Gino Bogani: el gran desfile de cierre de la Semana de la Alta Costura
Casi 180 diseños emblemáticos, modelos icónicas de antaño y mucha alegría sobre la pasarela
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Más que un desfile, el cierre de la Semana de la Alta Costura (SAC) fue sin dudas un homenaje histórico a Gino Bogani. El diseñador icónico de la moda argentina presentó vestidos pertenecientes a su extensa carrera en la pasarela iniciada en la escalera mecánica y desplegada a lo largo de toda la planta baja del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
Con el gesto inconfundible y propio de los eventos fashion de épocas anteriores, ahí estuvo Martín Wullich, locutor, experto en música clásica, quien anunció el propósito del show que revisitó los finales de los años 60, pasando por los ´70, ´80 y ´90 con piezas que no escatimaron volumen, colores shocking y estampas (flores, cuadros y rayas) tan típicas para el creador que abrió su primera boutique hace más de sesenta años.
A la voracidad de algunos desfiles actuales, las pasadas de Bogani le dieron respuesta con un ritmo desacelerado, acorde al andar de cada una de las modelos pero sobre todo de las célebres mannequins que lo acompañaron durante su trayectoria: Mora Furtado, Ada Mazo, Laura Ocampo, Teté Coustarot, Delfina Frers, Carmen Yazalde, Teresa Garbesi, Mariana Arias, Mónica Labari, Andrea Frigerio y Roxana Zarecki, entre otras, quienes dieron cuenta no solo de su expertise en el arte de modelar, sino que además trajeron al presente momentos inolvidables de las espectaculares pasarelas del hombre que transformó la manera de mostrar ropa en el país y que ya vistió a por lo menos tres generaciones de argentinas.
Alcanzó con observar la instantánea de las decenas de familias incondicionales, que ayer estuvieron en el MALBA para acompañarlo en este homenaje, además de la presencia estelar, en el front row, de Mirtha Legrand y su hija Marcela Tinayre, con su nieta Juana Viale, quien sorprendió en el cierre como la novia principal del desfile. Capítulo aparte para la pasada de Arias, como réplica de aquella que hizo a mediados de los ´80, al son de “Norma” interpretada por María Callas, artista venerada por Bogani.
Coleccionable
De las 179 pasadas que incluyó la retrospectiva, 22 correspondieron a diseños pensados y confeccionados especialmente para esta pasarela, mientras el resto fueron todas piezas que trascendieron el tiempo en su mayoría de la colección del diseñador, aunque algunas prestadas por sus propias clientas. Además de las creaciones de alta moda, hubo prêt-à-porter y los característicos accesorios bajo la dirección creativa de Bogani. Tan diversas fueron las pasadas que incluyeron animal print, vestidos y blusas off shoulder, faldas con flecos, otras con volados peplum, además de pantalones palazzos, monos fluidos y atuendos laminados en dorado y plata.
Justamente no se trató de diseños que retomaran o que hicieran un guiño a una época en particular, sino que cada una de las prendas exhibidas resultaron testimonios de puntos nodales en la línea de tiempo de la moda local e internacional. Es que Bogani estuvo a tono con cada una de las décadas que transitó durante el siglo XX y además anticipó expresiones vestimentarias. En ese sentido, cómo no detenerse en los espléndidos sombreros que acompañaron los conjuntos, lo mismo los guantes y prendedores de rasgo surrealista, marca registrada del diseñador de origen italiano. Una pasarela que tampoco esquivó la vigencia y la idea actual de la diversidad étnica, corporal y generacional.
“Me ‘regalaron’ el MALBA”, manifestó Bogani -en exclusiva a La Nación- y en referencia a la generosa invitación que recibió en octubre pasado de parte de Elina Costantini, modelo y fundadora de SAC, para que cerrara el flamante encuentro de moda. Y esta no fue la única vez que procuró entablar un diálogo en torno a un museo, ya había hecho lo propio en los desfiles del de Arte Moderno y durante años a beneficio del Nacional de Bellas Artes, aunque quizás esta oportunidad sí fue para confirmar que sus diseños ganaron el reconocimiento de obras de arte y, esta altura, ya denotan carácter coleccionable.
Atemporal
Al terminar las pasadas, con el momento nupcial de Juana, mientras organizadores e invitados brindaron por el final de la primera edición de SAC, Bogani, en su labor incansable, volvió a adentrarse entre percheros y cajas de zapatos en medio del backstage del desfile para saludar y agradecerle a todas las personas que trabajaron en el homenaje.
“Estoy muy emocionado, cada vestido me trajo recuerdo de situaciones, uno de ellos lo había pasado en el primer desfile después de que murió mi mamá”, rememora. Alma, quien además de haberle dado la vida, fue factótum en su historia en la moda, inicialmente como su primera modelo de prueba e inspiración constante. Ella no solo estuvo presente en esa reminiscencia textil sino también y durante todo evento lo acompañó simbólicamente a través del prendedor con la leyenda “Dieu Vous Garde” (“Dios te guarde”) que perteneció a su abuelo materno y que Bogani atesoro durante años para ahora llevarlo aferrado a su corbata de dibujos búlgaros.
“No me interesan los cuerpos, si no los cerebros”, así concluyó el creador en una noche que quedará en la letra grande de la moda argentina. Y esa frase, claro que puede ser pensada como el epílogo de este merecido homenaje, pero, además, hay que decirlo, en esas palabras también sintetizó su genio creativo. En definitiva, lo que debe tener un diseñador, autodidacta, que se sale de los bordes de las tendencias y continúa atravesando épocas para volverse definitivamente atemporal. Él, a los 79 años y con seis décadas de trabajo, ya lo hizo.
Así finalizó ayer la primera edición de la SAC cuya singularidad estuvo acentuada en el reconocimiento a los referentes de la moda desde mediados del siglo XX, hasta la actualidad. Así como Bogani representó todo ese tiempo, los otros tres convocados son exponentes ineludibles de los 90, 2000 y 2010: Laurencio Adot, Evangelina Bomparola y Adrián Brown, respectivamente. “Queremos que el talento argentino se vea en el mundo”, anticipó Elina Costantini de esta nueva propuesta que además se caracterizó por elegir sitios que, por su arquitectura e historia, también son emblema de la Ciudad de Buenos Aires; Teatro Colón, Palacio Pereda y Oceana Puerto Madero.