
Cuna de ideas. Una ex fundidora de bronce hoy nuclea a diseñadores sub-35
En Chacarita, dos arquitectos y diseñadores crearon una “comunidad creativa” que agrupa a exponentes de varias disciplinas: mobiliario, textiles y objetos con sello local
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El diseño encontró en Chacarita un refugio para descubrir nuevas propuestas de interiorismo. Mobiliario de autor, piezas escultóricas, textiles y objetos únicos. A dos cuadras del cementerio de la Chacarita y a 3 del estadio de Atlanta, los arquitectos y diseñadores Marcos Altgelt y Tasio Picollo transformaron las ruinas de una exfundidora de bronce en una galería, o tienda, o espacio de diseño colaborativo. O showroom. O todo eso junto, porque la movida de la nueva generación sub-35 es disruptiva desde todo punto de vista.
Esta perlita que brilla en una zona con impronta industrial, dominada aún por talleres mecánicos y casas bajas, lleva por nombre Concepción Local (@concepcion_local) y se ubica al 4630 de Concepción Arenal, la calle que cruza el Parque Los Andes y llega hasta la Av. Warnes. Oculto tras un cortinado escenográfico el espacio que se abre lleno de luz y una paleta de colores suaves invita a conocer (con cita previa) el trabajo de una selección de diseñadores multidisciplinarios.

Donde antes estaba emplazado el horno de la fundidora que trabajó desde 1957 y cerró en 2019, ahora hay un living donde conviven las esculturas y objetos de mármol travertino de Gastón Badii y los de madera, de Sur del Cruz, junto a las alfombras de diseño de El Espartano y las luminarias de Huup Iluminación. Firmas que se suman al espacio con sus piezas. Durante seis meses, Marcos y Tasio transformaron el lugar, semiabandonado. “La fábrica estaba en un estado de mucho deterioro en todo sentido. Encontramos muchos elementos de la fundición como moldes o crisoles”.
La apertura de una parte de la cubierta permitió que a la tarde se filtren los rayos del sol en una de las paredes, aportando formas geométricas que armonizan con el resto de los objetos. Los almohadones XL apilados, manteles e individuales serigrafiados a mano de Luna/Oks (Camila Oks y Julia Luna) están plasmados en algodón nacional por las diseñadoras que revalorizan el trabajo artesanal.
En tanto, las piezas de cerámica de gres hechas a mano de Andrés Weigner (de la firma Hecho), o las de Rodrigo Bravo, torneadas manualmente en piedra de Combarbalita extraída de la Cordillera de los Andes, aportan diversidad creativa al espacio.

El toque de humor está a cargo de Grupo Bondi, el colectivo de diseño cuya impronta urbana –y porteña—ya forma parte del imaginario a partir de los bancos de hormigón símil capitoné. Además de almohadones también se presenta el Salchi Banco, con forma de salchichas en el asiento, patas de hierro y un peso de 180 kilos. Los Bondi son Eugenio Gómez Llambi e Iván López Prystajko, los autores de los icónicos bancos que forman parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) y obtuvieron una Mención Honorable en los premios Red Dot 2014, en la categoría Diseño Urbano.
Las obras de arte que escoltan las estanterías pertenecen a la dupla Lamas Burgariotti, de los diseñadores y artistas María Victoria Lamas y Joaquín Burgariotti, con la serie Oro Negro, en carbón sobre lienzo. Además, los sofás modulares del estudio Helmut, integrado por María Cohen y Bárbara Guevara.

De Altgelt y Picollo, al frente del estudio RIES, se destaca la investigación material con piezas de fundición de aluminio. Con moldes de pasto de avena desarrollaron una mesa muy particular, que habla del territorio y el paisaje. “Salirnos de los lugares que ya conocemos, en donde todo está bajo control, implica tomar ciertos riesgos. Nos gusta pensar que esta mesa representa esas ganas que tenemos de explorar terrenos desconocidos”, explican los autores, que también investigaron las posibilidades del cristal soplado para el desarrollo de vasos y floreros, con moldes en desuso de la Cristalería San Carlos. Y experimentaron con una lámpara que utiliza el agua como medio difusor de la luz. “Al encenderse, el brillo constante causa que el Marimo –un tipo de alga que crece en forma de esferas aterciopeladas en lagos fríos de Europa del Norte y Japón– flote a la superficie para maximizar su capacidad fotosintética y luego desciende cuando se apaga”, dicen sobre la serie Arquitectura para Plantas, que en 2019 copó el hall del Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires).
Dispuestos a cambiar las reglas del mercado, quieren generar una estructura amigable para diseñadores y artistas, una plataforma para vivir el diseño en forma integral. Este nuevo modelo ofrece las condiciones ideales de manera transparente y honesta para estimular las interacciones multidisciplinares. “Creemos que así, las relaciones entre los participantes del espacio están motivadas por un interés genuino que refuerza la idea de comunidad creativa e independiente”, plantean los diseñadores industriales y arquitectos de 32 años formados en la FADU-UBA.
Diversidad, multidisciplina, experimentación material, perspectivas abiertas y un factor común: el impulso a la industria nacional en un espacio transformador.