Casa FOA funcionará en los 1200 metros cuadrados de la tradicional Casa de Arroyo, que forma parte del complejo parroquial Madre Admirable
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Hace 30 años detonó la bomba en la Embajada de Israel que dejó 29 muertes, cientos de heridos y un vacío indescriptible en el pulmón de la calle Arroyo, allí donde se junta con Suipacha. Hoy es una de las esquinas más parisinas de la ciudad pero el recuerdo del horror deja un sabor amargo, aún frente a la soleada esquina donde la gente se sienta a tomar café. La parroquia Madre Admirable, en Arroyo 917, perdió el pensionado entero con la voladura, además de los exquisitos vitrales franceses originales del templo. Hoy a ese espacio lo ocupa un patio de adoquines, un atrio que reemplaza al edificio que quedó en ruinas y tuvo que ser demolido. Enfrente, la plaza seca, el memorial rodeado de tilos que mantiene viva la memoria del ataque terrorista.
Bajo el lema Escenarios Futuros la rehabilitación de parte del complejo parroquial transformará el lugar. A partir del 7 de octubre, cuando se inaugure la muestra con 33 espacios de interiorismo, la historia de la Parroquia, Pensionado y Casa Parroquial Madre Admirable dará otra vuelta de página. Entre las habitaciones que alojaron estudiantes universitarias y bordadoras se armarán espacios de coworking, cocinas funcionales, habitaciones temáticas y livings de diseño. En la terraza se desplegarán intervenciones paisajísticas. Y en la ex sala de máquinas y cocina se instalará la confitería. De acuerdo a la recorrida exclusiva para La Nación, el sitio en desuso presenta las huellas del olvido. El salón principal recibe las donaciones de las colectas: cajas y bolsas de consorcio que de a poco pasan a los estantes hasta ser distribuidas. Tazas, cubiertos y vasos de vidrio se apilan sobre mesas improvisadas.
En el subsuelo, húmedo y oscuro, el polvo y las paredes picadas permiten adivinar otros usos, los del comedor comunitario que funcionó allí desde que la congregación de Madres Franciscanas ocupara la casa, conocida como Casa de Arroyo, donde vivió la familia Pinedo (proyectada por el arquitecto Alejandro Billoch Newbery). En la cocina desde donde se repartía comida bajo el programa “La Obra de la Sopa”, una iniciativa de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, ahora se amontonan trastos. Mobiliario escolar de otra época, tablas, caños, bancos y hasta algunas cruces de la parroquia.
Tanto la capilla como el Colegio de Madre Admirable seguirán funcionando sin interferencias, ya que la expo ocupará los 1200 metros cuadrados de lo que fue en 1919 el asilo y la escuela taller Josefa Capdevila de Gutiérrez. En las aulas también se dictaban clases de bordado y manualidades durante el día. Y por la noche funcionaba “la Escuela Doméstica para madres de niñas pobres” y el curso de dactilografía, que sería validado por expertos de las Academias Pitman. La exhaustiva documentación de la parroquia retrata el derrotero de las Hermanas Rahbana, Casimira y Modesta, pioneras de la primera comunidad en Mater Admirabilis. Corría 1921 y las religiosas conservaban el nombre en latín que, desde 1984, cambió su denominación por la versión en castellano.
“Tanto la fachada como buena parte del interior del edificio están protegidas y no se pueden modificar. Sólo utilizaremos la técnica del hidrolavado para recuperar el color original, además de preservar pisos y aberturas originales. Cuando pase la expo el complejo quedará en mejores condiciones que las actuales”, asegura Catalina Ulloa durante la recorrida. La arquitecta a cargo de la obra también anticipa que ya están avanzadas las tratativas para vincular el frondoso jardín de Arroyo con su vecino, el coqueto patio exterior del Museo Fernández Blanco, que ocupa el Palacio Noel, en Suipacha 1422. Apenas una reja separa los árboles añosos del jardín, donde un par de gatos corretean al sol sin imaginar que en octubre se montarán andamios, rampas y nuevas circulaciones. De jardín selvático a paisajismo urbano. De escuela de señoritas, pensionado y asilo a modernos espacios que reflejarán las nuevas formas de habitar desde las tendencias del diseño.
La casa está lista para el desafío. En las paredes, pasillos y puertas de las ex habitaciones ya cuelgan carteles con la futura denominación: Estar, Cafetería, Baños Públicos, Dormitorio Principal. “El Arzobispado de Buenos Aires, a cargo del edificio desde 1982, definirá cuál será el futuro, podría transformarse en complejo de oficinas u hotel”, explica Marcos Malbran, director de Casa FOA Retiro 2022, edición número 38, una iniciativa a beneficio de la Fundación Oftalmológica Argentina Jorge Malbran. Y agrega: “Hay un cambio contundente en el concepto de lo que hoy es el confort y el bienestar. Redescubrimos la importancia del detalle que agrega valor, un valor que no tiene que ver con lo lujoso sino con lo significativo para nuestro día a día”.
Por otra parte, toda el área que rodeará la muestra de interiorismo contiene una colección de joyas de la arquitectura porteña. En Suipacha 1444, al lado del Museo, se encuentra Casa Girondo, el hogar de Oliverio Girondo y Norah Lange. Además, el Palacio Estrugamou, en Esmeralda y Juncal, el edificio Mihanovich en Arroyo al 800 y a pocas cuadras, el Palacio Anchorena, el Círculo Militar (Palacio Paz) y el edificio Kavanagh, ambos en los extremos de Plaza San Martín.
En 2021 la expo se alojó en la ex sede de la Asociación Testigos de Jehová, en el edificio de la Av. Elcano 3850 que la congregación dejó vacío tras la mudanza a zona Norte. Hoy, las instalaciones siguen iguales, a la espera de que se destrabe el proyecto planteado por la desarrolladora Tayron Capital para levantar un complejo de viviendas. En ediciones pasadas la muestra transformó el Círculo Olivos, el ex Convento Nuestra Señora de la Misericordia de Devoto, el Palacio Cabrera, el Palacio Lezamay el edificio Molina Ciudad, entre otros hitos emblemáticos.
Pero ahora, es el turno dell rincón más elegante de Retiro que ya suma en la calle Arroyo otra postal donde Buenos Aires ratifica su postal cosmopolita. La París latinoamericana donde las galerías de arte atesoran sus mejores obras, los cafés de especialidad sacan sus mesas a la vereda y los recorridos por perlitas urbanas de estilo francés lucen intactos incorpora una cuenta más a su collar: la Parroquia, Pensionado y Casa Parroquial Madre Admirable, lo que quedó en pie después del horror.