Los dos parques con los saltos de agua más importantes del país están en la selva misionera, separados por 280 kilómetros; naturaleza y aventura frente a exuberancia e imponencia
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La selva misionera, que es parte de la selva paranaense, la jungla subtropical que comienza en Río de Janeiro y llega hasta nuestra provincia mesopotámica, oculta tesoros menos explorados.
En los últimos años, un nuevo vergel viene asomando al turismo en medio de la jungla: El Soberbio. Es un reservorio de selva virgen donde sorprenden los Saltos del Moconá –el que todo lo traga en idioma guaraní–. Se trata de una serie de saltos que corren longitudinales al río a lo largo de dos kilómetros. A simple vista resultan menos espectaculares que la Garganta del Diablo, el salto estrella del Parque Nacional Iguazú, pero no por eso menos interesantes, sobre todo para los amantes de la naturaleza y el turismo aventura.
Llegar hasta acá es ya de por sí parte de la aventura. A 280 kilómetros de Puerto Iguazú, y 330 de Posadas, esta localidad está en la mitad de la provincia, a la vera del río Uruguay, que apenas lo separa de Brasil. Y resulta mucho más difícil de acceder que a Iguazú. Es por eso, quizás, que permaneció tanto tiempo ajeno al turismo de masas.
Mientras que para visitar Cataratas basta con tomarse un avión directo a Iguazú, para llegar a Moconá habrá que volar hasta Puerto Iguazú o hasta Posadas y luego recorrer trescientos kilómetros por ruta. Si bien la carretera principal que lleva hasta la entrada del parque provincial por la ruta 2 está asfaltada, los caminos de El Soberbio suelen anegarse cuando llueve mucho.
Hay, además, una ruta alternativa que no está asfaltada que pasa por la localidad de San Pedro y que se recomienda hacer en 4x4, sobre todo si estuvo lloviendo los días previos.
Mientras que para visitar Cataratas basta con tomarse un avión directo a Iguazú, para llegar a Moconá habrá que volar hasta Puerto Iguazú o hasta Posadas y luego recorrer trescientos kilómetros por ruta. Si bien la carretera principal que lleva hasta la entrada del parque provincial por la ruta 2 está asfaltada, los caminos de El Soberbio suelen anegarse cuando llueve mucho.
De la opulencia a lo modesto
El Parque Nacional Iguazú, patrimonio de la Unesco y una de las Siete Maravillas naturales del mundo, es un gigante de 67 mil hectáreas, que atesora 275 saltos de agua, y varios senderos para recorrer a pie. Tiene un gran Centro de Visitantes, un trencito que lleva a los turistas de un punto a otro, restaurantes, y varias opciones para recorrerlo que pueden llevar de uno a tres días. Es una maquinaria aceitada que recibe hasta seis mil visitantes por jornada.
Esta zona es uno de los pocos sitios del país donde aún deambula el yaguareté, especie en alto peligro de extinción de las que se estima solo quedan unos 250 ejemplares. Pero también alberga unas ochenta especies de mamíferos, entre ellos algunos que se pueden avistar fácilmente dentro del parque, como los coatíes. Adentro del parque, mientras se camina por las pasarelas, atentos y con un poco de suerte se pueden llegar a ver tortugas y yacarés.
Lo de Moconá es más modesto, aunque no menos interesante. Ubicado dentro de los límites de la Reserva Provincial Yabotí, que significa tortuga en guaraní y con doscientas cincuenta mil hectáreas, el Parque Provincial Moconá es un pequeño vergel que ocupa mil hectáreas dentro de la reserva. Tiene tres senderos, un centro de interpretación, un restaurante donde sirven platos típicos y, por supuesto, los renombrados Saltos del Moconá.
Además, atesora una preciosa diversidad de flora, entre las que se destaca las orquídeas, que encuentran acá la mayor diversidad del país y especies arbóreas como la guayubira, el chachí y la jabuticaba; la grapia, el cedro y la yacaratiá, la famosa madera comestible; hasta la ultrarresistente liana cipó, entre un sinfín de especies arbóreas nativas que habitan esta selva fantástica.
El mayor atractivo de este pequeño gran parque es navegar en lancha por el río Uruguay, y así poder apreciar los saltos. Un conjunto de saltos que a diferencia de la mayoría de los que se ven, corren paralelos al curso del río, a lo largo de unos 1900 metros. En un buen día, pueden llegar a tener diez metros de alto, siempre y cuando el caudal del río esté bajo. Cuanto más agua tiene el río, más bajos serán los saltos, y viceversa. El caudal depende tanto de las lluvias como de la generación de energía de la represa que hay del lado brasileño. Más allá de las vicisitudes climáticas, los fines de semana y los lunes son los mejores días para verlos, ya que las represas vecinas, luego de un acuerdo con las autoridades brasileñas, no generan energía. Entonces, el río tiende a bajar. Y esta es, quizás, una de las dicotomías que se le presentan al viajero a la hora de venir hasta acá. Si bien se puede ir mirando el clima en los días previos, cuando se trata de preparar un viaje y sacar pasajes con antelación, se hace difícil calcular estas cuestiones.
El mayor atractivo Moconá es navegar en lancha por el río Uruguay, y así poder apreciar los saltos. Un conjunto de saltos que a diferencia de la mayoría de los que se ven, corren paralelos al curso del río, a lo largo de unos 1900 metros
En Iguazú también se puede navegar a la vera de los saltos. El paseo se llama La Gran Aventura, y es un viaje en lancha hasta el pie de las cascadas. La diversión está en llegar bien cerca y empaparse de las aguas del Iguazú. Por eso es recomendable llevar una muda de ropa para quienes lo hagan.
Más allá de la Garganta del Diablo, hay dos circuitos diferenciados para hacer a pie: el inferior y superior. Desde el inferior se llega a la base de los saltos, donde la potencia del agua también llega a rociar a los visitantes. El circuito superior ofrenda espectaculares vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores.
La maquinaria turística está muy aceitada en Puerto Iguazú, mientras que en Moconá todo es más rústico e incipiente. Pero si uno es adepto a la aventura y detractor de las multitudes, la experiencia Moconá es la alternativa.
Datos útiles
• El Parque Nacional Iguazú abre a las 9 de la mañana y cierra alas 5 de la tarde. • La entrada incluye el acceso a Sendero Verde, Tren ecológico, Circuito Superior, Circuito Inferior, Circuito Garganta del Diablo, Sendero Macuco, Centro de Visitantes, Viejo Hotel. La tarifa para residentes nacionales es de $610. Para los menores de 6 a 16 años cuesta $ 350
• El Parque Provincial Moconá está abierto todos los días de 9.30 a 17.30. La entrada cuesta $300 para residentes argentinos, $120 para misioneros y jubilados nacionales, y $80 para menores 6 a 12 años y personas con discapacidad.
• Los paseos náuticos cuestan $1900 para residentes nacionales.
• https://mocona.misiones.tur.ar/informacion/; @Parquesaltosdelmocona en IG.
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