Portadora de un apellido ilustre de este deporte, se consagró campeona del primer Mundial Femenino del país
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Hay un montón de maneras de presentarla y cada título es más impactante que el otro. Primero porque, con solo 20 años, se consagró campeona del Primer Campeonato Mundial de Polo Femenino. Azucena Uranga, a la que también llaman “la Messi del polo” (un título que no le gusta demasiado), fue capitana del equipo ganador y también la premiaron como mejor jugadora del torneo. Por otro lado, sus dos abuelos fueron presidentes de la Asociación Argentina de Polo como hoy lo es su padre, Delfín Uranga.
Por si alguna cocarda le faltara a esta chica que estudia comunicación y sueña con tener su propia agencia, es bisnieta de María Luisa Bemberg. “Sabía de ella por infinitos cuentos familiares. De su talento, su lucha y valentía. Pero el año pasado, cuando se estrenó un documental sobre su vida, tuve real conciencia de lo que significó en nuestra cultura”, confiesa.
–¿No habías visto sus películas?
–Algo, pero empecé a verlas de nuevo, con otra atención. Y por supuesto quedé impactada por todas las cosas que hizo en la época en que vivió.
–Además de gran cineasta y guionista, una de las fundadoras de la Unión Feminista Argentina. El legado debe ser enorme.
–Sí, es algo muy fuerte. Ella fue una mujer con una mentalidad diferente para su época. No le importaba nada y rompía todos los límites.
–¿Heredaste algo de eso? ¿Te sentís identificada?
–Yo no salí rebelde como ella, pero sí soy obstinada, tenaz. Nunca doy nada por perdido, soy cabeza dura y jamás me rindo. Pero no soy una feminista que va a marchas y todo eso, la verdad es que no estoy tan metida. Sí me importa mucho el rol de las mujeres. Me hace muy mal, por ejemplo, que alguien pueda pensar que nosotras podemos ser limitadas para algo por nuestro género.
–El polo es un deporte bastante machista, ¿o no?
–Sí, muy. Eso es una realidad, pero afortunadamente las cosas van cambiando de a poco. Se está haciendo un gran trabajo desde la asociación, que todo el tiempo incluye a las mujeres, nos da un espacio que no existía. Por eso digo que no soy una chica que está metida en las causas del feminismo desde un lugar de lucha tradicional, aunque desde mi lugar hago mi aporte. A mí nadie me va a impedir hacer tal o cual cosa por el simple hecho de ser mujer.
–Bueno, ustedes impulsaron el “Abran cancha”. Una forma de decir “acá estamos, queremos participar”.
–Haber sido capitana del equipo que ganó el primer Campeonato Mundial es algo impresionante, una tremenda experiencia. Esto pasó este año, en abril. El slogan “abran cancha” nació con el Mundial y quedó muy bueno porque fue eso, literal. La tribuna repleta de gente y todo sucedía en la cancha dos de Palermo, repleta de gente, alentando mujeres. Fue algo único.
–E histórico. Testigo y protagonista de un cambio de paradigma.
–Y sí, a esta altura de la vida, que existan barreras e impedimentos por el género de una persona es una ridiculez. De todas formas yo acepto que hay diferencias. Los varones y las mujeres somos diferentes, pero eso no significa que sea ni mejor ni peor. Me refiero al tema de la fuerza, por ejemplo. Algo que pasa en muchos deportes. Los hombres le pegan más fuerte a la pelota y andan en caballos más potentes, que van más rápido. Entonces tienen más posibilidades, pueden hacer más jugadas. Pero lo que tiene de lindo el polo es que cualquier mujer puede participar de un torneo masculino. No se te excluye por ser mujer. No hay ningún torneo en el que te impidan jugar por ser mujer.
–¿Y qué pasa con el Abierto de Polo?
–En ese caso debés tener un máximo de seis goles de hándicap. Si sos mujer, tenés seis goles y querés jugar, recontra podés. Pero bueno, hay que tenerlos. Lo que pasa es que el polo femenino empezó hace mucho menos tiempo, pero tiene potencial para seguir creciendo. Será cada vez más competitivo y más entretenido de ver. Para mí es un orgullo.
–Bueno, tu familia tuvo y tiene mucho que ver en esta evolución.
–Y sí. Primero mis abuelos, ahora mi papá... Hay un muy buen laburo para incluir a la mujer. No es poca cosa que la final del Abierto Femenino y el Masculino se jueguen el mismo día, en la cancha dos de Palermo. Y este año se hace una Triple Corona Femenina. Hay muchos torneos durante el año y eso es espectacular.
–¿A quién admirás desde siempre?
–A Adolfito Cambiaso. Es el número uno en todo lo que hace.
–¿Y mujeres? ¿Muchas amigas jugando?
–Tengo la suerte de haberme hecho un muy buen grupo dentro del deporte. La mayoría son amigas, jugamos entre nosotras y nos divertimos un montón.
–Con la facultad y este carrerón, ¿queda tiempo para el boliche, las juntadas, la lectura, algún hobby?
–Me gusta hacer programas con amigas y por ahora tengo tiempo para todo. No leo tanto; la verdad es que cuando hay lindo clima lo que más me gusta es jugar al tenis, disfrutar del aire libre, la naturaleza. Música, me gusta un poco de todo y tampoco soy adicta a las redes sociales. Así que sin ese vicio queda tiempo para más cosas.
–Te dicen “la Messi del polo”, también la flor, por el nombre...
–Es un montón, ¡no! Estoy lejos de ser la Messi del polo, no sé por qué titulan esas cosas. Cada jugadora tiene un hándicap. Pero para el Mundial le pusieron un tope a cada equipo. Con esto quiero decir que hay muchas jugadoras que están arriba mío, que juegan mucho mejor, pero que por esa sumatoria quedaron afuera del Mundial. Yo tengo seis goles de mujer, pero hay chicas de 7, 8 y 9 goles. Con respecto al nombre es loco, porque antes me daba vergüenza. Después lo acepté y ahora me encanta. Mis padres eligieron todos nombres atípicos: Esperanza, Alma, Serena, Luna, Fermín.
–¿Algún sueño recurrente?
–Deportivamente, obvio que quiero ganar el Campeonato Argentino Abierto de Polo. Alguna vez lo lograré. Ese es mi sueño y un objetivo dentro del deporte. Y después, en lo personal, crecer con lo que estoy estudiando. Pienso que mis dos vocaciones se pueden fusionar, recontra mezclar. Me dan ganas de crear alguna agencia de comunicación vinculada al deporte.
–¿Susanita o soltera todo lo que se pueda?
–No, estoy de novia. Y bueno, a futuro quién sabe. Pero no puedo negar que tengo el sueño de la familia grande. Me crié así y fui muy feliz. Siempre estoy rodeada de mucha gente. Me encantan las navidades gigantes.
–¿Te gusta el fútbol? ¿Cuáles son los rituales del mundial?
–No soy tan fanática del fútbol, pero por otro lado me encanta el clima que genera un Mundial. Esa unión de país, de buena onda entre gente que ni se conoce. Disfruto mucho los encuentros con amigos y familia para ver los partidos.
–¿Te irías del país?
–No, eso lo tengo clarísimo. Estuve un tiempo en Inglaterra jugando al polo pero no es algo habitual; yo juego en Argentina. Me gusta mi país. Creo que la Argentina, su gente y su cultura son únicos.
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