Estuvo 19 años en toneles y cuando salió a la venta cambió la mirada de la crítica internacional (y de la Argentina) sobre la que es hoy nuestra variedad insignia
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Hay muchos grandes vinos argentinos elaborados a partir de nuestra variedad insignia, el Malbec, pero ninguno tiene el aura de leyenda que ostenta el “Estrella 77″. De este Malbec elaborado hace 45 años por un empresario brasileño enamorado del vino argentino y que lleva la firma de uno de los enólogos más importantes de la viticultura argentina quedan solo 250 botellas en bodega, las cuales se venden a 2000 dólares cada una.
Los coleccionistas, por su parte, atesoran en sus cavas las botellas de Weinert Malbec Estrella 1977 (este es su nombre completo), y cada tanto alguna sale a circulación cuando uno de sus dueños muere o se ve obligado a desprenderse del Estrella como quien vende una joya de la familia. Pero, ¿qué tiene de particular este vino icónico que salió a la venta en 1996 nada menos que con 19 años de crianza en toneles?
“El Estrella 77 fue el primer vino argentino con la variedad Malbec en la etiqueta y con años de evolución que el mundo conoció -cuenta Pablo Rivero, sommelier y propietario del restaurante Don Julio, en cuya cava hay 12 botellas del vino-. Hasta su aparición no creíamos que un Malbec argentino pudiera evolucionar tan bien, y el Estrella 77 generó el primer signo que mostraba que era posible, ayudando a establecer al Malbec como insignia argentina.”.
Es que hoy nadie duda del potencial que tiene el Malbec para dar lugar a vinos con un gran potencial de guarda. Sin embargo, esa buena reputación es algo reciente: hace tan solo unas décadas atrás el Malbec era considerado una cepa menor, útil para dar color y fruta a los cortes tintos, pero no mucho más. El tinto noble, hasta entonces, era el Cabernet Sauvignon.
"Es el vino que nos ayudó a mostrarle a los sommeliers, catadores y expertos del mundo que el Malbec argentino también podía ser un vino de larga guarda"
Alejandro Iglesias, jurado de competencias internacionales de vino
Pero si allá por 1977 nadie confiaba en el Malbec, ¿qué llevó a crear el Estrella 77? Quien cuenta la historia es Iduna Weinert, hija de Bernardo C. Weinert, fundador de la bodega. Su padre fue un empresario brasileño del rubro transportes que visitaba asiduamente Mendoza, y que en esas visitas se enamoró del vino argentino y, en particular, de un monumental edificio de estilo neoclásico ubicado en Carrodilla (Luján de Cuyo), donde decidió establecer su bodega.
“A mediados de los 70 mi padre entra en contacto con don Raúl de la Mota, un enólogo muy ligado a una escuela tradicional francesa de vinificación, y deciden llevar adelante juntos el proyecto de producir vinos con una identidad muy argentina, pero capaces de competir con los grandes vinos del mundo”, cuenta Iduna, que días atrás pasó revista a la historia de este vino en una cata realizada en la vinoteca Vino El Salvador en la que se degustó el Estrella 77.
“Don Raúl era una gran defensor de la uva Malbec, que por aquel entonces no era considerada una uva noble”, agrega.
Una cosecha excepcional
La cosecha 1977 fue excepcional, recordó Iduna, tanto en calidad como en volumen. Era la primera de la bodega que estrenaba edificio reconstruido y equipado con la más alta tecnología de la época, y con un elemento clave que haría a la identidad de los vinos, y en especial a la del Estrella 77. “Mi padre había comprado una colección de 233 toneles a bodegas como Giol y El Globo -cuenta-. Por aquel entonces se usaban mucho los grandes toneles para la crianza del vino, no las barricas [más pequeñas] como se volvió habitual más tarde”.
“El Estrella 77 fue elaborado con uvas de Luján de Cuyo, de un viñedo viejo de Malbec que estaba en Chacras de Coria y que hoy ya no existe”, recuerda por su parte Raúl de la Mota (hijo), hoy enólogo de Mendel Wines, que por aquel entonces tenía 17 años y visitaba seguido a su padre en la bodega. “El resultado fue muy bueno, porque mi papá había seleccionado muy bien la uva y lo elaboró de forma muy precisa, con crianza en toneles de 2500 y 6000 litros. A mi papá le encantaban sobre todo los de 6000 litros, porque ahí el vino alcanzaba un muy buen equilibrio”.
Cosecha excepcional, grandes y numerosos toneles a disposición... pero lo importante es que lo que hizo De la Mota fue apostar por el Malbec. “No había registro de cómo añejaba el Malbec y Don Raúl decidió explorar”, dice Iduna.
Parte del Malbec cosecha 77 comenzó a ver la luz en 1979, en vinos como Carrascal, Cavas de Weinert y Weinert Malbec, pero seis de los toneles fueron apartados por De la Mota, por ver en ellos signos de que había allí algo especial. “Eran tan interesantes, tan superlativos, tan profundos, tan distintos, que Don Raúl dice “vamos a ver qué pasa””. Y así fueron pasando los años.
Nace una estrella
Llegamos a la década del 90. Bernardo Weinert iba y venia de Mendoza a Buenos Aires por motivos comerciales, y en uno de esos viajes organiza un encuentro con periodistas del mundo del vino. “Era 1991 o 1992, y hace una reunión en Catalinas, restaurante del chef Ramiro Rodríguez Pardo, del que mi padre era socio. Lleva los vinos nuevos de la bodega pero también lleva la botella de un corte que había hecho don Raúl a partir del Malbec del 77 que aun estaba en los toneles″, relata Iduna.
En la mesa estaban, entre otros, Miguel Brascó, Elisabeth Checa y Fernando Vidal Buzzi. Este último, cuenta Iduna, “al probar el corte del 77 le pregunta a mi padre “¿qué estamos tomando?” Y le dice que es el mejor vino que ha hecho la bodega: “es la estrella de Weinert”, agregó. Mi padre le respondió “qué buena idea”, y así nació el nombre del vino”.
Pero el vino tuvo que esperar todavía unos años más para ser embotellado. En 1996 llega a la Argentina un joven estudiante de enología suizo, Hubert Webber, que pide hacer una pasantía en Weinert. “A los pocos meses, se juntan mi padre y don Raúl y comentan “este chico tiene pasta. Pongámoslo a prueba, qué haga un corte del Malbec 77″ -cuenta Iduna-. Hubert armó el corte del Estrella Malbec 77 y esa fue su prueba de fuego: de ahí que hoy sigue en la bodega”.
"En Wine-Searcher, el “Google del vino”, el precio del Estrella 77 va de los 955 a los 1854 dólares, en vinotecas de Londres, Hong Kong y Belo Horizonte"
Reflejo de dos personalidades, la de don Raúl de la Mota (primer enólogo de Weinert) y de Hubert Webber (actual enólogo de la bodega), es que en 1996 y tras haber pasado 19 años de crianza en toneles, sale a la calle Weinert Malbec Estrella 1977, en una época en que aun muchas bodegas arrancaban vides de Malbec añosas para replantar con otras uvas con mejor perfil comercial
El impacto en el consumidor, pero sobre en la crítica local e internacional, fue inmediato. Había nacido una estrella.
Soy leyenda
“El Estrella 77 es un vino que ha sido esencial para la vitivinicultura argentina”, afirma Alejandro Iglesias, sommelier del club de vinos BonVivir y jurado de competencias internacionales de vino. “Es el vino que nos ayudó a mostrarle a los sommeliers, catadores y expertos del mundo que el Malbec argentino también podía ser un vino de larga guarda, así como también doy fe que convenció a muchos winemakers a seguir la escuela enológica de largas crianzas en toneles que hoy volvió con mucha fuerza”.
De las 25.000 las botellas que se produjeron del Estrella 77, solo quedan 250 en la bodega, que las vende a 2000 dólares cada una.
“Cuando se hace una venta seleccionamos la botella, limpiamos el pico y vemos si el corcho no tiene infiltración ni perdida, para asegurar que el vino está en perfectas condiciones. Después cada botella es un mundo distinto”, cuenta Iduna, y aclara que las botellas guardadas en la cava no están etiquetadas: “De hecho algunos quieren recibir la botella con el polvito de la cava y le mandamos la etiqueta por separado”.
Algunos restaurantes y algunas vinotecas cuentan con botellas del Estrella 77, y su precio varía de lugar a lugar. En la parrilla palermitana Don Julio, por ejemplo, el precio que figura en la carta de vinos es 275.000 pesos, bastante menor a los 2000 dólares que cuesta en bodega, lo mismo que en la vinoteca Ligier: 193.649 pesos.
En MercadoLibre se ofrecen botellas con precios que van de los 250.000 a los 585.000 pesos, y en Wine-Searcher, la plataforma global de compra de vino -algo así como un Google de esta bebida-, el precio del Estrella 77 va de los 955 a los 1854 dólares, en vinotecas de Londres, Hong Kong y Belo Horizonte.
Pero... ¿quién es capaz de garantizar que alguna de esas botellas que se venden sin mucha referencia pasó los últimos 45 años en condiciones de temperatura, humedad y oscuridad adecuadas para su evolución? Nadie, pero siendo un vino legendario tener una botella es un atractivo en sí mismo.