Algunos tips para volver estas tareas más livianas
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PARA LA NACIONNarda Lepes
Hay muchas cosas que nos mantienen alejados de la cocina, o con pocas ganas de encarar el tema. Se acerca el horario de la cena o alguien pregunta qué comemos hoy, y solo hay vacío. No queremos afrontar la situación: a veces se puede solucionar saliendo o pidiendo, pero otras hay que arremangarse y poner las manos en la masa. Acá, algunos tips o ideas para que sea todo un poco más simple.
- Organizar el espacio. Si no hay lugar en la mesada, si los cajones están atiborrados de cosas, si para sacar la sartén buena hay que mover 40 cacharros y para prender el horno hay que vaciarlo de fuentes, bandejas y bolsas, las ganas se nos fueron antes de abrir la heladera. Entonces: las mesadas, lo más despojadas posible, salvo por una tabla que se seque sola y se deje a mano.
- Los utensilios básicos. Solo lo que se usa: una cuchara de madera, una buena espátula, un batidor, un cucharón y una espumadera. Nada más.
- La sal siempre cerca. Pongámosla en un bowl mediano; el salerito va a la mesa. También dejemos a mano el pimentero, el aceite, el vinagre y si usamos alguna salsa seguido (picante, soja, inglesa, etc.), cerca también.
- Los cuchillos afilados, siempre. Con dos o tres alcanza y sobra. Mejor que sean pocos y buenos. Uno chiquito, uno más grande y uno de pan (con serrucho) .
- En el horno, las fuentes que usamos: la grande, una chica y la tartera. Si es hornito eléctrico, siempre vacío. Y sobre las hornallas, la sartén u olla más pesada que tengamos, ya que esa es la que más vamos utilizar.
- Todo lo duplicado, se regala. Todo lo roto, se descarta. Y todo lo lindo, se usa. Esa ensaladera de la abuela, usala de frutera. Poné la sal en la taza que no querés dejar ir. Serví la pasta en la fuente hermosa que tenés guardada. Creá recuerdos propios con los objetos que tenés, más aun si son heredados o hallazgos.
- Hacer un gran orden periódico. Al menos tres veces al año, sacar todo, descartar y volver a ordenar. No ponerse objetivos incumplibles es clave.
- Evitar el exceso de electrodomésticos. Evaluá cuántos tenés, cuántos realmente usás, cuáles odiás y cuáles amás. En mi caso, uso muy de vez en cuando la licuadora (a la que no le tengo mucho cariño) y la batidora buena (que la amo): el resto, se va.
Una vez que la cocina está en orden, el siguiente paso es reconocer cuáles son las cosas que no nos gusta hacer y buscar alternativas. Pelar papas, cortar zapallo, picar ajo, picar cebolla, lavar espinacas, picar lo que sea muy chiquito, el humo de un bife, limpiar la fuente de horno con todo lo rico pegado… Cada cual tiene la suya. ¿Opciones?
- Pelar ajos. Podemos pelar los dientes de ajo todos juntos. Los ponemos en un bowl de metal, lo tapamos y sacudimos con fuerza; así, se pelan solos. Luego los picamos todos una vez y los guardamos en la heladera en un frasco solo o con aceite. Podemos usar gotas del aceite o el ajo de a poquito.
- Evitar manchas. Estamos en época de granadas: si alguna vez pelaron y desgranaron una seguro tienen una remera manchada para siempre. Hacerlo bajo el agua: no salpica y chau manchas.
- Cortar escalopes o milanesas. Conviene semicongelar la carne, que no tiene que estar dura pero sí firme. Así, se cortan láminas parejas y enteras.
- Mismo truco para rallar quesos cremosos. Para evitar que quede un puré esparcido en el rallador, el queso semicongelado se ralla facilísimo. Y se puede guardar ya rallado en una bolsa en el freezer.
- Manteca fuera de la heladera (en invierno). Esto es controversial para algunos, pero de esta forma queda suave, tierna, y lista para usar siempre. Ponela en un bowl, boca abajo, sobre un platito con agua (¡ojo que no funciona en verano!).
- Los tomates, con el cabito hacia abajo. Así se guardan en la heladera o en la mesada, duran más (y solitos).
- Cortar calabazas. Para muchos, es un momento tenso (el miedo a cortarnos aparece). Entonces: o la cocinamos entera, al horno y sin problemas, o hacemos la primera incisión sin demasiada fuerza dejando que la hoja del cuchillo entre 1 centímetro, haciendo rodar la calabaza por la mesada (con el cuchillo de manija). Se corta sola.
- Pelar papas. Si no te gusta, cocinalas enteras (lavadas) y las pelás una vez cocidas, cuando la piel se desprende sola: para ñoquis, puré, etcétera.
- Pelar huevos. Cuánto más fresco, más cuesta pelarlo cuando está duro. Es útil poner un poco de bicarbonato en el agua y, al sacarlo, hacerlo rodar por la mesada.
- Estado de los productos. Que lo que compraste esté bien cuando lo necesitás. Todas las frutas secas como nueces, almendras o avellanas, se ponen rancias muy rápido. Por eso, se guardan en el freezer y no en la alacena.
- Limpieza. No me gusta lavar los platos, pero menos me gustan las esponjas con feo olor. La esponja se enjuaga y se deja secar: la apoyamos siempre en algo que deje circular el aire. Lo mismo para el trapo amarillo: se usa, se enjuaga y se estira para que se seque.
Por Narda Lepes
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