La astróloga más famosa adelanta detalles de su llegada a la Argentina y anticipa lo que nos depara el año que viene
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Es venezolana. Nació en Maracaibo, hace 37 años, y fue bautizada con el nombre de María Pineda. Estudió derecho penal y, durante algún tiempo, ejerció como abogada. Sin embargo, estaba escrito en su destino, se radicó en Miami y en 2015 dejó de recorrer los tribunales para dedicarse de lleno a su pasión: la astrología. Tan rotundo fue su vuelco que hasta cambió de nombre: desde entonces y para siempre, se hace llamar Mia Astral. Y bajo ese nombre la conoce el mundo.
Creó un imperio desde sus redes sociales. Tiene más de dos millones de seguidores en Instagram y otro millón y medio en Facebook. Sus horóscopos online, podcasts y talleres de coaching se volvieron virales e hicieron de ella una de las influencers astrológicas más populares de la actualidad. Además, escribió seis libros, donde no esquiva las predicciones. “El año que viene, 2022, será un año para replantearnos lo que realmente queremos”, asegura. De esta manera, a días de visitar nuevamente la Argentina, dispara la charla con La Nación.
-Te advierto que llegás a un país en crisis. ¿Puede ser que nos hayamos acostumbrado a vivir así?
-Las crisis demuestran que la estructura que hasta entonces ha funcionado, ya no funciona más. Al mismo tiempo, cada crisis es una oportunidad de reinvención: te lleva a quitarte un peso que no querías tener. Creo que todos en esta pandemia recibimos una lección. Hay personas a las que las motiva el caos, les resulta muy liberador, eso se puede aplicar para Argentina, Venezuela o el resto del mundo.
-Diciembre es un mes de “memoria y balance”. ¿Qué expectativas trae 2022?
-Creo que 2020 fue como una maratón con obstáculos, donde nos cambiaban las reglas todo el tiempo. Eso no nos permitió descansar. Fue ese momento, tras la maratón, donde notás que te duelen las piernas o te das cuenta de que estás deshidratado de tanto correr. Creo que en 2021 ni siquiera hemos empezado a ver las verdaderas secuelas de cómo el 2020 nos cambió. Entre el encierro y los permisos para salir nos empezamos a hacer muchas preguntas: “¿Quiero seguir trabajando así?”, “¿Qué es lo que de verdad me hace feliz?”...
-¿Entonces, por lo que decís, llega un año incómodo, de replanteos?
-Yo digo que 2021 fue un año “de ajuste”, donde chocaron los viejos compromisos y las innovaciones. Se vio claramente el contraste entre quienes éramos y quienes somos. Ahora, 2022 va a ser “la pausa”, el año en el que debemos plantearnos si vamos a vivir esas cosas que tanto anhelamos. También va a ser un año de “grandes finales” y “disoluciones”, marcado por un evento en Piscis único, además de la conjunción entre Júpiter y Neptuno en los meses de marzo y abril. Estamos en un mundo de energía Saturno (el último planeta que llegamos a ver sin necesidad de telescopio), de límites y entregas, pero la energía piscis-neptuniana marca disolución, disociación y desconectarnos de la realidad.
-Tu capacidad para hacer pronósticos, ¿te pone en situación de ventaja?, ¿te predispone de manera especial?
-(ríe) ¡Te asombraría! Porque todo esto de los pronósticos es mi trabajo, pero en mi vida personal soy bastante espontánea. Todo depende de cómo venga en el día y de cómo me sienta. Pero no importa cuánto yo vea venir algo, nada te prepara. Lo mejor que podemos hacer es tratar de vivir un día a la vez, tratar de tener esta información pero para conocernos y cuestionarnos qué podemos hacer diferente.
“La angustia puede ser un motor de la redención”
En los días previos a su visita a la Argentina, Mia Astral anticipa detalles de su nueva conferencia, que bautizó Masteriza tus emociones, y adelanta que será diferente a todo: “He ido varias veces a la Argentina pero éste no será un show como los anteriores. Por primera vez, no será ‘Mia Astral’ la que va estar sobre ese escenario, sino ‘María Pineda’”, asegura. El encuentro será el lunes 6 de diciembre a las 19 horas en Mandarine Tent, Punta Carrasco. “Me han pasado cosas que me tocaron muy fuerte en este 2021, y lo contaré allí. Así es que la cosa ya no será de estar ni muy vestida ni muy arreglada, como me ven todos los días en mis redes. Quiero que esto se sienta como un encuentro íntimo, porque no hay nada que esconder. Voy a habar del 2022 y de cómo la angustia puede ser un motor de la redención”, comenta desde Miami.
-Po estos días, miles de seguidores colapsaron tus redes con consultas sobre los eclipses. ¿Son los culpables de todo?
-Las personas buscan echarle la culpa a Mercurio o al eclipse (ríe). ¡Y eso que esta vez Mercurio se está portando superbien! Recién empieza a retrogradar el 14 de enero, así que no nos va a fastidiar en lo que queda de este año. Pero debemos poner las cosas sobre la mesa: un eclipse acaba de pasar y el otro será el 4 de diciembre cuando yo esté en Argentina. En esta temporada de eclipses muchas personas están terminando una relación, dejando sus trabajos… Si a eso le sumas que estamos en diciembre y hay muchos planteos socioculturales de fin de año, ¡por supuesto que nos están afectando!
-Empecemos por el eclipse de Luna llena en Tauro.
-Es un eclipse superpositivo, acaba de pasar y abre una ventana hasta octubre de 2023. Es reestructuración económica, regulación de temas. La pandemia está creando un mindset diferente con personas que dan un giro a sus vidas y esto a su vez genera cambios en cómo se trabaja, cuáles son los puestos de trabajo, ya que Tauro es el valor y el dinero. De pensar “¿Vale la pena matarme tantas horas al día?”. Ya en los Estados Unidos se está viviendo como “The Great Resignation”, una oleada de gente renunció a sus trabajos. Genera una reestructuración económica ya que Tauro es autoestima y es quien marca lo que es valioso.
-¿Y cómo nos afectará el eclipse del 4 de diciembre?
-El eclipse total de Sol en Sagitario abre un período hasta el 14 de junio. Se terminan las restricciones en los viajes, las fronteras, porque Sagitario es libertad. A nivel personal, lleva a replantear cuáles son las cosas que nunca te permitiste, qué te limitaba. Con los eclipses, todo se siente demasiado definitivo, pero en realidad es que nos están ubicando.
-Cuánto nos cuesta el famoso ‘soltar’, ¿no creés?
-2020 nos obligó a soltar muchas cosas y hay que tratar de hacer del ‘soltar’ una práctica. Dejar ir cosas que ya no utilizás en tu casa, donarlas. Y no solo soltar al ex (ríe), sino también aquel argumento por el que ya no vas a ganar nada, un pensamiento que se repite, las ganas de tener razón… Es un ejercicio que a todos nos cuesta. Cuando yo termino estas entrevistas, necesito soltar todo lo que he hablado en el día.
-Tu agenda está cronometrada, ¿cuánto soltás vos?
-En este momento de mi vida estoy soltando cada día más para tener más tiempo para desconectarme. He hecho unos cambios en mi página web para poder desconectarme todo el fin de semana, ¡algo que no me había sido posible en 14 años! Poco a poco iré soltando más, hasta tener un poco más de paz y poder trabajar desde el placer más que desde el deber. Es una de mis metas del 2022.
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