Quienes buscan rápida inserción laboral suelen combinar Ciencias de Datos, Licenciatura en Analítica o Ingeniería en Sistemas, entre otras, con cursos cortos y entrenamientos intensivos
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Juan Compte tiene 26 años, todavía no se recibió de ingeniero químico y trabaja para Consumer Affairs, una empresa de Estados Unidos que le paga en dólares. Hace un mes, dejó su puesto de analista de Business Intelligence (BI) en una empresa local porque además de cobrar más dinero, la propuesta de trabajar para una start up norteamericana lo seducía por el tipo de compañía: más flexible e innovadora. En su nuevo trabajo, Juan matchea consumidores que buscan adquirir o contratar un bien o servicio, con empresas que lo ofrecen, siempre arrojando la mejor opción a partir del análisis de datos: “Me dedico al área de IT Business, que es el aprovechamiento de los datos por parte de las empresas para lograr mejores resultados. Acá si te ven con ganas y potencial, es fácil crecer y desarrollarte”, resume Juan, que trabaja desde su casa o sino suele utilizar una sala en el coworking Urban Station.
Ciencias de Datos, Ciencias del Comportamiento, Licenciatura en Analítica, Estadística, Actuario, Ciencias de la Computación, Ingeniería en Sistemas (y otras como la química o la industrial) son solo algunos de los nombres de las carreras cuyos egresados son los más buscados, los mejores pagos y los que mayores posibilidades tienen de encontrar trabajo dentro y fuera de Argentina. Si este título universitario, además, se combina con cursos específicos de lenguajes de programación (fundamentalmente el combo Python, CSS y Javascript) o ciberseguridad, inteligencia artificial y robótica, o data analitycs y machine learning, entonces lo más probable es que, además, puedan elegir entre varias opciones laborales y quedarse con la que más les “cierre”.
En un mercado laboral deprimido, todos los consultados coinciden en que los que más se mueven son los perfiles tecnológicos. La pandemia amplió fronteras y sumó las ofertas laborales de varios países del mundo, algo que resulta muy tentador para quienes manejan los conocimientos y las herramientas digitales que hoy necesitan las empresas. En algunas, hasta existen “pool de empleados”, es decir, talentos que son contratados para cubrir aquellos puestos que pueden quedar vacantes debido a la altísima rotación, y que esperan en una especie de “banco de suplentes” virtual el momento de entrar a la cancha.
“En la actualidad las carreras que te pueden llevar a un salario de al menos 200 mil pesos ni bien egresás son las de desarrollo en sistemas. También son muy demandados los perfiles relacionados con ciencias de datos. Los que vienen de carreras de Economía, Matemática, algunas ingenierías o los licenciados en Estadística complementado con algún estudio local o en el exterior de data analytics o data science están en condiciones de tener un trabajo muy bien pago antes de terminar de estudiar”, sostiene Rodrigo Blanco, CEO y fundador de Aliancers, una consultora especializada en buscar estos talentos escasos.
Blanco cuenta que hace pocos días entrevistó a un joven de 23 años para un puesto de data scientist. “Tiene una tecnicatura en programación, es decir, un título intermedio de la licenciatura en Sistemas de la Universidad de Lomas de Zamora. También tiene hechos tres cursos en la academia IBM. Me dijo que quería ganar 3000 dólares. Y aunque parezca mucho, no es una locura. Es lo que paga el mercado”, cuenta Blanco, quien sostiene que las empresas buscan estos perfiles para hacer modelos predictivos de comportamiento del consumidor, de riesgo crediticio y para trazar estrategias en relación al negocio.
Talento digital
En Globant, uno de los once unicornios argentinos, no se fijan tanto en las carreras estudiadas sino en que el candidato posea talento digital. “Nos encontramos en un sector que tiene espacio para profesionales con diversas formaciones. Dentro de los 20.000 globers que hoy posee la compañía, existen diversos perfiles que van desde programadores o ingenieros a psicólogos o diseñadores –sostiene Bernardo Manzella, recruiting director–. La realidad es que hoy buscamos talento digital, cuya demanda creció exponencialmente en el último tiempo. Pero si tuviera que mencionar algunos perfiles, por lo que observamos en el mundo y en la industria, nos parecen sumamente interesantes aquellos vinculados a tecnologías como Inteligencia Artificial, Blockchain y Sustentabilidad”.
Pero incluso las empresas más tradicionales tampoco se fijan tanto en la formación clásica: “Hay algunas posiciones como actuario donde el título universitario sí es importante. Pero en puestos más digitales se priorizan los cursos, certificaciones u otras formaciones y sobre todo, que las personas estén actualizadas –dicen en Banco Galicia–. Hoy el talento crítico de la mayoría de las empresas está relacionado con el mundo de data, IT, diseño y ciberseguridad. En Galicia las carreras que solemos ir a buscar al mercado son: Administración, Ciencias Económicas, Actuario, Ingeniería Industrial, Ingeniero o licenciados en Sistemas, Comercialización/Marketing, Diseño UX/UI y Diseño Industrial”, enumeran y agregan que un joven profesional ingresa a la empresa con un sueldo promedio de 140.000 pesos.
Responder a la demanda
Mientras tanto, las universidades tratan de responder a esta demanda con nuevas carreras que formen perfiles más específicos. Este año, la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) abrió la carrera Ciencias de Datos (la Universidad de Guillermo Brown también la tiene entre su oferta académica), que tiene unos 250 alumnos en distintas fases (algunos recién ingresados desde el CBC y otros que pidieron el pase o la simultaneidad desde otras carreras de la facultad) y que ya despertó, incluso, el interés de varias empresas. “Es nuestro primer año y ya hay compañías que se comunicaron para preguntarnos por estudiantes y graduados, que lógicamente todavía no tenemos. Es una carrera que está cubriendo algo que está faltando y que tiene tres patas: la computacional, la matemática y el análisis de datos”, cuenta la vicedirectora de la carrera, Ana Bianco.
“La propuesta original era más modesta, y consistía en actualizar una de las orientaciones de la carrera en Matemática, cuyo programa es de la década del ‘80. Aunque no prosperó, surgió esta otra idea y se enriqueció la propuesta porque es una carrera superadora que mira las necesidades del mercado –plantea–. Hasta ahora estos puestos se cubren con matemáticos, ingenieros o licenciados en Ciencias de la Computación que después hacen un curso o especialización. Nuestra carrera ya los prepara para trabajar, es una síntesis que te ahorra esas instancias”, explica Bianco.
Dentro de la oferta privada, el decano del ITBA, Juan Vidaguren, sostiene que las carreras con mayor salida laboral de la universidad son Gestión de Negocios (ex Administración de Sistemas) y Licenciatura en Analítica. “El primero es un administrador que sabe mucho de sistemas, de e-commerce y que aporta valor a toda la organización. Y los de analítica son profesionales de gestión que manejan los conceptos de big data. Es un perfil que es capaz de aprovechar toda la información disponible para tomar decisiones que impactan positivamente en el negocio. Tiene herramientas de administración y de informática. Es una carrera que arrancó hace 3 años y medio, no tenemos graduados aún pero muchos de los 70 alumnos que cursan ya están trabajando”, sostiene Vidaguren.
Según el rector, hoy todas las ingenierías son atractivas para el mercado laboral. “El ingeniero es una combinación de creatividad y versatilidad que te permite ir más allá del límite de la profesión. Hay carreras que tienen más del 100% de empleabilidad, es decir que hay más demanda que oferta porque cubren espacios nuevos. Muchos de nuestros egresados eligen dónde ir porque tienen más de una opción. Yo veo a los chicos que cambian de trabajo porque el otro les gusta más. Que lo haga alguien de Stanford bueno, pero acá no deja de ser llamativo”, plantea Vidaguren, y también resalta que el ITBA tiene una amplia oferta en cursos de posgrado ejecutivo (de 6 meses a 1 año), especializaciones (de un año y medio) y maestrías (de 2 años).
Bootcamps y coding schools
La educación tecnológica (EdTech) es la que más cambios sufrió en los últimos años. Los bootcamps y los coding schools son las alternativas más valoradas por los jóvenes que buscan insertarse rápidamente en el mercado. Los bootcamps son entrenamientos intensivos de 600 a 800 horas, que duran 5 meses y enseñan a programar. Su dedicación es exclusiva. En cambio, los coding schools tienen una oferta variada de cursos cortos (de unas 180 a 250 horas) y algunas breves carreras de dos años. Su cursada no impide trabajar ni hacer otro estudio en paralelo.
Santiago Scanlan, creador del bootcamp Plataforma 5, explica que el formato surgió como una necesidad de la industria que crece muy rápido y no encuentra en la educación formal una respuesta inmediata. “La carrera te lleva muchos años y las empresas necesitan ya gente que maneje ciertas herramientas. Con esta idea surgen los bootcamps que duran entre 4 y 5 meses y en los que estás 10 horas por días programando. Son 800 horas de cursada, terminás y salís con propuestas laborales. Es una aceleradora, una carrera súper comprimida”, describe Scanlan, que trajo el modelo de Silicon Valley en 2017.
Según el creador de Plataforma 5, “el 100% de nuestros alumnos que busca trabajo lo consigue. Hoy el hype (la tendencia) de la industria es el big data. Pero lo que te va a abrir las puertas es saber programar bien, es la base, después vas aprendiendo herramientas específicas. Lo bueno de la tecnología es que iguala a todos: un repositor se puede anotar en un bootcamp y conseguir trabajo bien remunerado. Tenemos un montón de casos así. Uno recibía la AUH y hoy es desarrollador de software. Pero te tiene que gustar mucho porque todos pueden programar pero la programación no es para cualquiera. Y un formato como el nuestro es algo muy intensivo y estás 14 semanas dedicado ciento por ciento a esto. Por eso, previo al bootcamp hay un curso introductorio de 60 horas para ver si es o no para vos”.
Scanlan dice que un primer sueldo en programación puede estar en los 100.000 pesos como mínimo. “Pero lo interesante es que crece muy rápido. Al año ya podés ganar 2000 dólares, sobre todo con el trabajo remoto en el exterior. Hay ofertas que están fuera del alcance del mercado local”, dice y agrega: “Los bootcamps son caros, cuestan 4000 dólares porque tienen mucha carga horaria y son contenidos complejos, pero nosotros no queremos que lo económico sea una barrera para progresar. Al que aprueba el examen de admisión se le financia total o parcialmente el curso y lo termina de pagar cuando consigue trabajo”.
Leo Campoy estudiaba Ciencias de la Computación en la UBA. Pero durante la pandemia dejó la carrera y se anotó en Plataforma 5. “Lo terminé el 7 de septiembre y el 8 tuve una entrevista para una empresa argentina llamada CloudGaia. Mientras hacía el bootcamp surgió esta especialización en Salesforce y agregué 4 semanas más a las 14 que ya tenía pautadas. Empecé el lunes pasado”, cuenta Leo, que tiene 22 años. En apenas unos días de trabajo se entusiasma porque la compañía le ofrece la posibilidad de crecer haciendo certificaciones, que le aseguran mayor conocimiento y, a futuro, un mejor sueldo.
“La carrera no la abandoné del todo, mi intención es retomarla en algún momento porque tiene una orientación más científica. Lo bueno es que salí y ya tenía trabajo. Pero si querés dedicarte a la investigación o tener un backup teórico, hay que tener una carrera. Te abre la cabeza y te enseña a pensar críticamente”, concluye.
Salarios mensuales estimativos, en pesos, según el título
- 380 mil: Data Engineer Jr.
- 300 mil: Data Scientist Jr.
- 250 mil: Machine Learning Analyst Jr.
- 200 mil: Python Developer Jr.
- Entre 150/180 mil: Analista Jr. de Seguridad Informática
- Entre 80/150 mil: Desarrolladores Jr. en PHP, net, html, React, Angular
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