Además, la cantante colombiana analiza su rol en la escena rockera de América latina y su conexión con Soda Stereo
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“No me interesa vender ilusiones/ sino contar historias, amplificar dolores/ Nunca más ultrajada, ninguna mujer/ Sus vulvas intactas, dueñas de su placer”, cantan la colombiana Andrea Echeverri y la mexicana Vivir Quintana en el tema “Ovarios”, como parte de la muestra audiovisual bautizada Ovarios calvarios, expuesta en Bogotá, Colombia, para conmemorar los 40 años del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. “La instalación la titulamos como un canto de sororidad por las víctimas de violencia sexual y está compuesta por dos partes: tres canciones antiviolación, con sus respectivos videos; y un trabajo mío de cerámica inspirado en esta temática”.
Desde que formó el grupo Aterciopelados, en la primera mitad de la década del noventa, junto a su por entonces pareja Héctor Buitrago, Echeverri dejó en claro su compromiso con el movimiento feminista, con canciones como “Cosita”, del álbum Pipa de la paz, que ubicó en el mapa del rock alternativo a la banda colombiana: “Un fulano me gritaba/ si fuera helado me la chupaba/ Otro dijo yo soy perro/ por tus huesos voy y entierro/ El muy bestia no respeta/ Yo me volteé y le di en la jeta/ Y es que soy cosita seria/ Y es que soy cosita seria”.
“Nosotros somos parte del movimiento desde el principio, cuando cantaba esas descripciones de chica asustada en medio de bestias salvajes [risas]. Eso tenía que ver también con el lugar donde yo me movía y del que me sentía parte, el rock, que era un movimiento totalmente macho. A lo largo de nuestra carrera tenemos muchas canciones feministas y toda nuestra puesta en escena trata de eso: cómo una mujer se sube a un escenario si no quiere ser parte del meneo. Creo que ahí hemos inspirado a mucha gente y hoy muchas chicas me dicen eso... que soy ícono, ja”.
Ícono del feminismo entonces, Echeverri fue convocada por la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Bogotá para esta muestra y, en medio de la pandemia, la cantante dedicó su tiempo a componer estos temas, acompañada por Buitrago y otras artistas latinoamericanas, y a hacer las cerámicas. “En los años ochenta estudié arte y me especialicé en cerámica. Había intentado muchas veces unir música con cerámica, pero el momento justo llegó con Ovarios calvarios. A pesar de que el tema es tan doloroso y fuerte, lo refinado y lo estético a lo que se llegó puede acariciarte de alguna manera. Como una tristeza refinada”, arriesga.
Además de Vivir Quintana (que en 2020 compuso “Canción sin miedo”, un himno feminista para el movimiento mexicano), para las otras dos canciones Echeverri llamó a Las Áñez (“unas mellizas increíbles”) y a La Muchacha Isabel (“una chica de veintipico que es muy chévere”). “Ahora hay muchas chicas en la música, lo que pasa es que muchas son parte del mismo establecimiento patriarcal que conocemos, solo que ahora ellas reciben el cash. Pero pienso que hay muchas del otro lado, como las artistas que participaron de este proyecto”, dice. “Todavía no hay muchas ingenieras, son todas cantantes, pero ahí van. En Tropiplop [el álbum de Aterciopelados editado el año pasado], varias de las canciones las mezcló María Elisa Ayergue, que está supertop, vive en Miami y está en la movida. Una trata de estar con chicas...”.
El primer corte de Tropiplop fue el tema “Antidiva”, “una heroína que ha logrado sobrevivir en la industria musical, desafiando el establishment y que, a pesar de y gracias a no representar el estereotipo sexy que se impone, logra encarnarse como la libertadora de la feminidad”, según la página oficial del grupo.
“Es como mi personaje”, dice sincera. “Pero es algo que se fue armando, sosteniendo una posición feminista o simplemente personal o diferente a la hipersexualizada y al estereotipo. Tiene muchas canciones parientes de nuestros discos anteriores. Como ‘El estuche’, ‘Cuerpo’, ‘Piernas’... Todo es como el cuerpo de una mujer, siendo el cuerpo de la mujer la carnada máxima de todo el comercio. Es la defensa bien de la feminidad por encima de eso”.
El álbum además incluye una versión de “En la ciudad de la furia”, el tema de Soda Stereo por el cual muchos conocieron a Echeverri, allá por 1996, cuando participó de Comfort y música para volar, el disco unplugged de MTV, poniéndole su voz al hit de Soda. Veinticinco años después, Echeverri forma también parte de la gira Gracias Totales, impulsada por Charly Alberti y Zeta Bosio. “El primer concierto al que fui en mi vida fue uno de Soda”, asegura. “Porque en los ochenta en mi país estaban Pablo Escobar y las bombas, ¿sabes? Y Bogotá estaba en una lista de ciudades que no había que visitar, con Beirut. Entonces no había muchos conciertos de artistas de afuera, pero a Soda no le importó. Ver a Soda, para toda mi generación, fue muy significativo, por la ausencia de conciertos en general. Soda es el grupo más famoso, el que más tocó en todas partes, incluso en países donde en esa época no había muchos grupos que tocaran en vivo, y por eso dejaron una huella imborrable en toda Latinoamérica. En Colombia son soderos a morir”.