Además de The Strokes, que en su última visita al país dieron el show más grande de su carrera, una guía con las visitas internacionales más prometedoras en la ecléctica grilla de esta edición del festival
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Miley Cyrus
Día 1
Miley Cyrus tuvo que aprender desde muy chica a lidiar con la fama y la exposición, y con el tiempo entendió que la única estrategia posible era hacer lo que se le diera la gana. En solo una década y media, Miley pasó de estrella Disney, hija de una eminencia del country, a artista en mutación constante con escalas en el pop, el R&B, y hasta en la psicodelia juguetona. En Plastic Hearts, su último disco, Cyrus y Mark Ronson evocaron una atmósfera ochentosa, tan glamorosa como sintética, ornamentada con la presencia de Stevie Nicks, Joan Jett y Billy Idol. Su vivo refuerza la idea, intercalando sus canciones con clásicos de Blondie, Madonna, Pixies y Cocteau Twins.
C. Tangana
Día 1
C. Tangana tiene mucha más experiencia en festivales argentinos de los que podría pensarse a primera impresión. Pasó por un Lollapalooza, por un BA Trap y hasta por un Sónar. Lo que ha cambiado desde entonces es que viene de la mano del disco que lo consagró definitivamente como un artista todoterreno. Luego de apoyarse en el trap (y antes en el hip-hop más clásico, ahora lo hace en la música de raíz: El Madrileño es un disco que tomó colores y feats de todo el mundo (Calamaro y Jorge Drexler, por ejemplo) y su sonido se expandió por oídos de todas las edades. Su presentación en el Tiny Desk Concert no hace más que elevar la expectativa de cómo llevará su propuesta al vivo en un escenario grande.
Doja Cat
Día 2
Una estrella pop en su pico de popularidad. La visita de Doja Cat a la Argentina se da en un momento ideal para la rapera. Pero, justo es decirlo, su masividad en la región es un hecho a confirmar. Su éxito en Estados Unidos y en las redes sociales es indiscutible desde hace por lo menos cuatro años (fue hit en SoundCloud, meme y challenge de Tik Tok) y ahora le queda la conquista territorial, que emprendió con Planet Her, su tercer disco de estudio. Un poco de reggaetón, un poco de R&B, hip-hop y espíritu batallero más colores saturados y uñas esculpidas. El show de Doja Cat puede imponerse como uno de los más visuales y distintivos del Lolla Argentina 2022.
Turnstile
Día 1
Esta banda de Baltimore podría ser el nombre más desconcertante del Lolla. Es que Turnstile representa el último grito del hardcore de la costa este norteamericana, es decir de una escena nada festivalera. Baltimore queda a pocos kilómetros de Washington D.C. y se nota en el sonido de Turnstile, con influencia de los eternos héroes DIY de la ciudad capital, Fugazi, y de su imprescindible sello indie, Dischord. Sin embargo, con tres discos y aspiraciones de ampliar el campo de batalla (como su último trabajo, Glow On, producido por Mike Elizondo, discípulo de Dr. Dre), el quinteto logró hacer ruido fuera del gueto-core y agitar el mosh ante escenarios históricamente inaccesibles para sus antecesores.
Kaytranada
Día 3
Un DJ de rap para la generación Instagram. Kaytranada, nacido en Haití y criado en Canadá, ha sabido, a su manera, mantenerse detrás de las bandejas y desde ahí erigir una carrera como uno de los productores más certeros de la música urbana actual (trabajó con Chance The Rapper, Kali Uchis, Anderson .Paak, Alicia Keys, Snoop Dogg). Pero también se construyó como un número interesante para el vivo. Quien haya estado en Niceto en 2016 habrá comprobado su expertise para poner a agitar y bailar a propios y extraños.
Idles
Día 3
Entre la edición de Lollapalooza que no fue y la actual, Idles lanzó dos álbumes, en 2020 y 2021. Esto deja de ser un detalle si se lo analiza como correlato de la urgencia que la banda de Bristol abrazó desde el minuto cero. Disco tras disco, Idles reforzó su músculo punk con dos geeks a cargo de las guitarras, como si Graham Coxon hubiera cumplido su sueño de tener su propia banda hardcore. Sobre ese telón, Joe Talbot en estado de combustión constante escupe letras sobre la lucha de clases, la masculinidad tóxica, la salud mental y la xenofobia producto de las políticas migratorias británicas. Para muestra, véase “Danny Nedelko”, de Joy as an Act of Resistance (2018).