Hay muchos mitos y pocas certezas en cuanto a por qué este es el tamaño aceptado internacionalmente
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Cuando hablamos de una botella de vino, todos pensamos en la de medida estándar: la de 750 mililitros. Sin embargo, las botellas no siempre tuvieron el mismo tamaño, e incluso los motivos por los cuales fue adoptado el formato que ahora es convencional no son del todo claros. O, mejor dicho, hay muchos mitos y unas pocas certezas al respecto.
Basta preguntarle a Google por qué las botellas de vino son de 750 ml para que la respuesta más frecuente haga referencia a la capacidad respiratoria de quienes tenían el oficio de “soplar” el vidrio para producirlas. Es que en el siglo XVIII, cuando comenzó a emplearse en forma regular la botella de vidrio para envasar vino, su elaboración era 100% artesanal: se soplaba el vidrio en caliente para expandirlo y luego darle forma. Muchos sostienen que los 750 mililitros responden a la capacidad pulmonar promedio... pero no es así.
La cantidad de aire que cabe en los pulmones de una persona adulta –la llamada capacidad vital– es de 4,6 litros. Y si esa misma persona decidiera hacer el mayor esfuerzo al exhalar podría llegar hasta los 1,1 litros. Pero observaciones anatómicas aparte, lo cierto es que las botellas que se elaboraban en forma artesanal siglos atrás no tenían nada de estándar. De hecho, según consta en el registro arqueologico, podían oscilar entre los 600 y los 900 mililitros, variación que era el resultado de la capacidad respiratoria de cada artesano.
También se ha dicho que la botella de 750 ml permite servir 6 copas de 125ml, medida aparentemente frecuente en las tabernas. E incluso otros sostienen que 750 ml es “lo que se bebe en una comida”. Pero nada de esto resulta concluyente. Entonces, parece que la salida más lógica es ponerse a buscar otra explicación...
Barricas a bordo
Un factor fundamental para pensar casi cualquier reglamentación o estandarización en torno al vino es su transporte. Las grandes regiones vitivinícolas del Viejo Mundo se establecieron en torno a cursos de agua navegables –el Rin, el Garona, el Ródano, por citar algunos de los más relevantes– y no fue por casualidad. Sucede que el vino viajaba en barco y asegurar que llegara en buen estado ha generado, por ejemplo, la creación y auge de los vinos fortificados de Oporto: a mayor volumen alcohólico, menor riesgo de que el vino “enfermara” durante el periplo.
En barco, además, el vino viajaba en barricas. Y de ahí vino otro de los postulados en torno a la estandarización de las botellas. Hay quienes sostiene que el líquido contenido en una barrica de tamaño regular permite llenar 300 botellas de 750 ml, ni una más, un una menos. Esto refiere a la tradicional barrica bordelesa de 225 litros: la cuenta es simple y funciona.
Pero también están los que apuntan a otro elemento relacionado con el vino y su transporte, que es la medida que se empleaba en el comercio entre Francia (productor) e Inglaterra (consumidor). La unidad de medida utilizada era el galón imperial, que equivale a unos 4,5 litros. O, en otras palabras, a 6 botellas de 750 ml. De ahí, también, habría surgido la costumbre de vender y almacenar vino de a 6 botellas que, de nuevo, equivalen a un galón imperial.
Pero volviendo a la barrica bordelesa, la “estándar” para el comercio marítimo Francia-Inglaterra, podemos decir que sus 225 litros equivalen a 50 galones.
Así que certezas en torno al origen de la botella estándar no hay, pero lo más factible es que estos últimos argumentos sean los de mayor peso. Lo que sí es cierto es que en 1975 se establece en Europa el formato estándar para la comercialización del vino. Y la legistación europea sobre packaging declara ganador a la botella de 750 ml. El resto del mundo, le sigue la corriente.
Medidas
◗ Piccolo o Split: con 187.5 ml, se emplea como porción individual en hotelería, aviones y bares
◗ Demi o Media Botella: contiene 375 ml
◗ Estándar: la clásica de 750 ml
◗ Magnum: 1,5 litros
◗ Doble Magnum: 3 litros
◗ Jéroboam: en vino tranquilo, contiene 4,5 litros, pero las Jéroboam de espumante suelen
tener 3 litros (como la Doble Magnum)
◗ Rehoboam: contienen 4,5 litros, pero solo se destinan a espumantes
◗Imperial: 6 litros
◗Baltazar: 12 litros
◗Nabucodonosor:15 litros
◗Salomón: 18 litros
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