Chicos en la ciudad
Colonias, talleres culturales, recitales y actividades al aire libre son las opciones que, protocolos mediante, pueden disfrutar
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Sobran los motivos. Con encuentros al aire libre habilitados, chicos que hace un año perdieron sus espacios de socialización, padres agotados y un calor que abruma, y teniendo en cuenta que alrededor del 75 por ciento de los porteños permanece en la ciudad según un informe del observatorio Gente en Movimiento; resultaba tan predecible como necesario que los más chicos contaran con una amplia variedad de propuestas que descompriman el encierro, el aburrimiento, el sedentarismo y el tiempo en pantallas que la pandemia trajo aparejado.
Y así fue. Tanto desde entes oficiales –con las colonias deportivas del gobierno de la Ciudad que se adaptaron a horarios reducidos, talleres y actividades en jardines de museos, recitales en espacios como Tecnópolis– como desde centros culturales, encuentros o shows en parques, patios o terrazas, así como desde la organización de los propios padres y madres con maestros y recreólogos, la oferta es variada.
Al aire libre, con reservas previas, circulación en un único sentido para la entrada y la salida, el uso de barbijo (según las edades), alcohol en gel y chequeo de la temperatura, la premisa parece ser la minimización de los riesgos de contagio, sin dejar de atender a la urgente necesidad de que los chicos se relacionen y se entretengan fuera de sus ámbitos domésticos.
Luego de un 2020 endogámico y desafiante, las colonias y propuestas llegaron como un alivio para muchas familias. “Los primeros meses de la cuarentena los llevamos muy bien porque podíamos trabajar y estar con las nenas. Pero después, ya hacia el final del año pasado, estábamos saturados todos, las nenas muy hipontizadas con las pantallas, nosotros laburando a full y a ellas se las notaba muy aburridas”, resume Laureano Oliva Carrasco, padre de dos nenas de 3 y 5 años. Por eso, no dudó en anotar a la más grande en la colonia del gobierno de la ciudad, y a la más chica en un centro cultural de su barrio: “Cuando nos enteramos de que iban a abrir las colonias, no lo dudamos. Necesitábamos descomprimir un poco el encierro y lo que significó estar tanto tiempo todos juntos. Nos pareció importante que puedan disfrutar del jugar, estar con amigos, el aire libre”, explica.
Si hace un tiempo la disyuntiva era asumir el riesgo de contagiarse o que los chicos sigan encerrados, hoy (y luego de un año sin asistir a las escuelas) los padres consultados no dudan. “No podría decir que el riesgo de contagio es nulo, pero se reduce muchísimo, y si cada uno cumple con los protocolos, disminuye todavía más, a nosotros nos deja tranquilos”, cuenta Laureano.
Burbujas responsables
En el caso de las colonias y talleres semanales, el compromiso de todos los integrantes de la comunidad que rodea la actividad parece ser hoy la clave de cuidado. Así lo entiende Sabrina Critzmann, pediatra, puericultora, y autora de Hoy no es siempre. Guía pediátrica para una crianza respetuosa: “Una de las cosas más importantes es que si hay alguna persona que tiene síntomas o convive con una persona que tiene síntomas tiene que activar el protocolo, porque se está viendo cada vez más una relajación de los cuidados, y gente que aunque los chicos tengan mucosidad o fiebre dicen ‘no pasa nada, es una gripe, lo mando igual’, o ‘tengo un familiar con covid pero salimos’, y eso es súper peligroso”, advierte.
De hecho, moverse en un círculo reducido y fijo de personas que están contactadas entre sí puede ser la manera más segura de organizar encuentros. Así lo entiende Jesica Josiowicz, bailarina, docente y coreógrafa, docente de yoga y danza contemporánea para niños y niñas: “Hasta el momento no se dieron contagios, estoy convencida de que estas clases son unos de los espacios más controlables en el caso de que eso ocurra: trabajamos con grupos reducidos, mantenemos comunicación constante y sabemos que una de las pautas es que si alguien cree haber tenido un contacto estrecho esa persona deja de asistir, entonces si bien nadie está exento de contraer esta enfermedad, los chicos comprenden muchas de estas pautas y de alguna forma es posible establecer este tipo de trabajo cuidado de burbujas”, detalla.
Sujetas a los propios horarios, la frecuencia, la burbuja y la modalidad elegida, y también a las inclemencias del tiempo, las colonias rodantes son una opción para padres y madres. Natalia Skrobacki, directora de la escuela de formación artística Caleidoscopio, cuenta que luego de pasar rápidamente a virtualizar sus propuestas en marzo, comenzaron en noviembre a organizar encuentros en parques con familias que lo requirieron, y que algunos continúan en enero en formato colonia. “Hoy todas las propuestas son al aire libre y con barbijo. Acordamos previamente con las familias cómo vamos a manejarnos en base a las posibilidades y a las necesidades que tienen los chicos de acercarse, teniendo en cuenta que esto va a suceder, intentando que sea en momentos acotados”, detalla.
Sin embargo, es innegable que cuanto más pequeños son los chicos, más complicado resulta el distanciamiento. “Creo que cada actividad tiene que encontrar la manera de que el juego propuesto incorpore la distancia, no es lo mismo un juego con piezas pequeñas o con atención muy focalizada donde se necesita la supervisión del adulto al lado, que uno en el que el niño puede jugar a cierta distancia y desplazarse. Claramente es lo más complicado y antinatural, por eso ahí es donde hay que ser creativo y buscarle la vuelta”, sostiene Marisa Russomando, psicóloga especialista en crianza.
En esta línea, Jesica Josiowicz, explica que justamente las distancias impuestas por la pandemia fueron un puntapié para explorar formas de trabajar con los chicos sobre las fronteras del espacio propio: “En las clases presenciales comencé a proponer juegos que delimiten el espacio para poder trabajar el espacio personal, delimitado por un metro y medio, y poder jugar con esto: con cintas, con sogas, con espejos, con distintos objetos que nos ayuden a reconocer esa distancia”, cuenta.
Y reconoce :”Si bien es cierto que los chicos son súper espontáneos, no siempre cumplen esto a rajatabla y hay momentos grises, la propuesta busca fortalecer la consciencia corporal desde lo lúdico, lo creativo”.
En cualquier caso, como explica Critzmann, cada familia deberá evaluar si su situación particular es compatible con este tipo de encuentros. “Seguimos estudiando un virus muy nuevo, pero hasta ahora el porcentaje de niños y niñas a los que el coronavirus afecta gravemente es realmente pequeño al lado de los adultos y los adultos mayores. Entonces el riesgo es más que nada que los niños se enfermen y que contagien a una persona mayor, y ahí cada familia tendrá que ver cual es si situación, cómo esta compuesto el grupo familiar, cómo es su relación con gente de mayor edad, y evaluar si lo mejor es la concurrencia a estas colonias”, sostiene.
Claro que nadie duda de los beneficios de estos encuentros. Sobre todo, como argumenta Candelaria Palacios, madre de dos niños de 4 y 5, teniendo en cuenta que aún se desconoce qué pasará este año con la presencialidad en las aulas: “Me pareció que había que aprovechar esta ventanita en la que tener actividades pensadas para ellos, sobre todo sin saber lo que va a pasar con las clases. Este año fue casi imposible para nosotros, fue una locura, llegamos a diciembre sin resto, quedamos agotados tratando de hacer todo a la vez: entretener, trabajar, educar. Cuando vi que había opciones de colonia no dudé, me salió por instinto, por salud mental para toda la familia, y estamos felices”, relata.
Y es que los beneficios de que los chicos hagan actividades recreativas es evidente. “Siempre el movimiento es bueno, la actividad física, la exposición a espacios abiertos, en los horarios adecuados y con protector solar, son todas acciones que repercuten positivamente en la salud de las infancias, tanto sea alrededor de los movimientos de los músculos, en la salud ósea, en la salud gastrointestinal, en lo que es la microbiota, la síntesis de vitamina B”, explica Critzmann.
Los profesionales también lo avalan desde el punto de vista psicológico: “Para crecer una de las condiciones es estar en relación con los otros, es donde se aprenden los recursos sociales: a esperar, a compartir, a moderar las emociones, a filtrarlas, a pelearse, a amigarse, a perdonar, infinitos verbos necesarios para la vida. El hecho de haber estado tanto en casa y con sus padres también les quitó a los chicos la intimidad que implica estar en otros espacios, tener la oportunidad de manejarse como quieren, como pueden, lejos de la observación, la supervisión y la corrección de los padres”, sostiene.
Los espacios se resignifican
Todo esto aplica no solo a las colonias o los talleres, sino a todas las actividades que la ciudad, la Nación y el sector cultural e infantil propone al público juvenil. Adaptando las propuestas a los protocolos y limitaciones vigentes, programaron para estos dos meses encuentros y espectáculos para poder reencontrarse con los chicos.
“Desarrollamos propuestas pensadas para que los chicos sean protagonistas y disfruten de este verano en la ciudad. Esta es la vuelta, no solo de las familias al espacio público, sino también de los artistas del sector infantil a los escenarios. Cumpliendo con los protocolos y cuidados necesarios, vamos a seguir apoyando y potenciando al sector cultural”, explica Viviana Cantoni, subsecretaria de Gestión Cultural de la Ciudad.
Por eso, los espacios al aire libre se resignificaron y hoy son escenario de las más diversas propuestas. En ese contexto se enmarcan las actividades de Minimuseos diseñadas por el gobierno de la Ciudad, que se propuso aprovechar los hermosos jardines de los museos para que los chicos participen de manera gratuita de talleres, recitales y actividades creativas pensadas de la mano de más de 400 artistas.
Con el foco puesto en chicos y chicas de todas las edades, la Usina del Arte aprovecha sus espacios al aire libre, convirtiéndose en epicentro de una amplia gama de actividades artísticas, recreativas y deportivas, de talleres visuales y musicales y shows en vivo. Otro de los puntos imperdibles es el enorme predio de Tecnópolis, que no permite la circulación por el parque pero sí asistir con inscripción previa a los Reencuentros Cuidados en cuatro puntos distintos, todos con entrada independiente. Las presentaciones al aire también forman parte de la propuesta del Teatro Nacional Cervantes que en la explanada de la Biblioteca Nacional ofrece shows gratuitos con inscripción online del conjunto Infantil Anda Calabaza, durante las tardes de los fines de semana. Otra opción para que los chicos puedan reencontrarse con sus bandas favoritas, como Los Raviolis, Vuelta Canela, Valor Vereda y Mariana Baggio, es participar de los shows dentro del ciclo Alboroto de picnic, hasta el 7 de febrero en el club cultural Que Tren el Barrio Chino.
Guía de programas
- De stencil, graffiti, danzas urbanas, percusión, rap, beatbox y juegos de rol. Sabado 23 y domingo 24 de 18 a 21, Tecnópolis.
- De Danza en Familia dictado por Jesica Josiowicz. 30 de enero en Alcorta y Dorrego para familias con niños de 5 y 6 años. De 10.30 a 11.30. cupos reducidos.
- Comedia musical en Parque Centenario, para chicos y chicas de 8 a 12 años. De lunes a viernes de 10.30 a 12 (info@caleidoscopioweb.com).
- Cajas Creativas. Propuesta de talleres de artes visuales para chicos de 4 a 7 años en los museos de la Ciudad (www.buenosaires.gob.ar/cultura/museos).
- Recorrido guiado por Tierra de Dinos en Tecnopolis, con taller de paleocartón y show en vivo. Domingo 24 de enero, 17 y 19 hs.
- Iupiiiii. Mañanas de música y experiencias para la primera infancia con Agua de Sol, RuedalaOla, Chipá Chipá y Naranja Dulce en museos de la ciudad (www.buenosaires.gob.ar/cultura/museos).
- Club Urbano: un parque de actividades artísticas y deportivas vinculadas a la cultura urbana para chicos de 8 a 12. De miércoles a domingos de 17 a 21 en la Usina del Arte.
- Skate Park de Tecnópolis, con turnos de una hora y media, que se pueden reservar (tecnopolis.gob.ar).
- La Nochecita, para chicos de 0 a 12 años, con actividades de todo tipo. 13 de febrero (buenosaires.gob.ar/cultura).
- Chicos a Bailar: danza creativa y música al aire libre para familias con bebés, nenes y adolescentes. (Instagram @chicosabailar).
- Los Raviolis, Valor Vereda, Vuelta Canela, Mariana Baggio, entre otros, se presentarán los fines de semana a las 18 en Alboroto de picnic, en el centro cultural Que Tren (Olazabal 1784). Entradas en Alternativa Teatral, $700.
- Atardeceres en Tecnópolis. Shows de Les Ivans, Bigolates de Chocote. Fin de semana (Sabado 23 y domingo 24, 19 hs).
- Anda Calabaza en Teatro al Aire Libre, organizado por el Teatro Cervantes. Fines de semana, 18.30, en la Biblioteca Nacional. Reservar entradas en Alternativa Teatral. Gratuito.
- Olas de música. Shows de artistas infantiles como Circo Alboroto, Cien Volando, Los Rockan, Adriana, Koufequin, Rayos y Centellas y Los Cazurros. Sábados y domingos a las 19 , Usina del Arte.
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