“Invisible” es la obra del escritor que se utiliza en más de 500 centros educativos españoles para abordar la temática; “todos hemos vivido este tipo de situaciones”, dice
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“¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible? ¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?”, son las preguntas que aparecen en Invisible, el libro de Eloy Moreno (47) que ya vendió más de medio millón de ejemplares, se tradujo a varios idiomas y, el año pasado, se consolidó como el libro juvenil más vendido en España. Alrededor de 500 centros educativos españoles utilizan su obra para abordar la compleja temática del acoso escolar. El año pasado, además, comenzó el rodaje de la serie que será una adaptación de la novela de Moreno y se emitirá por Disney+.
En Invisible (editado por Nube de Tinta), se narra la conmovedora historia de un niño que se encuentra internado en un hospital para abordar el bullying y el papel que juegan las personas involucradas, dejando entrever que, en definitiva, todos formamos parte del problema pero, también, de la solución. “Muchos piensan que yo de pequeño sufrí bullying, pero no, no es una historia autobiográfica. Surgió un día que estaba tomando un café con una amiga y de pronto salió el tema del bullying y mi amiga se puso a llorar delante de todo el mundo en la cafetería y mi reacción fue no saber qué hacer. Luego me confesó que ella, de pequeña, había sufrido bullying durante dos años y nunca se lo había contado a nadie. Nunca. Y yo era la primera persona a la que se lo contaba y cada vez que se acordaba de eso se ponía a llorar. A mí me impactó mucho porque ¡habían pasado 25 años! Ahí fue cuando me di cuenta de que el bullying no solo es una cosa de niños, si no que cuando eres adulto, si lo has sufrido, también lo padeces. A partir de ahí empecé a investigar y salió el libro”, dice Moreno a LA NACION.
–¿Para quién es este libro?
–Se da una cosa extraña porque la mitad de los lectores son adolescentes y la mitad adultos, no es un libro solamente adolescente. Muchas veces son los padres quienes recomiendan el libro a sus hijos y otras, son los hijos quienes dan el libro a los padres, al final están las dos generaciones en el mismo libro. Todos hemos tenido 12 años y hemos visto estas cosas, hemos vivido este tipo de situaciones.
–Una particularidad del libro es que en ningún momento aparece el nombre del protagonista.
–No, no tiene nombre porque como yo sabía que este libro lo iban a leer en muchos colegios, no quería ponerle un nombre que coincidiera con alguien de la clase y que pudiera sentirse identificado. A la vez, al no tener nombre, todos pueden sentirse identificados, puede ser cualquiera.
–¿Cuándo podemos hablar de acoso escolar o bullying?
–Es claro que una pelea entre dos niños o niñas por algo puntual no es acoso, es una riña o un enfado. Ahora, es distinto y hay acoso, cuando el enfado es continuado y siempre sobre una misma persona.
–¿Cómo se puede identificar un niño que sufre bullying?
–Suele cambiar mucho la personalidad, de pronto una persona que siempre estaba con ganas de ir a la escuela, riendo, ya no quiere ir o busca excusas para quedarse en su casa. El problema es que a veces esos cambios no se notan tanto.
–¿Por qué?
–Porque intentan esconderlos. La víctima de bullying tiene miedo, vergüenza o impotencia, y lo último que quiere es que la gente sepa, ya sea para que no se rían de él o hagan algo aún peor de lo que está sufriendo. Es muy complicado. Yo no soy psicólogo, pero hablé con muchos y coinciden en que cada caso es un mundo. No podemos asegurar que siempre pasa esto o aquello, o que el agresor o el agredido son siempre iguales, porque hay muchísimas variables. En Invisible, por ejemplo, el niño mismo lo dice: “Yo no destaco por nada malo ni por nada bueno, soy una persona normal y aun así se están metiendo conmigo”. Esto te indica que al final es una lotería.
–Cuando como padres sospechamos que nuestro hijo sufre bullying, ¿qué es recomendable hacer?
–Ojalá tuviera la respuesta. Los psicólogos me decían que lo más importante, en estos casos, es que se hable, siempre. Porque cuando hay un problema de bullying y no habla nadie, es cuando el problema se hace grande y nadie lo puede parar. Cuando un niño o una niña está sufriendo acoso y no lo cuenta, el problema cada día se hace más grande. En cambio, si lo cuenta, al final siempre habrá alguien alrededor que le podrá ayudar de alguna forma y podrá encontrar una solución. Da igual que se lo cuente a un amigo, profesor, padre o quien sea, pero que lo cuente.
–Muchas veces, los adultos tienden a minimizar estas situaciones.
–Sí, yo me he encontrado con padres y profesores que piensan así, que relativizan un poco la situación, pero afortunadamente cada vez son menos. Hoy, en general, se detectan los casos, los profesores están con los ojos más abiertos. Creo que hay que darle importancia al tema y más ahora, porque con las redes sociales se multiplica todo.
–Sobre las redes sociales, hoy también se habla de ciberacoso.
–Claro, porque antes de que existieran, si alguien sufría acoso en la escuela, llegaba el viernes, empezaba el fin de semana, te ibas a casa y el tema se acababa, pero ahora el acoso continúa. Las redes lo intensifican.
–¿La existencia de bullying es algo innato a la infancia, esa idea de que “los chicos son crueles”, o la educación juega un rol importante?
–Creo que es un tema relacionado con la educación, pero la educación de la casa, no del colegio. Siempre he defendido que el niño no va al colegio para que lo eduquen, sino para que le enseñen conocimientos, que es muy distinto. La educación debe recibirla en la casa. Entonces da igual el estrato social, mucho o poco dinero, lo importante es la educación que recibe en la casa. También, hoy en día, nos volvimos una sociedad cada vez más violenta a nivel de imágenes, las noticias y todo eso, queramos o no, se transmite a los niños. Entonces, al final es un poco reflejo de todo lo que estamos viviendo.
–¿Qué debe hacer un padre si se entera de que es su hijo quien hace bullying?
–Quizás aquí es donde más tiene que ver la educación. Si tu hijo está haciendo algo que realmente está mal y tú no le enseñaste eso, hay que hablarlo, ver si hay una tercera persona involucrada o si se ha dejado influenciar. Hay una anécdota que me impactó muchísimo: un día mientras estaba firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid se me acercó un hombre adulto llorando. Yo le pregunté si él había sufrido bullying, porque es común que al leer el libro mucha gente se emocione y llegan a la firma del libro llorando, pero me dijo que no, que él había sido agresor y que al leer el libro, se dio cuenta del daño que había hecho y que por eso lloraba. Muchas veces, el agresor no es consciente de todo el daño que está haciendo, lo ve como un juego, una broma... Tal vez por querer ser el centro de atención o destacar de alguna forma, pueden existir mil motivos y los psicólogos coinciden en que no hay un prototipo de agresor, como tampoco hay un prototipo de persona que sufre el bullying.
–¿La historia de Invisible está inspirada en una historia real?
–Son todas historias reales. La historia en sí no es real, pero lo que sucede son historias reales que me han contado los psicólogos. Por ejemplo, cuando al protagonista le meten la cabeza la taza del inodoro, eso le pasó a un niño, o el tema del tren, al final del libro, también es un caso que me contaron. Junté casos reales y con ellos hice una historia.
–El libro también habla de los testigos silenciosos de las agresiones...
–Sí, y creo que eso ha hecho que el libro tenga tanto éxito, porque al estar todos, incluyendo a los testigos, estamos todos presentes. Todo el mundo, de alguna forma, ha sido testigo en algún momento de su vida de un caso de acoso.
En septiembre, Moreno publicará la segunda parte del libro y aunque el autor dice no puede entrar en detalles, adelanta que está vinculado al rol de las redes sociales en los supuestos de acoso.
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