Cada vez más empresas toman en cuenta las “habilidades blandas” y otras capacidades que no se relacionan con el estudio formal, sino con la experiencia en la vida cotidiana
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¿Llevás con destreza la organización de las compras del hogar? Quizás lo tuyo sea el manejo de presupuestos y stock en una cadena de farmacias. ¿Te pasás el finde entero online jugando con tus amigos virtuales al Fortnite o al Call of Duty? Sin dudas tu CV debería dar cuenta de tu capacidad para el trabajo en equipo. ¿Tu rutina diaria contempla el cuidado de adultos mayores? Cualquier puesto que implique la interacción con clientes se beneficiará de tu empatía y tu paciencia, pero también de tu capacidad operativa.
¿Qué tienen que ver las capacidades que nos permiten surfear la vida cotidiana con el mundo del trabajo? Cada vez son más las empresas que a la hora de contratar personal toman en cuenta las llamadas “habilidades blandas”, que son aquellas que no se aprenden en la facultad y para las cuales no hay máster que valga. Por el contrario, nacen de la experiencia y están interrelacionadas con lo que somos como personas. Lo novedoso es que cobran especial valor en el actual entorno laboral y profesional.
“Las denominadas habilidades blandas son, en contraposición a las habilidades duras o técnicas, aquellas que tienen que ver con la conexión humana, con el cómo y no con el qué –define el consultor Alejandro Melamed, director de Humanize Consulting–. Están vinculadas a la comunicación, al trabajo en equipo, al liderazgo, a la adaptabilidad, a la flexibilidad o a la capacidad de influencia, por ejemplo, y no se adquieren con un curso, sino que se desarrollan a través de la experiencia”.
“Al margen del perfil técnico, son esenciales para poder contar con talentos que se identifiquen con los valores y la cultura de la organización, lo cual contribuye al logro de los resultados personales y organizacionales”, agrega por su parte Marcela Beverstein, Gerente de Capital Humano de Grupo Ceta, empresa dedicada al capital humano.
Pero si las habilidades blandas hoy están en la mira de las empresas es porque sus directivos se han dado cuenta de que son fundamentales no solo para el logro de los objetivos, sino para alcanzar las metas sin comprometer el futuro de la compañía, advierte Melamed: “Todos somos seres humanos, todos las requerimos y cada vez más se visualiza y se pone en evidencia que las habilidades blandas son indispensables para cumplir cualquier meta que nos propongamos”.
Un ejemplo lo aporta Gisela Romero, Directora Asociada de Recursos Humanos de BD Cono Sur: “Al ser una compañía líder en tecnología médica, en la pandemia no podíamos interrumpir nuestra operación y tuvimos que adaptarnos para dar respuestas a las necesidades en un contexto crítico, cuidando la salud de nuestros colaboradores. La capacidad de rápida adaptación, la mentalidad de crecimiento, empatía, flexibilidad y agilidad fueron habilidades que se pusieron en juego para instrumentar rápidamente una estrategia de constante abastecimiento pese al contexto de crisis, sin perder de vista nuestra prioridad, que es el bienestar de nuestros colaboradores”.
Quizás el lugar en que más se verificó su ausencia –y por lo tanto la necesidad de incorporarlas– sea en las empresas tecnológicas. La imagen antaño santificada del genio de sistemas aislado en la burbuja de su computadora demostró que toda la capacidad técnica del mundo no sirve de nada en ausencia de habilidades de conexión interpersonal.
“El énfasis en las habilidades blandas surgió como diferencia al valor inigualable que se le dio durante décadas a las habilidades duras o “hard skills” –advierte la licenciada en psicología Nia Ayanz, directora de IE3 - Inteligencia Emocional Exponencial–. Son las habilidades propiamente humanas, las que no pueden ser reemplazadas por la tecnología , y no obedecen a una orden sino a la espontaneidad de cada persona”.
Un CV gamer
Años atrás, nadie se hubiera animado a mencionar en una entrevista laboral que su pasatiempo favorito eran los videojuegos. Y sin embargo hoy son muchas las empresas que le prestan especial atención a ese hobby, e incluso llegan a indagar qué tipo de videogame juega el candidato. La compañía de recursos humanos ManpowerGroup, sin ir más lejos, ha desarrollado una plataforma en la que, ingresando los juegos preferidos de una persona, es posible identificar sus “habilidades blandas” (https://www.manpower.es/gaming).
“Durante mucho tiempo, los videojuegos han sido considerados un pasatiempo de niños y holgazanes –puede leerse en el informe Game to Work de ManpowerGroup–. Sin embargo, los 2500 millones de jugadores del mundo han estado perfeccionando una amplia variedad de habilidades en demanda, desde el trabajo en equipo y la colaboración hasta el pensamiento crítico y la toma de decisiones. Este es el talento que los empleadores necesitan para obtener una ventaja competitiva”.
Un ejemplo que cita el informe es el de Komplett, un gigante del comercio electrónico con sede en Noruega, que ha descubierto que algunos jugadores asumen naturalmente los roles de liderazgo en el lugar de trabajo y varios han pasado a áreas de gestión. “Los gamers desarrollan conocimientos que se transfieren fácilmente a la industria del comercio electrónico”, afirmó Daniel Hauan, Gerente de Atención al Cliente de Komplett.
Pero, dejando a un lado la pasión por los videojuegos, ¿cómo podemos identificar aquellas habilidades blandas que se expresan en nuestra vida cotidiana? Adecco desarrolló una plataforma interactiva que además de aportar ejemplos ilustrativos de cómo nuestras tareas cotidianas esconden capacidades laborales permite traducir lo que hacemos en un ítem más para sumar al currículum vítae. Bajo el título “El CV que no se ve” (https://www.elcvquenoseve.com/), la plataforma “tiene una serie de herramientas para ayudar a visibilizar y poner en valor las habilidades blandas que las personas adquieren al atravesar diferentes experiencias a lo largo de su vida –cuenta Alexandra Manera, Directora de Recursos Humanos de Adecco Argentina & Uruguay–. En el micrositio, quienes ingresen podrán encontrar un traductor de habilidades blandas para luego plasmarlas en un CV o en una entrevista de trabajo. Por ejemplo: si alguien se encarga de la logística de las compras en el hogar, podrá manejar stocks y realizar presupuestos. Esto determina que la persona cumple puntualmente con plazos establecidos para que nunca falte nada en la casa. Es responsable, realiza un análisis de mercado y sabe cómo hacer rendir mejor su presupuesto”.
Obviamente, a la hora de sumar estas habilidades a un CV es importante pensar en cómo pueden ser útiles en el puesto al que uno aspira. Quien aporta un ejemplo personal es Paula Sánchez, que hace un par de semanas fue incorporada como especialista en selección de talento en Grupo Ceta: “A la hora de incluirlas en mi CV siempre recurro a pensar en aquellas que mejor reflejan mi experiencia y mis logros en trabajos anteriores, pero también tengo en cuenta las capacidades que se necesitan para el puesto al que estoy aplicando –dice Paula–. Lo ideal no es ofrecer siempre el mismo CV para diferentes búsquedas; detectar la particularidad de cada búsqueda y responder en consecuencia es uno de los factores que marcan el éxito o fracaso del recorrido laboral”.
Las diferentes aptitudes pueden detallarse en el CV incluso antes de los ítems experiencia laboral y educación. “Uno puede explicar qué se le da especialmente bien, qué lo diferencia de los demás, pero empleando su propio idioma, sin jergas”, recomienda Melamed, que destaca la importancia de señalar qué experiencia de liderazgo y voluntariado trae cada quien en su mochila. “¿Uno ha dirigido un equipo en un club, ha liderado un proyecto para una obra benéfica o ha editado el diario de su escuela? Es útil describir esas experiencias”, precisa.
“Tanto en el CV (en un párrafo o segmento destacado) como en las entrevistas es importante poder detallar algunos aspectos que nos describan más allá de lo exclusivamente profesional o académico -afirma Marianela Karaletsos, supervisora de Créditos y Cobranzas para BD Argentina, Uruguay y Paraguay, que incluye sus “habilidades blandas” en su CV.
“En mi caso, citar alguna frase de alguno de mis libros favoritos me ayuda a transmitir mi propósito, visión o mantra que aplico en mi vida, o contar que disfruto mucho hacer carreras de trail por la planificación con metas diarias para llegar a un buen resultado que implican. Además, los planes de actividades que se realizan para correr determinada carrera se planifican con varios meses de anticipación y el grupo es fundamental para estar motivados cuando todos estamos enfocados hacia un objetivo común”. En síntesis, planificación de metas, trabajo en equipo...
¿Cómo expresarlo? “Vale todo –sostiene Beverstein–. Hay quienes comienzan su CV contando que han liderado equipos de trabajo, que son especialistas en negociación; otros ponen como competencias y habilidades que son hábiles en trabajo en equipo y que tienen una buena adaptación a cambios; otros incluso cuentan que fueron capitanes del equipo de rugby, que colaboraron en una fundación...”.
Claro que la evaluación de las habilidades blandas no se limitan al CV, sino que su pesquisa atraviesa todo el proceso de evaluación de personal. “Hoy en todas las entrevistas de selección empiezan a tomar más relevancia las habilidades blandas; algunas veces no se pregunta por ellas directamente sino que se busca una acción que la demuestre, pero son herramientas que hay que tener para poder ser parte del mundo laboral”, asegura Manera de Adecco.
El interés no aparenta ser pasajero. “Cada vez se entiende más que son las habilidades que se sostienen en el tiempo, independientemente de las tecnologías que emerjan”, comentó Melamed y concluyó: “Las habilidades blandas no solo se desarrollan, sino que se cultivan: se van adquiriendo a partir de las experiencias, pero también a partir de dedicarle nuestra energía, nuestra atención y nuestro foco”.ß
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