Mientras el encierro hizo florecer los grupos de entrenamiento outdoors y los gym trucks, los gimnasios buscan transformarse con nuevos espacios en terrazas y patios
- 8 minutos de lectura'
“Siempre entrené en gimnasio, con máquinas y personal trainers, porque no tengo constancia para hacerlo solo. Pero con la cuarentena, los primeros meses probé con tutoriales en YouTube. Después conocí a Santiago Mungo, mi actual trainer, y empezamos a entrenar al aire libre. Me enganché de entrada, incluso a pesar del frío, que es algo que a los 5 minutos de empezar se te pasa. Me gusta ver cómo se logran resultados sin entrenar con aparatos, y además disfruto más que estar encerrado”, cuenta Claudio Sesín, arquitecto de 58 años, que desde el año pasado hace funcional y box recreativo en los espacios verdes de Puerto Madero.
Claudio es uno de los tantos argentinos que, ante la imposibilidad de entrenar bajo techo, optaron por hacerlo al aire libre y se enamoraron de hacer ejercicio en contacto con la naturaleza, a tal punto que no piensan volver al gimnasio. El cambio de entorno se vio acompañado (y alentado) por el hecho de que, con el cierre de los gimnasios –en algunos casos temporales, en otros definitivo–, muchos de sus entrenadores comenzaron a dar clases a sus alumnos al aire libre... y no volvieron atrás.
“Es mucha la gente que empezó a tratar de entrenar al aire libre a partir de la cuarentena, en parte porque, junto con el running, fue una de las primeras actividades físicas que se habilitaron”, reconoce Santiago Fernández, entrenador que se vio obligado a dar clases grupales de crosstraining cuando cerró el gimnasio donde trabajaba. Según la revista especializada Mercado Fitness, de los 8000 gimnasios que había en la Argentina pre-Covid unos 1600 no pudieron volver a abrir sus puertas.
Los gimnasios que sobrevivieron a las distintas modalidades que adoptó el encierro y el distanciamiento social de la cuarentena reformularon sus propuestas para atraer clientes. A las distintas modalidades híbridas –entrenamiento presencial combinado con opciones virtuales– se suma una tendencia que comienza a notarse en los nuevos gimnasios, que ofrecen espacios al aire libre (terrazas, patios) equipados con máquinas especialmente desarrolladas para ese entorno.
“Algunas cosas buenas van a quedar de esta pandemia –dice con mirada optimista Raúl Wainraich, director comercial de Megatlon–. Con los espacios al aire libre los gimnasio encontramos un complemento ideal. Si bien en las épocas más crudas de invierno su utilización merma, los espacios al aire libre con equipamiento específico son muy utilizados por nuestros socios”.
Esta nueva configuración del gimnasio que hoy ya no solo valora los metros cubiertos queda expuesta en los locales que la cadena mencionada tienen en Paseo Alcorta o Distrito Arcos, entre otros. Y seguramente será el paradigma que contemplarán las nuevas aperturas, y no solo de las grandes cadenas.
Un regreso por etapas
“Lo primero que se me viene a la cabeza son los rayos del sol. La sensación de entrenar al aire libre me generaba mucho placer y me ponía en contacto con mi parte espiritual”. Eso es lo que Lucas De Lucia, comerciante de 30 años, recuerda del tiempo en que, con su gimnasio cerrado por la cuarentena, debió adaptarse a entrenar al aire libre.
Sin embargo, su caso es el de los que han decidido regresar al fitness indoor: “Elijo el gimnasio porque hay ejercicios de musculación en máquina y con distintos pesos, los cuales considero irremplazables porque tienen un impacto significativo en el entrenamiento”, explica Lucas, que hoy complementa la rutina con máquinas con box recreativo y ejercicio aeróbico.
“Volvimos a tener una gran demanda de público interesado a concurrir al gimnasio –señala por su parte Guillermo Napp, consultor deportivo y director de Napp Fitness Club–. Estamos a muy pocos socios de lograr el 100% dentro del aforo permitido del 30% [decía a principios de semana, cuando todavía no se había extendido el aforo al 50%]. La mitad son socios antiguos y la otra mitad son socios nuevos”.
La pandemia, pero por sobre todo la angustia y el estrés de los meses de encierro llevaron a muchas personas a revalorizar su relación con la actividad física, lo que ha alumbrado un nuevo perfil de asistente al gimnasio. “Antes de la cuarentena, yo caminaba o andaba en bici, pero cuando tuve que quedarme meses sin salir de casa me di cuenta de lo bien que me hacía estar al aire libre y en movimiento –cuenta Sergio Viso, comerciante de 34 años–. Por eso, apenas reabrió el gimnasio de mi cuadra, me anoté”.
Pero dejar atrás el encierro –y sus malestares asociados– es, al mismo tiempo, el catalizar del éxito de los grupos que se reúnen en plazas, parques y cualquier espacio verde para hacer running, yoga, zumba, funcional o lo que sea: “La pandemia aceleró muchísimo el querer salir, porque después de haber estado metidos tanto tiempo, la gente lo último que quiere es volver a estar puertas adentro”, opina Santiago Mungo, de @beblackfit, entrenador que conduce al aire libre grupos en los que combina ejercicios de movilidad preventivos y de fuerza, con modalidades de entrenamiento funcional derivadas de las artes marciales y boxeo recreativo.
“Al salir al aire libre, muchos se dieron cuenta que pueden entrenar igual o mejor que adentro de un gimnasio”, asegura el trainer. Además, agrega: “Hay quienes todavía tienen el temor, que las evidencias muestran que es infundado, de contagiarse Covid en el gimnasio, y por eso prefieren prevenir y entrenar afuera”.
“Cuando nosotros cerramos en marzo de 2020, lo hicimos dos días antes de que se decrete la cuarentena por el reclamo de la gente y, al mismo tiempo, por el cuidado que desde la cámara de gimnasios acordamos –recuerda Wainraich, de Megatlon–. Al principio la gente ni pensaba en volver a los gimnasios, y después de 7 meses, cuando reabrimos a fines de octubre de 2020, el retorno fue lento. Había un porcentaje grande que no quería volver por miedo al contagio. Ahora, cuando volvimos a cerrar en marzo, fue al revés: la gente se enojaba con nosotros porque querían seguir entrenando”.
¿Qué cambió? Los restrictivos aforos junto con los estrictos protocolos implementados por los gimnasios dieron la sensación de seguridad buscada. Y ahora, tras meses de retraso en los programas de inmunización, la esperada llegada de vacunas para prevenir el Covid-19 suma un nuevo factor de tranquilidad que colabora con la vuelta al entrenamiento bajo techo.
“Hay muchos que están vacunados, hay más conocimiento sobre la enfermedad y sobre la manera de prevenirla y cuidarse, y se ve que los protocolos de higiene y distanciamiento que implementamos los gimnasios son muy estrictos –enumera Wainraich–, Esto llevó a que en la segunda reapertura el regreso de la gente fuera mucho más rápido que en octubre del año pasado”.
Gimnasios móviles
No hay dudas de que el factor que dio forma al actual paisaje del fitness ha sido la cuarentena. “Hizo que mucha gente buscara otra modalidad de entrenamiento, que muchos gimnasios se vieran obligados por las restricciones a tener que cerrar sus espacios, y que los entrenadores nos viéramos obligados a la reinvención”, resume Alejandro Ferrero, entrenador que a través de su emprendimiento Xander ofrecen clases al aire libre de diversas disciplinas en la ciudad de Córdoba.
Su gym truck o gimnasio móvil, explica, “cuenta con elementos para realizar una gran variedad de ejercicios con varios atletas al mismo tiempo, y además te permite cargar elementos que van de los más simples y livianos hasta los más complejos y pesados”. Desde racks y poleas hasta portadiscos o paralelas, e incluso lockers internos y otros elementos que colaboran con la comodidad en la práctica física al aire libre.
Estos gimnasios móviles que pueden ser remolcados por una camioneta o incluso por una bicicleta fueron desarrollados por la firma cordobesa MovilFitness. “Sin dudas la cuarentena y las restricciones en todas las actividades indoor potenciaron esta idea. Muchos gimnasios y entrenadores personales eligieron nuestra innovadora propuesta para hacerle frente a la pandemia”, cuenta Esteban Brusa, uno de los socios de esta empresa que comenzó a funcionar en 2019, no mucho antes que la pandemia. “Actualmente, nuestros gimnasios móviles se encuentran en 25 ciudades de la Argentina”.
Obstáculos
Como la misma dinámica del Covid y sus restricciones asociadas, el paisaje del fitness sigue en permanente cambio. Los gimnasio móviles, los nuevos espacios al aire libre en los gimnasios convencionales y los grupos de fitness outdoors son, junto con las modalidades híbridas, los signos de esta época en que muchos todavía no saben si volver a entrenar bajo techo o afianzar su relación con la naturaleza.
Uno de los factores que aún hoy conspira contra la vuelta al gimnasio es que sus vestuarios no pueden ser abiertos. “Es un obstáculo para el funcionamiento de los gimnasios ubicados en lugares céntricos, donde la gente acude antes o después de ir a la oficina”, advierte Wainraich.
Pero el mayor obstáculo sigue siendo el miedo al contagio del virus que aun se experimenta en cualquier lugar cerrado. “Creo que cuando estén todos vacunados va a bajar un poco el número de gente que hoy entrena al aire libre en grupo y que va a volver al gimnasio”, opina el entrenador Santiago Fernández.
Para Guillermo Napp, “es evidente que hay un cambio de actitud hacia la actividad física que está transformando los hábitos de la gente. Desde hace años hay una tendencia al cuidado y al bienestar que el Covid aceleró de manera significativa. De alguna forma, la pandemia puso a la salud en el centro de la escena. Esto lleva a darles suma relevancia a los cuidados en la alimentación y al ejercicio.
En este contexto, el sedentarismo ocasionado por ‘quedarnos en casa’ funcionó como una alarma y generó una reacción en muchos casos”.
Más notas de Fitness
Más leídas de Sábado
“Después de 30 años, la locura sigue intacta”. Fabio Alberti, íntimo: su vida en Uruguay, su pareja 20 años menor y el regreso de Cha Cha Cha
Más de 80 años. La rotisería creada por un inmigrante español que se mantiene intacta y ofrece sabores "de antes"
De Plaza Italia a Villa Crespo. El corredor urbano que concentra cada vez más propuestas gourmet
Entre la tarta de ricota y la cheesecake. La delicia vasca que se puso de moda en Buenos Aires