Cercanas a Bariloche, algunas son de fácil acceso y otras requieren caminatas por parques nacionales pero que justifican el esfuerzo; sol, aguas tranquilas, un paisaje imponente rodeado de montañas y temperaturas altas en las arenas de Bahía de los Troncos, Tacul, Muñoz y Leones
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.– Con niveles de reserva que ya superan, en promedio, el 70%, esta ciudad se prepara para una ocupación del 100% en enero. El principal destino rionegrino no dejó de recibir visitantes durante todo el 2022 y esa afluencia va en aumento: son muchos los que llegarán para pasar aquí Navidad y Año Nuevo y también los que vendrán en enero.
Luego de un invierno con muchas nevadas, el verano se prevé caluroso y seco por estas latitudes. De hecho, ya en noviembre hubo días de más de 30° C de térmica. Por eso, además de disfrutar de los paisajes, la buena gastronomía, de las cervezas y los chocolates, es muy probable que los turistas sumen a sus estadías altas dosis de playa.
Dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, Bariloche y sus alrededores ofrecen cientos de kilómetros de costas, a lo largo de lagos como el que le da nombre al parque, así como el Gutiérrez, el Moreno, el Mascardi, el Guillelmo y el Steffen. Los amantes del trekking también pueden refrescarse en las aguas de lagunas como Jakob, Negra y Toncek, aunque se trata de rincones que demandan varias horas de caminata y un buen estado físico.
Si la intención es hacerle frente al calor patagónico en entornos alucinantes e incluso disfrutar de actividades como stand up paddle, kayak, navegación, buceo y kitesurf, entre otras, existen múltiples opciones. Entre las más tradicionales y espaciosas están Playa Bonita (en el km 7,5 de la avenida Bustillo), Bahía Serena (en el km 12 de Bustillo), las playas “con y sin viento” en el lago Moreno, la playa de Los Coihues en la cabecera norte del lago Gutiérrez y la playa de la margen sur de ese mismo lago, donde se ubica el camping Los Baqueanos.
A todas ellas puede accederse fácilmente en auto o colectivo. Por eso, también son bastante concurridas, especialmente cuando el calor acecha. A su vez, hay otras playas más “escondidas”, casi secretas. A continuación, cuatro de ellas: algunas pueden ser disfrutadas luego de algunas horas de trekking, mientras que otras se destacan por estar fuera del circuito clásico y regalan paisajes soñados.
Bahía de los Troncos
En el corazón del Circuito Chico, el Parque Municipal Llao Llao cobija diversos senderos de baja dificultad. Uno de ellos, a pocos metros de Bahía López, permite acceder, tras una caminata fácil de unos 500 metros, a Bahía de los Troncos. Repleta de arrayanes y pataguas, la playa es bien amplia y tiene potentes vistas a los cerros López, Capilla y Millaqueo, sobre el Brazo Tristeza del lago Nahuel Huapi.
A la tarde, es muy común ver cóndores volando cerca de los paredones del cerro López. La playa, mayormente de arena, se caracteriza también por la presencia de millones de troncos y tronquitos que el agua arrastra en su ir y venir. De hecho, los chicos se divierten jugando en una suerte de choza que alguien construyó hace ya mucho tiempo. Y a diferencia de otras playas en las que las aguas son más profundas, aquí se pueden caminar muchos metros con el agua hasta las rodillas.
Bahía Tacul
Hay que desviarse de la ruta 77, la del Circuito Chico, por un camino de ripio que conduce hasta Villa Tacul –un barrio con muy pocas casas– para acceder a la playa de Bahía Tacul. Se trata de un rincón con vistas al brazo Blest del lago Nahuel Huapi, muy cerca de la isla Centinela, donde están enterrados los restos del perito Francisco Pascasio Moreno. El camino de ripio se bifurca sobre el final: conviene tomar a la izquierda y dejar el auto en el estacionamiento que mantiene la comunidad mapuche Tacul-Chewque. Desde allí, son unos pocos pasos hasta la playa.
El lugar es ideal para los niños pequeños porque posee arena en lugar de piedras. Además, el bosque detrás permite ubicarse a la sombra en los días más calurosos. Desde la bifurcación en el camino de ripio, también puede tomarse hacia la derecha. Ahí se accede a la otra playa de Villa Tacul, algo más pequeña y con menos arena, pero igualmente bella.
Playa Muñoz
Conocida entre los locales, no es tan popular entre los visitantes ya que implica caminar 6 kilómetros (ida). Al lugar sobre el lago Gutiérrez se accede desde Villa Los Coihues, a 15 km del Centro Cívico. Una vez allí, hay que dirigirse a la Seccional de Guardaparques, donde hay un estacionamiento gratuito y está el inicio del sendero de trekking. La primera parte de la picada atraviesa un bosque de coihues y coincide con el sendero que lleva a la Cascada de los Duendes, al Mirador del lago Gutiérrez y al refugio Emilio Frey, en el cerro Catedral. Luego, los caminantes se internan en una zona de vegetación baja (es conveniente evitar las horas de mayor calor y llevar agua; durante las dos primeras horas de trekking casi no hay sombra). Sobre el final, hay una bifurcación: hay que tomar a la izquierda y emprender un abrupto descenso hasta la playa.
En total, el camino tiene 170 metros de desnivel. Como en el resto de las costas del parque nacional, en playa Muñoz está prohibido hacer fuego y pernoctar. Asimismo, es obligatorio hacer el registro de trekking previamente, en la página web del Parque Nacional Nahuel Huapi o en el sitio Bariloche Trekking. A Playa Muñoz también puede accederse desde la cabecera sur del lago Gutiérrez, en el km 2016 de la ruta 40. Puede dejarse el auto en el complejo Los Baqueanos (tiene estacionamiento pago): se camina por la costa hacia el oeste, para tomar después el sendero por el bosque, que casi no tiene grandes desniveles y que se extiende por unos 5 kilómetros (ida).
Playa Leones
A este lugar también se llega luego de realizar un trekking que parte de la seccional de Guardaparques de Los Maitenes, en el lago Mascardi. Hay que ingresar al camping Relmu Lafquen, que pertenece a la comunidad mapuche Wiritray, y que cuenta con estacionamiento pago. Desde la ruta 40, son 3 km hasta el camping. Allí se inicia el sendero que cruza el arroyo Fresco (si bien suele haber un puente, a veces es necesario vadearlo, por lo que conviene llevar calzado extra).
La picada es prácticamente plana hasta la playa Leones y está bien marcada. Transcurre casi enteramente por el bosque, por lo que resulta especial para hacer en días de calor. Al igual que en playa Muñoz, no está permitido hacer fuego ni pernoctar. El lugar también es elegido por quienes surcan las aguas del lago Mascardi en sus embarcaciones. A su vez, la playa Leones permite acceder a la laguna Llum (son unas 4 horas de caminata desde la ruta 40 hasta la laguna) y al mirador de la isla Piuke Huapi (en forma de corazón).
Con un verano tan seco y caluroso por delante, las autoridades del parque remarcan la importancia de no encender fuego (salvo en los campings o áreas habilitadas). Los visitantes -especialmente aquellos que quieran aventurarse a las playas Muñoz y Leones- también deben consultar las condiciones climáticas y realizar el registro. Del mismo modo, dentro del parque está prohibido el ingreso de mascotas y el uso de drones.
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