La producción de Missy Elliott y Rockwilder le dio un giro contemporáneo a un clásico que, finalmente, tomó elementos de la interpretación de Lil’ Kim, Pink, Mya y Christina Aguilera
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A principios de 2001, Ron Fair, recién nombrado presidente de A&M Records, fue convocado a una reunión con el director y productor de cine Baz Luhrmann. Fair había producido varios soundtracks exitosos, incluidos los de Pretty Woman (1990) y Reality Bites (1994), y Luhrmann estaba en lo alto después del éxito cruzado de Romeo + Juliet (1996). Preparándose para el lanzamiento de su película Moulin Rouge! (2001), el director quería encargar una versión de “Lady Marmalade”, la canción de Patti Labelle que reuniría a un grupo de divas del pop de primera línea y le daría a la película un gran éxito. Jimmy Iovine, jefe de Fair en la discográfica, le encargó a él que le diera vida. “La producción tenía polvo mágico de plutonio desde el momento cero”, dice Fair 20 años después.
Para producir la canción, Luhrmann reclutó a Missy Elliott, pocas semanas después de que ella lanzara “Get Ur Freak On”. “Cuando colgué, pensé, ‘Wow, ¿qué acabo de aceptar?’“, le dice Elliott a ROLLING STONE. “Y lo pensé porque esa canción es tan icónica, que la presión se hizo sentir de inmediato”. Ella, además, convocó a su amigo Rockwilder, reconocido productor de Redman, Jay-Z y Janet Jackson.
Mya, quien firmó con el sello Interscope de Iovine, fue la primera cantante en subirse al proyecto, según Fair, quien luego seleccionó a una artista por la que apostaba mucho, Christina Aguilera. Antes de que se diera cuenta, Lil ‘Kim y la relativamente nueva Pink completaron el equipo, creando la asociación multicultural más emocionante desde que Aerosmith y Run DMC unieron fuerzas para “Walk This Way”.
Según las normas actuales, las ideas detrás de “Lady Marmalade” parecen pintorescas. De por sí, las bandas sonoras ya no son minas de oro comerciales, y las colaboraciones de estrellas se volvieron de rigor en la era del streaming. Solo alcanza con ver la alianza formada para “Don’t Call Me Angel”, de Los ángeles de Charlie (2019) que combina los estilos dispares de Ariana Grande, Miley Cyrus y Lana Del Rey. “Marmalade” debutó en abril de 2001 y alcanzó el número uno en junio, donde permaneció durante cinco semanas consecutivas mientras Moulin Rouge! se exhibía en las salas de cine. Finalmente, el videoclip de la canción ganaría el Premio al Video del año en los MTV Video Music Awards y el Grammy a la Mejor Colaboración Pop de Voces. “Sabía que iba a ser éxito, pero no sabía que iba a ser tan explosivo”, admite Elliott.
El objetivo era crear un paquete coherente (la canción, un video, presentaciones en vivo) que canalizara el escenario de cabaret rojo rubí de la película. Elliott y Rockwilder dieron al clásico de Labelle un giro contemporáneo, amplificando el bajo, agregando una inflexión de hip-hop y cambiando la letra “He met Marmalade down in old New Orleans” a “He met Marmalade down in old Moulin Rouge”. Para cuando las mujeres se reunieron en el estudio, ya cada una sabía qué verso era de cada quién. No obstante, cada uno grabó la pista completa individualmente para que Fair pudiera aislar las improvisaciones de los cantantes para construir un himno perfecto.
“En ese momento de mi carrera, había colaborado con tantos raperos incondicionales que eran hombres que esto me pareció un ‘sí’ inmediato porque era muy diferente”, explica Mya. “[Con los hombres] eres como la hermana pequeña y todo el mundo está atento, así que no tienes el espacio para ser totalmente libre. Cuando llegué con las chicas, fue como un patio de recreo. Si estuviera con chicos y tuviera que cantar ‘¿te acostarías conmigo?’ en francés, creo que hubiera tenido un poco de vergüenza“.
También fue un punto altísimo de rivalidades pop y chismes que involucraban a celebridades. Roces de la industria, pensados para un marketing de primer nivel. “Probablemente hubo más tensión entre Christina y Pink que el resto del grupo”, dice Tina Landon, quien coreografió el video. De hecho, los rumores de una disputa persistieron durante años, y Pink afirmó que Aguilera una vez intentó golpearla en un bar. (Aguilera lo negó, diciendo: “No me atrevería con ella. Ella puede darme una paliza”). En un episodio de 2009 de Behind the Music, de VH1, Pink culpó, en parte, a los modos de Fair dentro del estudio. “No nos saludó a ninguno de nosotros y dijo: ‘¿Cuál es la mejor parte? ¿Cuál es la parte más cantable? Christina va a tomar esa parte‘”, explicó. “Y me paré y dije: ‘Hola, ¿cómo estás? Muy amable de su parte al presentarse. Soy Pink. Ella no tomará esa parte. Creo que de eso se trata la puta reunión.“ Por supuesto, Aguilera terminó tomando esa parte.
En 2019, Lil ‘Kim también recordó “un poco de tensión” en el set del video, en parte porque las cuatro cantantes todavía no se conocían realmente. El director Paul Hunter solicitó que vieran las tomas cada una por su lado, lo que podría haber contribuido a una sensación de competencia. (“[Pink] me estaba molestando en la prueba de grabación”, dijo Aguilera en un episodio de Watch What Happens Live. “Eso es lo que hizo en ese entonces. Ahora es una persona diferente”). Fair, quien dijo que había conocido a Pink en una fiesta previa a la sesión de estudio, insiste en que no mostró ningún favoritismo hacia Aguilera, una superestrella ya consagrada cuando debutó la canción. “Conocía a Pink y la amo mucho y me disculpo si, 20 años después, ella sintió que mi enfoque fue descortés”, dice Fair. (Pink se negó a comentar sobre este punto).
“Definitivamente nos unimos en silencio, simplemente siendo mujeres y estando en un espacio muy civilizado y fuera de nuestra zona de confort de una misma manera”, dice Mya. “Debido a que todas éramos artistas individuales con proyectos independientes o de gira, no es que tuviéramos demasiado tiempo libre entre cualquier cosa para reunirnos por separado. Así que esa fue nuestra única vez: en ensayos, en presentaciones, entregas de premios, tal vez en una pausa para el almuerzo donde nos volvimos un poco más íntimas y no estábamos en modo de trabajo“.
Para el video, Landon, quien había coreografiado “What a Girl Wants” de Aguilera y “Case of the Ex” de Mya, asignó a cada cantante un accesorio que definía su personaje. Pink, luciendo un sombrero de copa y rulos fucsia, consiguió una silla, y Landon tuvo que asegurarle que se vería diferente a lo que Britney Spears había hecho recientemente para “Stronger”. Lil ‘Kim consiguió dinero en efectivo y un sillón en el que los asistentes dejaron el vino y los diamantes sobre los que ella rapeó. Mya recibió un látigo, que le dió algo de vergüenza usar frente a su madre, que estaba presente en la grabación. Y una Aguilera escéptica consiguió unos guantes largos de satén que se arrancaría cuando la canción comenzara su parte más potente. “Le dije: ‘Creeme, esto va a estar genial’”, explica Landon. “Una vez que lo hicimos, a ella le encantó. Ella se dio cuenta, ‘Esto también es super rudo’”.
“No era solo como si uno de los elementos fuera exagerado; era maquillaje exagerado, plumas, era como tirar varias coberturas sobre una misma torta“, dijo Aguilera a la revista W en 2018. Con Elliott actuando como maestra de ceremonias, el video fue un tour de force vampiresco, listo para MTV.
Y sin embargo, cuando la gurú comercial de Iovine, Brenda Romano, entregó “Marmalade” al Z100 de Nueva York, una de las estaciones de radio más grandes del país, la rechazaron. “Brenda me llamó y me dijo: ‘Sí, esto no te va a gustar, pero Z100 dijo que no quieren pasar una canción que sea un cover”, dice Fair. Ese mismo día, Romano llevó la pista a Hot 97, una estación de hip-hop, y los programadores la agregaron a la rotación de canciones de inmediato. “La pasaron y los teléfonos se encendieron como en las películas”, dice Fair, con Romano corroborando su relato. “Yo ya estaba llorando para ese punto, y luego ella volvió a llamar ese día y dijo, ‘Z100 cambió de opinión. Lo escucharon al aire en Hot 97 y están agregando el tema a una lista‘. Y luego todo fue una locura“.
Las respuestas de los críticos fueron mixtas, Entertainment Weekly lo calificó de ”desordenado”, el Washington Post lo consideró “chillón” y Rolling Stone lo calificó de “horrible”. Las audiencias, sin embargo, discreparon. En vivo, las artistas tocaron “Lady Marmalade” juntas solo dos veces, primero con una introducción en video de Moulin Rouge! protagonizada por Nicole Kidman en los MTV Movie Awards, y, más tarde, con la propia Patti LaBelle en los Grammy de 2002. Ambas actuaciones tomaron prestada la coreografía y la estética del video.
LaBelle, que llegó al ensayo con un bolso que contenía solo salsa picante y un CD, era la diva entre las divas. “Todos me honraron como si fuera el OG (original ganster)”, le dice LaBelle a ROLLING STONE. “Estaban felices de estar con Patti LaBelle y yo estaba muy feliz de estar con esas chicas. Les dije: ‘Bueno, este es un gran partido’. Mientras hacíamos la canción, fue mi turno de bajar las escaleras. Llevaba puesto un vestido de gasa rojo que quedó atrapado en la barandilla de la escalera durante la presentación en vivo. Creo que Pink, o una de las chicas, lo agarró amablemente y trató de convertirlo en parte del show“.
Hoy en día, cuando LaBelle hace “Marmalade”, usa la letra con los cambios que introdujo la nueva canción, prueba de que su impacto se extiende incluso a la cantante cuyo grupo lo hizo famoso en 1974. “Recuerdo que Jimmy Iovine puso su mano en mi hombro y dijo: ‘Si si no vuelves a hacer otra pista, esta será uno de los grandes logros de tu carrera“, dice Rockwilder.
Si hubiera una nueva “Lady Marmalade” hoy, Mya dice que le gustaría una edición drag-queen con personajes como RuPaul y Amanda Lepore; LaBelle sugirió a Jazmine Sullivan, Halsey, Fantasia y Jennifer Hudson. “Serían nuevas divas rompiéndola”, dice. Elliott, por otro lado, cree que el esfuerzo es tan singular que no se puede replicar.
“Cuando estás viviendo en una nueva era, miras hacia atrás y dices, ‘Wow, ni siquiera tuve la oportunidad de apreciar esos momentos porque solo estaba viviendo en ellos’”, dice Elliott. “Pensé que era asombroso entonces, pero ahora lo estoy mirando aún más porque no hacemos mucho ese tipo de cosas. Es como, guau, realmente estábamos en el estudio: diferentes personalidades, diferentes voces de canto y haciendo cosas diferentes y capaces de juntar algo que fue increíble “.