Mariposarios. Un rincón de naturaleza viva en tu propia casa
Dos emprendedoras desarrollaron unos kits hogareños para criar mariposas monarcas, permitiendo ver la metamorfosis que atraviesan
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Durante la cuarentena María Surmani y Agustina García Pena se dieron cuenta de que no había mariposas en los jardines de sus casas, en la localidad de Olivos. Como pasatiempo –y con cierta curiosidad e interés sobre el tema–, las vecinas se organizaron, investigaron qué estaba pasando, compartieron en sus redes sociales cómo atraer a estos insectos coloridos de cuatro alas y las preguntas no tardaron en llegar.
“Nos pedían información para arrancar: dónde consigo el mariposario, cómo lo hago, y ahí dijimos ‘tenemos que facilitarle a la gente que pueda empezar sin pasar por todo lo que hicimos nosotras”, cuenta Mery, como todos conocen a María. Así, hace apenas dos meses, decidieron poner en marcha “Guardianes de Mariposas”, un emprendimiento con el buscan preservar a las mariposas monarca y experimentar, desde la observación, su proceso de metamorfosis.
Actualmente, tienen más de 17 mil seguidores en Instagram, reciben consultas desde Uruguay, Chile y Brasil, y hay 70 personas en lista de espera para adquirir alguno de los dos kits que las emprendedoras diseñaron para tener un mariposario en casa. “Nunca imaginamos que podía despertar tanto interés en la gente –confiesa Mery, que trabaja en organizaciones sociales mientras que Agustina es maestra jardinera–. La intención es que la gente se de cuenta de que no es impedimento vivir en un departamento para colaborar con el hábitat natural de las mariposas”.
Mery y Agustina empezaron a averiguar por qué las mariposas no llegaban a sus jardines. “Nos encontramos con todas las fumigaciones por el dengue y la obstrucción de su hábitat natural, la falta de plantas nativas, de plantas hospederas donde ellas colocan los huevos para poder reproducirse”, explican.
Para arrancar el proyecto tuvieron que superar algunos obstáculos como la falta de información, el armado del producto en sí hasta las diferencias con grupos de amantes de las mariposas donde algunos sostienen que hay que ayudar a repoblar y otros que no. Entre prueba y error, empezaron “muy tímidamente” con 30 mariposarios que, si no llegaban a ubicarlos, se los regalarían a sus familiares. Pero, para su sorpresa, lo que pensaban vender en dos meses lo hicieron en tan solo dos días.
“Se nos fue un poquito de las manos. La verdad que lo que viene sucediendo es hermoso, es muy mágico también”, dice Mery
Preservar y liberar
Las emprendedoras dejan en claro que lo único que hacen es “preservar a las orugas en su momento de mayor vulnerabilidad” y que la mariposa tiene que ser liberada a horas de nacer. “No es cuestión de sostener a la mariposa en el mariposario para entretenimiento humano, todo lo contrario”, añaden. “La idea es que entendamos que todos podemos atraer mariposas a poner huevos en nuestros espacios. Pueden iniciar el proyecto por sí mismos, por eso también hicimos énfasis en la monarca, ya que es una especie que está presente en toda Latinoamérica”, explica Mery.
¿Cómo podemos empezar en casa? Desde Guardianes de Mariposas destacan que es muy fácil arrancar sólo que “uno tiene que tener la atención puesta en hacerlo” y explican que un buen primer paso es comprar plantas hospederas –o conseguir semillas o gajos– que, para la especie de monarca, “son las asclepias mellodora, plumerillo negro, tasi y curassavica, que es una planta exótica”.
“Después, asegurarnos de tener plantas nectaríferas que son las que atraen a las mariposas a salivar (alimentarse), no usar fumigación en todo el jardín, ya que con eso estás matando a la oruga, y si viene un depredador no te angusties, es parte de su cadena trófica y hay que respetarla”, aclara Mery y agrega sobre la iniciativa: “Es un proyecto de mucho respeto por los ciclos. Ellas tienen que llegar por sí mismas y regalarnos sus huevitos para que esto pueda continuar”.
Desde Guardianes de Mariposas sostienen que el interés que generó el proyecto se debe a la posibilidad de conectarse con “el aquí y el ahora, con la vida” en un momento de tanta incertidumbre como es la pandemia. “La observación hipnotiza, te conecta con lo perfecto y divino que es el universo –asegura Mery-–. Cada nacimiento es emocionante, cada liberación nos pone la piel de gallina. En un momento donde no tenemos control de nada, reconectarnos con la simpleza de la vida y de la naturaleza me parece que nos da mucho bienestar y calma, calma el espíritu en algún sentido”.
Y concluye: “Hay gente que está atravesando duelos que está fascinada con el proyecto, familias con niños con autismo y trastornos generalizados del desarrollo que nos dicen que es la primera vez que sus hijos conectan con sus hermanos, por ejemplo, con una actividad en conjunto. Hay mucho que tiene que ver con la sutileza y lo etéreo de la mariposa que te involucra desde otro lugar y sin querer llegamos a un público donde todo esto les abre puertas”.
Kits
Observación y liberación
Cuesta 5000 pesos y es un jaulón que contiene elementos que atraen a las mariposas para que pongan sus huevos
Crianza y liberación
Cuesta 6000 pesos y está pensado para ser utilizado como parte de proyectos pedagógicos
Reutilización
En cuanto se liberan a las mariposas, se puede reproducir el proyecto ya que el kit cuenta con semillas y plantines para volver a comenzar el ciclo
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