De clásicos estilo misión suicida a secuelas superadoras de sus originales y epopeyas de artes marciales: el cine más adrenalínico
- 12 minutos de lectura'
25. La villana - 2017
El director surcoreano Jung Byung-gil parte de una historia convencional: una joven entrenada como asesina (Kim Ok-bin) debe usar sus habilidades contra sus antiguos maestros tras ser traicionada por ellos, y se le va un poco la mano. Las ingeniosas escenas de pelea en primera persona y una vertiginosa batalla dentro de un colectivo distinguen a esta producción de otras pelis orientales “de acción extrema”.
24. Rápidos y furiosos: 5in control - 2011
Esta entrega de Rápidos y furiosos se convirtió en modelo para las siguientes: un elenco multicultural potente, un escenario exótico perfecto, piruetas que desafían la física y te dejan con la boca abierta y el empleo poco convencional de la palabra “familia”. Llevó a la franquicia de cierto subgénero de clase B pistero al mainstream de las superproducciones.
23. Kill Bill: Vol. 1 y 2 - 2003/2004
Sí, contamos “todo el maldito asunto” como una sola película. En esta carta de amor al cine exploitation universal, desde la épica kung-fu de los hermanos Shaw hasta los spaghetti western y los thrillers de venganza suecos, Quentin Tarantino nos presenta a la Novia (su musa Uma Thurman) en pie de batalla contra sus ex socios en el crimen. Ambos episodios están llenos de momentos que te atornillan al sillón. Uno especialmente notable es el de la Casa de las Hojas Azules, una escena tan sanguinolenta que fue pasada a blanco y negro para evitar que calificaran la película con el estigma “prohibida para menores de 17”.
22. Logan - 2017
El canto del cisne de Hugh Jackman personificando a un Wolverine de garras afiladas y mal carácter sería finalista en el concurso por la película de superhéroes más miserable: el mutante “indestructible” está muriendo lentamente, el Profesor X (Patrick Stewart) sufre demencia y la salvación llega gracias a una psicótica de doce años. Pero la inusual madurez del abordaje de James Mangold radica en que le importa mucho menos la continuidad de la saga X-Men que encontrar una respuesta a esta pregunta: ¿qué pasaría si el más violento del grupo expresara a su enloquecido yo interior en la pantalla? La respuesta lleva a un callejón sin salida, pero de los más atrapantes.
21. Snowpiercer - 2013
En el futuro, la humanidad sobrevive a una nueva era glacial viviendo en un tren perpetuamente en movimiento. Clase alta y baja viajan en vagones distintos. En busca de emanciparse, Chris Evans y sus guerrilleros deben llegar a la parte delantera, vagón por vagón, luchando contra mercenarios y profesores munidos de ametralladoras. Antes de Parasite, Bong Joon-ho ponía el dedo en la llaga de la desigualdad social en esta adaptación de una novela gráfica francesa, sátira del conflicto entre los que tienen todo y los que no tienen nada.
20. Misión: Imposible - Repercusión - 2018
Las aventuras del agente Ethan Hunt son una marca registrada con su mezcla de película de espías, celebridades carismáticas y cabriolas tan mortales que nos hacen sospechar que Tom Cruise no valora la vida. Esta sexta entrega es el ápice de la saga, desde el salto en paracaídas a 7.500 metros a Vanessa Kirby mostrando sus habilidades cuchilleras.
19. El tigre y el dragón - 2000
Este aporte de Ang Lee al Salón de la Fama del Cine de Artes Marciales es la historia de dos guerreros del siglo XIX que se enamoran, Chow Yun-Fat y Michelle Yeoh. Es a la vez un homenaje a la épica del género y una revisión lírica de los combates coreográficos del wire-fu (cuando se usan poleas para aumentar la movilidad de los guerreros). La visión de Chow y Zhang Ziyi combatiendo tranquilamente sobre un campo de cañas de bambú es trascendental.
18. Casino Royale - 2006
A partir de algunos rasgos del primer James Bond de Sean Connery, la primera 007 con Daniel Craig deja claro de entrada que hay una nueva versión violenta del personaje. Lo vemos disponer de un informante en un baño con toda facilidad y bajar a tiros a un superior corrupto y ya sabemos que no va a costarle hacer uso de su licencia para matar. Este Bond tranquilamente brutal, que se sacude dando golpes sin perder la compostura, fue una infusión de sangre fresca para el héroe de Ian Fleming, un verdadero reinicio en un mundo en el que el combate cuerpo a cuerpo y las persecuciones de parkour son parte del trabajo, tanto como verse bien en el esmoquin.
17. Terminator 2: el Juicio Final - 1991
La secuela que James Cameron le dio a su obra maestra de 1980 tendría un impacto descomunal. Pensemos en el Terminator de Arnold Schwarzenegger desparramando fuego con una ametralladora antiaérea, la enloquecedora persecusión en moto, la cita bien reciclada del “I’ll be back” de la primera película o la imagen icónica de Linda Hamilton, con los músculos trabajados y escopeta en mano. Si a todo esto le sumás el brillante T-1000 de Robert Patrick, al que le revientan la cabeza de un escopetazo y podés ver cómo el metal líquido vuelve a formarla, te das cuenta de que en este momento estábamos a un par de pasos de un cine totalmente nuevo.
16. Doce del patíbulo - 1967
Ahí tenés a un grupo de altos oficiales del Tercer Reich que hay que ir a eliminar de una sola vez. ¿A quién asignarle semejante misión suicida? Bueno, para eso tenemos a los peores homicidas y psicópatas prisioneros del ejército, ¿no? No es la primera película del género “pelotón en misión especial”, pero esta aventura de Robert Aldrich ambientada en la Segunda Guerra es la mejor.
15. Batman: El Caballero de la Noche - 2008
Al punto excelso del Batman de Christopher Nolan se lo recuerda principalmente por el Guasón de Heath Ledger. Sin embargo, el robo al banco de la apertura se siente como un tributo de primer nivel a Heat. Las escenas de persecución urbana con un nuevo Batimóvil son impecables y el secuestro de un cómplice de la mafia por parte de Batman (con apenas una cuerda y un avión a reacción) te deja temblequeando. Con su deliberada gravedad el cine de superhéroes dio un paso más allá.
14. Identidad desconocida - 2002
Cuando Matt Damon se puso en la piel del héroe amnésico creado por Robert Ludlum, a comienzos de los 2000, solo un fan acérrimo del género espionaje te podría haber dicho quién es Jason Bourne. La película de Doug Liman expande la capacidad de lucha del personaje, integrándole estilos como el krav magá y el arte marcial filipino. Cuando se lleva puestos en fila a tres guardias en una embajada, el Bourne de Damon nos ofrece un documento de la evolución histórica de las escenas de pelea. Después, todos buscaron combates más inventivos.
13. Midnight Run - 1988
Todo lo que el cazarrecompensas Jack Walsh tiene que hacer es llevar al contador de la mafia Jonathan “el Duque” Mardukas de Nueva York a Los Ángeles para cobrar cien mil dólares. Suena simple, salvo que los persiguen matones, agentes federales y un helicóptero lleno de sicarios. Robert De Niro, Charles Grodin y el director Martin Brest dejan bien alta la vara para la perfecta comedia de acción guarra.
12. Police Story - 1985
Cuando filmó este clásico de gangsters, Jackie Chan ya era una estrella de las artes marciales, pero esta fue la película que lo consagró como el Buster Keaton de Hong Kong. Solo su apertura, en la que Chan maneja con destreza a través de una ciudad en una colina y se cuelga del costado de un colectivo, establece un récord difícil de superar, pero el mismo actor-director lo supera (¡en la misma película!) deslizándose a lo largo de un poste de 30 metros cubierto de bombillas y atravesando el techo de vidrio de un shopping.
11. Los cazadores del arca perdida -1981
Acá está Indiana Jones, catedrático y trotamundos, arqueólogo estrella y aventurero fóbico a las serpientes. El cazador de tesoros de Steven Spielberg y George Lucas es una vuelta a un tipo de héroe cinematográfico de la década de 1930, y la primera de las películas de Indy (Harrison Ford) es una serie de momentos de puro peligro: ¿saldrá con vida de esa cueva? ¿Cómo evitará que lo aplaste esa roca rodante? ¿Podrá rescatar a Marion Ravenwood de los nazis y quedarse con el arca perdida?
10. Aliens: El regreso - 1986
La secuela del éxito de 1979, a manos de James Cameron, no intenta duplicar la graduación perfecta de ciencia ficción, terror y suspenso de Ridley Scott; en cambio, enfrenta a la teniente Ripley de Sigourney Weaver y un pelotón de comandos espaciales contra los extraterrestres dientudos de la manera más directa y vertiginosa imaginable. La película es tan implacable como las criaturas que le dan nombre. Y Weaver se convirtió en el ícono de la heroína de acción.
9. Pantera negra - 2018
Además de un punto alto en el universo Marvel, esta película de Ryan Coogler es la prueba de que el blockbuster de superhéroes puede ser intelectualmente desafiante y políticamente representativo sin perder atractivo para las masas. El director muestra un increíble tacto para la acción, sea una pelea de T’Challa con una banda de malvados o un show decisivo para la utopía africana. Y la estrella es imbatible. Hasta la victoria siempre, Chadwick Boseman.
8. Los siete samuráis -1954
Un pueblo amenazado por bandidos. Los aldeanos reclutan a siete guerreros para que los defiendan. Con esta premisa simple, el japonés Akira Kurosawa inventó el cine de acción moderno. Duelos individuales y batalla de masas, siempre con un ojo en el personaje y el drama. El combate final en plena tormenta se estudia en las escuelas de cine: Kurosawa descifró el código para filmar el sonido y la furia (y también el silencio).
7. Duro de vencer - 1992
Podríamos llenar una lista como esta solo con películas de John Woo. Nuestra favorita comienza con uno de los tiroteos más increíbles del cine: una balacera caótica en una casa de té. Cuando el superpolicía Chow Yun-Fat se desliza por la barandilla de una escalera con ambas pistolas escupiendo fuego, entendés por qué a las películas de Woo se las llamó “ballet de balas”.
6. Matrix - 1999
En los papeles, la fórmula de las Wachowski ya suena magnífica: imaginería ciberpunk más sastrería sadomasoquista más un relato digno de una novela gráfica de culto. Pero Matrix no solo introdujo en el mainstream la rara teoría de que el universo es una simulación computarizada: también consagró a Keanu Reeves como el primer actor de acción del siglo XXI y cambió la forma de filmar acción para siempre. Las secuencias de “bala en cámara lenta” todavía son revolucionarias.
5. Operación Dragón - 1973
Si alguien dice “película de kung-fu”, la primera imagen que viene a la mente es Bruce Lee sin camisa, el pecho lleno de cicatrices y las manos en posición de lucha. Su última película lo consolida como superhéroe de carne y hueso. Verlo abrirse paso a través de una ráfaga de puños, pies y nunchakus es entender por qué convirtió las artes marciales en un fenómeno mundial.
4. Redada asesina -2011
Un equipo SWAT debe capturar a un capo narco que vive en el último piso de una gran torre de departamentos, protegido por una docena de matones en cada piso. Con este simple concepto tomado de los videojuegos (pasar de nivel matando malos hasta llegar al jefe), Gareth Evans produjo un clásico. Sus héroes se mandan a matar o morir, una y otra vez contra todo y con velocidad de movimientos hiperkinética.
3. Duro de matar - 1988
“Vení a la costa, vamos a pasarla bien”, repite el policía de Nueva York John McClane: su ex pareja lo invitó a pasar unos días con ella y están en un brindis de Navidad en un rascacielos de Los Ángeles cuando una célula terrorista se apodera del edificio. Lo que sigue es una caza claustrofóbica que le saca máximo provecho al escenario único y limitado. Bruce Willis pasa de humorista televisivo a estrella del cine de acción y el concepto es tan exitoso que da a luz a un millón de imitaciones.
2. John Wick - 2014
Su solo nombre aterra a sus colegas sicarios y a los demás peces gordos del submundo. No te gustaría hacer enojar a John Wick, que es justo lo que hacen unos mafiosos rusos. ¡Mala jugada! Los codirectores y ex dobles de riesgo David Leitch y Chad Stahelski convierten un thriller de venganza normal en un espectáculo desenfrenado, con Keanu Reeves manipulando a su favor cualquier cosa que le disparen: balas, codos, variedad de objetos afilados. Es un nirvana gun-fu a todo o nada.
1. Mad Max: Furia en el camino - 2015
El cineasta australiano George Miller ya había delineado el mundo posapocalíptico del ex policía Max Rockatansky en tres películas protagonizadas por Mel Gibson. La primera (The Road Warrior) era el modelo de la extravagancia distópica con persecuciones en auto. Cuando llegó el momento de revisitar al personaje décadas más tarde, Miller decidió intentar superarse a sí mismo confiando en escenas de riesgo y acrobacias no digitales. Y tuvo éxito. Ver al Max de Tom Hardy ya cansado de todo, a Imperator Furiosa (guerrera de un solo brazo que encarna Charlize Theron) y su grupo de guardianas, a una pandilla de cosplayers motociclistas y al ejército de los War Boy en el desierto a 200 km por hora es asistir al cine de acción en su máxima expresión de osadía. No hay un solo momento en el que el espectador no sienta que este choque continuo de metal y huesos es de verdad, que entraña riesgos reales para personajes y actores. “Fue literalmente como ir a la guerra”, dijo el coordinador de las escenas de riesgo, Guy Norris. Furia en el camino es la versión turbo de una película de acción.
Este artículo fue publicado originalmente en Rolling Stone Estados Unidos.