Todo sobre la imperdible película de 1979, con un joven Sting entre sus protagonistas, como líder de la pandilla mod
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El invierno inglés de 1964, unos quince años antes de la filmación de Quadrophenia, había sido más frío y húmedo que lo usual. De hecho, el domingo de Pascua resultó el día más frío de los últimos ochenta años. En Clacton, pequeña ciudad balnearia de la costa este, no reinaba el mejor ánimo. Los comerciantes estaban irritados por la falta de actividad; los jóvenes, aburridos y molestos porque en los cafés y bares les negaban atención. Un pequeño grupo de mods y rockers, vagamente divididos por sus vestimentas y estilos de vida, empezaron a alejarse y arrojarse piedras. Unos en scooters, los otros en motocicletas, desolaron la ciudad rompiendo ventanas y las carpas de la playa. Alguien disparó una pistola. La policía, que no estaba preparada, empeoró el caos. Ese fue, según Stanley Cohen en su estudio cultural Folk Devils and Moral Panics (1972), el primer choque entre mods y rockers. Siguieron enfrentamientos en Margate y Hastings, que la prensa tituló como “La batalla de Hastings”. Cuando los conflictos escalaron a Brighton, la más populosa ciudad de la costa sur, mods y rockers habían definido sus límites, en gran parte gracias a la tipificación de la prensa sensacionalista.
Mucho antes de Quadrophenia, Brighton ya estaba ligada a la delincuencia juvenil en el imaginario inglés. En Brighton Rock (1938), Graham Greene narró el enfrentamiento entre dos bandos mafiosos, uno de cuyos líderes, Pinkie, era un adolescente católico que desencadenaba una historia de violencia, amor espurio y frustración. Richard Attenborough encarnó a Pinkie en la adaptación cinematográfica de 1947, que hacía uso de la feria de diversiones en el muelle de Brighton. Es poco probable que Pete Townshend, líder e ideólogo de The Who, haya sido ajeno al relato de Greene.
Desde finales de los sesenta Townshend estaba catalogado como el gran conceptualista del rock inglés. Tras el brillante The Who Sell Out, un homenaje a las radios piratas hecho con falsos comerciales entre canciones, el guitarrista se lanzó a componer historias sobre héroes marginales con ingredientes de la ciencia ficción entonces predominante, y así llegaron la ópera rock Tommy y el abortado proyecto Lifehouse.
Hacia 1973, Townshend sentía que debía generar algo nuevo. Fue un encuentro con Jack “el irlandés” Lyons el puntapié de esta historia. Fan de The Who desde la primera hora, Lyons propuso a Townshend escribir una historia sobre los orígenes del grupo y su público. Seguidamente, Townshend inventó a Jimmy inspirado en seis mods conocidos para darle una personalidad que reflejara a los cuatro integrantes de The Who. Jimmy sería un personaje tan perturbado como Tommy. Si este último era ciego, sordo y mudo, su nueva creación padecería una esquizofrenia múltiple. Una quadrophenia.
Varios mods inspiraron a Townshend. Uno, fue Lyons. Otro fue el periodista Richard Barnes, su mejor amigo, con quien compartió un cuarto en la escuela de arte de Ealing. Barnes sacó de la galera el nombre The Who, cuando el cuarteto del guitarrista aún se llamaba The Detours. Archivista del movimiento, en 1979, coincidiendo con el estreno de Quadrophenia, publicó el libro Mods! con fotos ilustrativas, que llegó a vender 250.000 ejemplares y se considera, junto al film, un ícono del revival.
Si Barnes y Lyons impulsaron las ideas, Pete Meaden –tercer mod cuestión– proporcionó el contenido. Como Jimmy, Meaden atravesó su adolescencia con trabajos mal pagos antes de dedicarse de lleno a la subcultura mod y definirse como “face”: un agitador de la escena. Para Meaden, el estilo de vida mod lo abarcaba todo: desde la ropa –parkas, trajes, camisas Ben Sherman, chombas Fred Perry, zapatos Doc Martens–, la música –rock inglés y northern soul–, los clubes –The Scene en Ham Yard, Soho, su lugar–, hasta el aprecio por todas las variantes del arte moderno y, especialmente, los scooters.
Meaden fue socio de Andrew Loog Oldham y publicista de bandas principiantes, cuyas imágenes moldeaba. The Who fue un caso emblemático. A inicios de 1964, cuando aún no existía un estereotipo de la subcultura mod, Meaden convenció a Townshend para cambiar el nombre de la banda por The High Numbers, así como vestirlos a la moda con el fin de crearles una audiencia. Extendiendo su rol de manager, Meaden incluso escribió “I’m the Face”, single debut del cuarteto londinense, que contenía líneas como “uso sacos Ivy League, zapatos de cuero blanco”, y “al lado mío, los demás son tercera clase”.
En 1973, con Roger Daltrey y John Entwistle ocupados en sus lanzamientos solistas, Townshend tomó Quadrophenia como un proyecto personal, resultando en el primer álbum de The Who compuesto íntegramente por sus canciones. Acorde al concepto, escribió “Bell Boy” pensando en el baterista Keith Moon, “Is It Me?” en el bajista John Entwistle y “Helpless Dancer” en el vocalista Roger Daltrey. Para reflejarse a sí mismo escribió “Love Reign O’er Me”, quizá la canción más compleja y de mayor incidencia dramática en el film.
El control total que tuvo Townshend sobre Quadrophenia le dio la posibilidad de explorar aún más el sintetizador, un instrumento que había usado con buenos resultados en el track apertura de Who’s Next, “Baba O’Riley”.
A diferencia de Tommy y otras óperas rock, había abundante atmósfera en Quadrophenia. En algunos segmentos se incluyeron sonidos de ambiente registrados por Townshend con un grabador portátil, como el sonido de olas en una playa de Cornish y el silbato de un tren que pasaba cerca de su hogar en Oxfordshire. En “The Dirty Jobs”, el ingeniero de grabación Ron Nevison insertó fragmentos de “The Thunderer”, una marcha de John Philip Sousa interpretada por una banda de bronces a la que cruzó azarosamente mientras paseaba por Regent’s Park. Según Nevison, durante la grabación de “I Am the Sea” hubo nueve cintas de distintos efectos rodando al mismo tiempo.
Para anclar el concepto de las canciones, Townshend escribió, como Jimmy en primera persona, unas líneas que se incluyeron en el sobre interno junto a un libro de 44 páginas con fotos de Ethan Russell –el único fotógrafo norteamericano que realizó tapas para Beatles, Stones y Who– que ilustraban la historia. Su propósito era que las fotos fueran miradas mientras se escuchaba el disco. Algunas imágenes fueron luego replicadas en la película, y el libro resultó, de alguna manera, su primer story board.
Quadrophenia se lanzó en Inglaterra el 19 de octubre de 1973 y alcanzó el segundo puesto de ventas detrás de Pin Ups, de David Bowie. Para Townshend, fue el último disco relevante de The Who.
El éxito de la adaptación cinematográfica de Tommy, en 1975, convenció a Townshend para probar similar suerte con Quadrophenia, estrenada el 14 de mayo de 1979. Para eso creó la productora The Who Films. Uno de los primeros auditados para el rol de Jimmy Cooper fue John Lydon, pero los distribuidores se negaron a financiar el seguro y el papel pasó a Phil Daniels, un joven actor que además tenía su propia banda, The Cross (según Lydon fue él quien renunció para no quedar pegado a las ideas de Townshend). Las connotaciones new wave del film tuvieron mayor resonancia con la inclusión de Toyah Willcox como Monkey –la chica que tiene un secreto crush con Jimmy–, y sobre todo con Sting en su debut actoral y en pleno ascenso con The Police, como Ace Face, un ficticio líder mod.
Pero quizás el mayor acierto de Quadrophenia fue la elección del también debutante director Franc Roddam, cuyo guion –coescrito con Dave Humphries y Martin Stellman– convirtió la historia en una épica de frustración adolescente, algo moldeada en Los 400 golpes de François Truffaut. Jimmy vive en un barrio londinense de clase trabajadora, siempre en conflicto con sus rudimentarios padres (Michael Elphick y Kate Williams) y el personal de la agencia publicitaria para la que trabaja como cadete. Su vía de escape es salir de noche en su Lambretta con Dave (Mark Wingett), Chalky (Phil Davis) y Spider (Gary Shail), conseguir anfetaminas azules y llegar a alguna fiesta en donde pueda descontrolar bailando “My Generation”.
La música de The Who, tanto la selección de Quadrophenia como los singles de los sesenta, funciona como un “ciclo de canciones” que ambienta el trip mental de Jimmy, y Townshend es un pin up de su cuarto junto a fotos de chicas desnudas y un reporte a doble página de la Batalla de Hastings.
Roddam introdujo un registro de tipo documentalista, asistido por el enfoque cinéma vérité del director de fotografía Brian Tufano y un elenco que, de tanto ensayar, pareciera haber nacido para esos roles. El clímax es el arribo a Brighton de las brigadas de mods y rockers, con la consecuente guerra campal en la playa mientras Jimmy, en un callejón, concreta su ansiado encuentro íntimo con Steph (Leslie Ash). Esa tarde es como un sueño que se desvanece con la rutina de Londres; toda su vida se resquebraja, con un desenlace trágico que difiere de la historia original.
La intensidad de las escenas también se debe al equipo de “especialistas” que asesoró a Roddam. Pete Meaden siempre creyó que Quadrophenia estaba inspirado en su vida, de manera que accedió a rastrear locaciones para el rodaje en el barrio londinense de Shepherd’s Bush. Como Keith Moon, no alcanzaría a ver el film. Murió a los 36 años, meses antes del estreno, por una sobredosis de barbitúricos. Sin duda debió haber algo de él en Jimmy.
Igual de importantes fueron los aportes de Jeff Dexter, otro ex mod, DJ y coreógrafo a quien se atribuye haber popularizado el baile del twist en Inglaterra. Dexter fue DJ de UFO y Middle Earth, míticos clubs durante el reinado de la psicodelia. Para Quadrophenia, trabajó como coreógrafo de los 500 extras que bailan en el club de Brighton. Muchos de ellos, furiosos fans de The Jam, la banda más importante del revival mod (Merton Parkas, Secret Affair) que coincidió con la realización del film.
La película de Roddam –cuyo rodaje casi se cancela tras la muerte de Keith Moon, en septiembre de 1978– fue un triunfo artístico, de diseño, y marcó el camino para futuros films ligados al rock.
Este artículo fue publicado originalmente en el bookazine Rolling Stone Rock’n’film.