Una invitación a ver cómo entrena el equipo amateur Los Tritones
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Olvídense del hockey tal como lo conocen. Imaginen, en cambio, una versión en la que los espectadores no pueden ver a los jugadores ni viceversa. Allí no existen golpes entre contrincantes ni prácticamente contacto alguno. Se trata del hockey subacuático, una danza rebuscada y poética donde los jugadores se sumergen fuera de la vista del público y juegan con su propio aire mientras defienden su arco e intentan meter el tejo en el del oponente.
Desde afuera solo se escucha el chapotear de las patas de rana (aletas de buceo). Dentro del agua y con la panza pegada al fondo, dos equipos hambrientos por meter un gol en el arco contrario y defender el propio se debaten en un juego rápido e íntimo, silencioso y cómplice, fascinante y feroz.
Los Tritones son un equipo amateur de 15 integrantes, entre hombres y mujeres. Uno de ellos es Hernán Tiraboschi, un informático de 44 años que se aburrió de la natación y probó esto en el ‘98 para no dejar jamás. Las razones que lo escudan son que “es un deporte que tiene mucha adrenalina, no es solo una actividad sana que te puede divertir sino que te da muchos amigos. Y te permite viajar. Va más allá de lo que pasa en el agua”.
Su compañero Ariel Listovsky (51), instructor de buceo, confirma: “El beneficio es que no tenés impacto, no te golpeás. Los que juegan al fútbol, tenis, básquet están con artrosis, artritis, y nosotros como nuevos porque ejercitamos todo el cuerpo sin golpearlo”.
Fernando Allioli (55), fundador de los Tritones explica que se reúnen dos veces por semana a entrenar en el Ateneo Popular Versailles (APV) y se olvidan del mundo para sumergirse –literalmente– en su pasión.
“Tenemos sociólogos, profesores de educación física, docentes, informáticos, diseñadores gráficos, ingenieros electrónicos… Esto es deporte, hobby, locura por el agua. Tritones tiene la política de que el que quiera venir a ver de qué se trata, pueda”.
Para eso invitan a su Instagram @tritones.hsub o a acercarse a Roma 950 (CABA) donde entrenan los sábados de 16 a 18 horas.