De la mano de los dueños que adoptan una alimentación sin consumir productos de origen animal, crece la tendencia de no darles carne a los perros. Qué pasa con los gatos
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Teo tiene 9 años y nunca comió proteínas de origen animal. Como su dueña, Paola Fellet, es vegano, y su alimento es ciento por ciento vegetal. “Es un fila brasilero y desde que lo adoptamos de cachorro -tenía 5 meses- come un balanceado a base de arroz, maíz, gluten meal, harina de soja, pulpa de remolacha y levadura de cerveza. Está completamente sano, pesa entre 65 y 70 kilos. Además, como por su tamaño tiene que consumir un kilo de comida por día, le complementamos con fideos con aceite de oliva y de premio recibe manzanas, almendras activadas y zanahorias. Está súper bien”, dice Paola, que además tiene un gato que sí es alimentado a base de proteínas de origen animal porque los felinos son ciento por ciento carnívoros.
Sin duda, una de las tendencias alimentarias que más creció en los últimos años es el veganismo. Quienes la adoptan, básicamente la eligen por una cuestión ética y de compasión hacia las especies y el planeta, por lo que alimentar a sus propias mascotas con productos de origen animal les parece una incoherencia, además de una crueldad. “Yo soy vegetariana hace más de 20 años y vegana hace menos, por eso cuando Teo llegó a casa tenía claro que no iba a darle carne -dice Paola-. Empecé a ver distintas opciones, investigué, y vi que había una empresa que acá producía alimento vegano para perros. Desde siempre le di esa comida. Mi veterinario es tradicional, no está de acuerdo con esta cuestión pero lo respeta porque ve que Teo está perfecto de salud. Además el fila brasilero es una raza que tiene problemas digestivos y esta comida favorece su absorción”, sostiene Paola.
A pesar de sus convicciones, con su gato ella sigue una dieta estrictamente carnívora. “Lo analicé, pero los felinos deben sí o sí consumir carne porque lo necesitan. Sé que en Estados Unidos desarrollaron alimentos veganos para gatos, con aminoácidos y taurina sintéticos, pero todavía no llegaron a Argentina”, dice Paola, siempre atenta a todo lo que tiene que ver con la alimentación de sus mascotas. En el país hay algunas pequeñas empresas que producen alimento vegano para perros. Una se llama Veguis (la pionera) y con el tiempo surgieron otras como Natucan y Green Dog.
“Disparate nutricional”
Daniel Pampin es médico veterinario y especialista en nutrición animal. Su postura es muy crítica respecto de la tendencia de convertir a los perros, que son omnívoros, en veganos. “No podemos ir en contra del comportamiento del animal solo por una moda. El perro necesita grasa, aminoácidos y vitaminas que no están presentes en los vegetales. Es un disparate nutricional, una una moda peligrosa. Es desconocer los orígenes cánidos del perro. Ni remotamente se puede hacer del perro una extensión de sí mismo. Ni hablar de los gatos, que son ciento por ciento carnívoros”, advierte.
Incluso profesionales holísticos como Teresa Hein, (veterinaria a favor de la alimentación natural, con menos procesados y más alimentos reales), también se oponen a que un perro sea vegano o vegetariano: “Bajo ningún punto de vista está bien porque no se cubren requerimientos de taurina, tirosina y arginina y además produce mucha inflamación -plantea-. Los perros no son vegetarianos ni veganos, al alimentarlos se debe tener en cuenta qué comen en la naturaleza. Ellos son carroñeros, necesitan como mínimo comer un 40 o 50% de carroña y un 40% de verduras y sumarle ácidos grasos de buena calidad como el aceite de coco. Un perro no puede tener buena salud comiendo vegano porque le faltan nutrientes. Y si le agregás suplementos ya le estás dando cosas químicas, aparte de que son caros”, sostiene Hein.
Pampin, por su parte, sostiene que esta tendencia tiene que ver con el grado de humanización que han ganado, en los últimos años, las mascotas. “Esto lleva a extrapolar en ellas cosas como la alimentación. Si soy vegano y quiero ser coherente con mi filosofía de vida, tengo un pony que come pasturas -plantea-. Hay que respetar el comportamiento atávico. La vegana es una dieta alejada a sus orígenes, no se puede imponer a un animal una comida que no es correcta. Por supuesto respeto a la persona que elije para sí cualquier conducta nutricional, pero no es extrapolable a la mascota”, critica el especialista, creador de la marca de alimentos balanceados premium Küme.
El debate por la calidad
Alicia Scarone es la creadora de Veguis. Según cuenta, la marca nació desde su amor y activismo por los animales. “Siempre conviví con ellos y sinceramente me generaba una controversia moral darle carne a mis perros. Investigando, vi que había alternativas veganas en otras partes del mundo y así surgió Veguis, que es pionero en alimento 100% vegetal en Argentina y tiene todos los nutrientes. Lo eligen quienes siguen este estilo de alimentación pero también tenemos clientes que no son vegetarianos ni veganos pero buscan un alimento con menos impacto medioambiental. Además, el balanceado tradicional, que se hace con descartes de la industria alimenticia, genera alergias en muchos perros. Es decir, no le estás dando algo de calidad a tu mascota”, sostiene Alicia.
Precisamente, la calidad de los alimentos balanceados es una de las razones que esgrimen los veganos a la hora de defender la alimentación vegetal. Sin embargo, Pampin pide no poner a todos estos productos en la misma bolsa. “Está comprobado que el alimento balanceado de calidad extiende la vida de las mascotas. Hay de todo, todos sabemos los que son malos. En mi marca uso ingredientes de origen vegetal y animal de alta calidad. Se trata de reproducir lo más fielmente posible la alimentación del animal salvaje. Los perros cazadores lo primero que comen son la vísceras de la presa con su componente vegetal, y el gato es comedor de pulpa, por eso el perro es omnívoro y el gato, carnívoro”, explica.
Consciente de las criticas que puede recibir, Scarone explica que los perros no son veganos. “Algunas personas escriben en nuestras redes diciendo que es un horror lo que hacemos, que lo nuestro es maltrato animal -señala-. Claro que los perros no son veganos. El veganismo es nuestra posición política frente a la vida. Esa elección es nuestra, no de nuestro perro. Pero él o ella tampoco elige su nombre, no elige si lo sacamos a pasear 2 veces o 4 veces al día, si lo llevamos de vacaciones con nosotros o lo dejamos en un pensionado canino”, plantea y asegura que muchos veterinarios han dejado su prejuicios de lado.
“Cuando me hice vegana no había ningún nutricionista que lo avalara. Y hoy, diez años después, ya hay muchos. Con esto sucede lo mismo. Cada vez hay más profesionales veterinarios que se aggiornan y lo aceptan. Además, el perro cazador es un mito. En la calle come lo que puede, basura muchas veces. Si bien el perro desciende del lobo, hace más de 15 mil años que se domesticó. Ellos fueron evolucionando y adaptando su dieta”, concluye.