y eso afecta el bienestar de la mascota, que necesita salir, correr, estar con otros perros. Eso influye en el perro, pueden volverse miedosos o agresivos porque no los acostumbraron a tener otros contactos”, observa la veterinaria Belén Dal Verme.
Así como hay más oferta en compras para las mascotas, también son cada vez más frecuentes las experiencias para ellos. Mirko, un salchicha mini de tres años, tiene una agenda con muchas actividades que comparte con sus dueños, Daiana Rivero y Gonzalo Núñez. Mientras con Daiana hace clases de baile que incluyen trucos y coreografías, con Gonzalo realiza canicross (carrera conjunta de dueños y perros).
Hay otras opciones más sofisticadas, como la estadía pet friendly en un hotel cinco estrellas. Sheraton Buenos Aires Hotel ofrece la experiencia de dormir en una habitación con la mascota, ir a restaurantes al aire libre dentro de las instalaciones, contar con todos los elementos que el animal necesite y hasta dispone de un sector verde para sus necesidades.
Otra de las actividades propias de las personas que comenzó a trasladarse hacia los perros es la psicología. “En los humanos hay un paciente en un diván y un analista. Nada de eso ocurre con un perro. Nos enfocamos en conductas problemáticas que no son necesariamente un trastorno, sino dificultades para la convivencia”, explica Gustavo Bianco, psicólogo de personas y adiestrador canino, que trabaja con los animales para lograr cambios de hábitos.
Según los especialistas consultados, es fundamental entender el comportamiento de los animales domésticos y adaptarse a sus necesidades. “Cuando la mascota empieza a tomar el lugar de un ser humano, las reacciones y costumbres empiezan a ser anormales”, advierte el veterinario Somoza. Tratar a los perros como si fueran humanos es una tendencia que está en aumento. “Está mal no aceptarlos como especie diferente”, explica la etóloga Vai. Por eso, es importante que los profesionales orienten a quienes adoptan mascotas en temas de educación y sociabilización para evitar consecuencias negativas en el comportamiento animal.
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